Planas reactivará la representatividad del campo tras la ruptura de las asociaciones agrarias

Al campo se le acumulan los problemas. Tras el anuncio de una batería de 43 medidas por parte del ministro de Agricultura, Luis Planas, con la intención de mitigar el malestar del sector, solo dos organizaciones agrarias han accedido a firmar con el Gobierno su aprobación. Estas son UPA, vinculada a UGT y próxima al Gobierno socialista, y la Unión de Uniones, de origen catalán, cuyos líderes se sentaron hace dos semanas con el ministro para dar el visto bueno a las medidas. La decisión ha provocado el malestar de las otras dos restantes, Asaja y COAG, que hasta la firma de UPA, habían mantenido la unidad con esta sigla en todas las manifestaciones y que ahora se muestran reticentes a dar el visto bueno a las propuestas de Agricultura.

La respuesta de Planas ha llegado finalmente este martes. Y no ha sido precisamente para relajar la tensión. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el titular de Agricultura ha anunciado que es “necesario” revisar los mecanismos de representación de las asociaciones agrarias. Actualmente, son Asaja, COAG y UPA las que forman parte del comité asesor agrario que es el órgano de interlocución oficial con el Gobierno, pero no así Unión de Uniones que, con un posible de cambio de la normativa, podría alcanzar la misma representatividad de las otras tres agrupaciones. El ministro aspira a una “revisión inclusiva de la normativa basada en el diálogo” con las siglas del campo para que el sistema refleje de la mejor forma la representación en el sector primario. Este nuevo mecanismo, del que no ha ofrecido detalles, suplantaría la antigua normativa, que mantiene los porcentajes de representatividad de los años setenta.

La firma por sorpresa por parte de UPA, ligada históricamente a UGT, en plena Semana Santa, y acto seguido por Unión de Uniones, excluida por el ministro en los últimos años de las mesas de negociación, lejos de abrir una puerta para la entrada en el proceso de las otras organizaciones, ha causado el rechazo de las restantes siglas agrarias, Asaja —adscrita a la CEOE y más cercana a la derecha, con posiciones más conservadoras— y Coag, de perfil más céntrico. Estas agrupaciones, además reclamar más medidas de fondo en la propuesta, rechazan principalmente la forma elegida por el Ministerio de negociar individualmente con cada sigla. Coag entiende que el ministro se precipitó a la hora de buscar adhesiones a su propuesta, no respetando los procesos para la toma de las decisiones en cada sigla.

Se esperaba que Agricultura recogiera las contra propuestas o nuevas reivindicaciones de las organizaciones agrarias tras sus debates en sus órganos de representatividad. Al ministro le interesaba puntualmente tener una segunda sigla apoyando su propuesta y lo encontró en Unión de Uniones, donde la catalana Unió de Pagesos, con bases nacionalistas apoyando al gobierno, es el eje de la misma.

En consecuencia, Asaja y Coag, organizaciones mayoritarias en el campo se han negado a suscribir el acuerdo en los términos remitidos reclamando la inclusión de otras medidas para las cabañas ganaderas, cambios en los mecanismos sobre el comercio exterior tanto para exportar como para las importaciones, más apoyo para los jóvenes y los profesionales del campo u otra política para el control del lobo en manos del Ministerio de Transición.

Por su lado, Luis Planas ha confirmado este martes que su Ministerio constituirá en los próximos días con las organizaciones agrarias UPA y Unión de Uniones la comisión de seguimiento del plan de 43 medidas. El ministro también ha valorado positivamente el paquete de 207,8 millones de euros a distribuir entre las comunidades autónomas para financiar intervenciones de desarrollo rural, agricultura y ganadería y ha detallado que no tiene que ver con ninguna de las 43 medidas del plan.

Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal