La brecha de género afecta a la salud emocional
La mayor prevalencia de la ansiedad y depresión entre las mujeres tiene un coste de 6.800 millones de euros para la economía española, según ClosinGap
La salud emocional se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los ciudadanos porque desde la pandemia de covid-19 ha empeorado significativamente, como admiten más de siete de cada diez españoles. Como existen grandes diferencias en este ámbito entre hombres y mujeres y ante la cercanía del Día Mundial de la Salud Mental que se celebrará el próximo 10 de octubre, ClosinGap ha presentado esta mañana su último informe, liderado por la firma farmacéutica Merck y PwC: ‘Coste de oportunidad de la brecha de género en la salud emocional’.
En él ha medido las brechas de género que existen en la salud emocional de los españoles, en términos de estado de ánimo, salud laboral y autocuidado para concluir que las mujeres presentan valores inferiores en el índice de bienestar emocional (54,6% respecto al 67,4% de los hombres) y superiores en el índice de malestar emocional (27,4% frente al 17,5% masculino), poniendo en evidencia el peor estado de salud emocional en las mujeres, con un gap de casi 13 puntos, que supone un riesgo más elevado de sufrir problemas de salud mental como la depresión o la ansiedad. De hecho, ambos trastornos tienen mayor prevalencia entre ellas (en concreto 4 y 4,5 puntos por encima de los hombres, respectivamente), afectan de forma considerable a su calidad de vida e implican múltiples costes sociales y económicos, según la asociación sin ánimo de lucro en la que participan una docena de grandes empresas e instituciones. ClosinGap estima que la somatización, la depresión y la ansiedad comportan una pérdida de 18.590 millones de euros para la economía española, el 37% de ella como consecuencia de la brecha de género presente en la prevalencia de dichas patologías, esto es, 6.872 millones de euros.
“Las diferencias de género en ansiedad y depresión tienen su origen en que desde la infancia a las mujeres se les exige que aguanten la carga emocional de los demás, que satisfagan las expectativas ajenas y que no conecten con sentimientos transformadores como la ira. Este tipo de educación las lleva a sentirse responsables de sostener emocionalmente a las personas de su alrededor, olvidándose de su propio bienestar psicológico y pagando un alto precio en su salud mental”, ha explicado el psicoterapeuta y divulgador Luis Muiño.
Las diferencias entre hombres y mujeres en el mercado de trabajo, como los menores salarios y oportunidades de desarrollo, junto a las responsabilidades extra en el ámbito familiar que habitualmente afrontan ellas con mayor frecuencia, son un catalizador del malestar que deriva en bajas laborales por depresión o ansiedad. El 63,1% de las bajas debidas a trastornos mentales y del comportamiento se produjeron en mujeres. Estas bajas no sólo son más numerosas, sino que además son de mayor duración. En 2021 el número de días totales de ausencia de las mujeres por esos motivos fue de 24,4 millones y el de los hombres de 13,6 millones. El coste para la economía en términos de pérdida de productividad es muy relevante, de 1.642,6 millones de euros, explica ClosinGap.
A pesar de tener menos tiempo para ellas mismas debido a la carga desproporcionada de tareas (que hacen que menos de la mitad de las mujeres duerman las suficientes horas, realicen ejercicio físico de forma regular o dispongan de tiempo libre para el ocio), las mujeres cuentan con una mayor autopercepción de su estado emocional y se preocupan en mayor medida por tener y mejorar su salud emocional. El 54,9% toman medidas para mejorar su bienestar psicológico/emocional (realizan ejercicios de meditación, acuden al psicólogo, etcétera), frente al el 43,1% de los hombres. Pueden desempeñar un papel crucial como impulsoras de una sociedad que aborde los desafíos emocionales.
“España siempre ha sido vista como un país con una alta calidad de vida y podría pensarse que la salud emocional es mejor que en el resto de los países europeos. Sin embargo, el índice de bienestar emocional nos sitúa en el puesto 17 de los 26 países europeos”, ha destacado Anna Merino, directora de Consultoría Estratégica y Económica en PwC en la presentación del estudio, que en su último capítulo aborda la brecha de género en la salud emocional de los jóvenes, que son los que más años de vida saludable pierden en términos relativos debido a la depresión y la ansiedad. Entre los 15 y 29 años el gap se ensancha y la pérdida por enfermedad es del 21% para las mujeres y del 11% para los hombres. No obstante, la presidenta de ClosinGap, Marieta Jiménez, ha destacado como dato positivo que las jóvenes “son más conscientes de su estado emocional y toman medidas para mejorarlo, convirtiéndose así en potenciales motores de cambio para una sociedad menos discriminatoria con los trastornos de salud emocional”.
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