Las bajas laborales disparan el absentismo hasta el 6,8% en 2022, solo superado en pandemia
El coste del tiempo de trabajo perdido y de las personas ausentes equivaldrían al 3,1% del PIB, según un estudio de Adecco
El Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) firmado en mayo por patronal y sindicatos ponía en el centro de los futuros convenios colectivos la adopción de medidas contra el absentismo laboral. Detrás de esta decisión de patronal y sindicatos, están las quejas de los agentes sociales, que advertían de que, tras la pandemia, las empresas no han retornado a los niveles de absentismo previos a la crisis sanitaria.
España no cuenta con un indicador oficial de absentismo global, más allá de las tasas de bajas por incapacidad temporal —que es la principal causa de ausencia al trabajo— y de la Encuesta Trimestral del Coste Laboral, que ofrece información sobre el número de horas no trabajadas según los motivos. Aunque sí existen algunas aproximaciones que, con estos datos oficiales y otros propios, obtienen una tasa de absentismo general como la que elabora el servicio de estudios del Grupo Adecco. Este, en su XII Informe sobre Empresa Saludable y Gestión del Absentismo presentado este miércoles, sitúa el nivel de ausencia al puesto de trabajo en una cifra récord del 6,8% de media para todo 2022, solo superada en 2020, año de la pandemia, cuando escaló en media anual hasta el 7,1%.
El director de Adecco Group Institute, Javier Blasco, ha explicado que “el incremento se explica totalmente por el mayor número de horas no trabajadas por las bajas médicas por incapacidad temporal”. “Esto equivaldrá en tiempo de trabajo perdido y personas ausentes a más del 3,1% del PIB, y esto es un problema que exige urgente solución”, ha valorado. “Dos importantes herramientas que tenemos para tratar de atajar esta sangría del absentismo están en la normativa y en la negociación colectiva”.
Blasco ha considerado también que “se debería hablar más de ausencias que de absentismo y reservar este último concepto para ausencias patológicas, en el sentido de su carácter injustificado o ilegítimo”. Dicho esto, ha añadido que “pese a la irresistible tentación de magnificar las cifras de las ausencias, hay que ser cautos en las calificaciones. Pero tampoco se puede obviar la necesidad de medir las ausencias deseables [tales como permisos y vacaciones, maternidades, etcétera] o indeseables [enfermedades y accidentes], previsibles o imprevisibles, fraudulentas o legítimas, y de no errar al culpabilizar de absentistas situaciones y personas que no tienen participación alguna en la decisión que las motiva”, tales como los ERTE o los ceses de actividad de trabajadores fijos discontinuos.
No obstante, pese al repunte de 2022, en el primer trimestre de 2023 la tasa de absentismo retrocedió ligeramente al 6,5%. Son dos décimas menos que la registrada en el último trimestre del año pasado y un punto porcentual menos que en el primer trimestre del año anterior. En cualquier caso, estos porcentajes, que miden las horas efectivas no trabajadas por causas diferentes a vacaciones, días festivos o ERTE, siguen reflejando que más de tres cuartas partes de estas ausencias del trabajo (el 78% de la tasa general) se explican por la enfermedad del trabajador, ya que la tasa de absentismo por incapacidad temporal en este periodo se situó en el 5,1% (una décima menos que en el trimestre anterior).
Un millón de trabajadores
Si se analiza la jornada pactada en los convenios colectivos y las horas de absentismo del primer trimestre, los autores del estudio calculan que estas últimas equivaldrían a que 1.080.676 asalariados no trabajaron durante este periodo.
Como es habitual, el impacto del absentismo varía según el territorio. Las comunidades más afectadas por las ausencias laborales en el primer trimestre fueron el País Vasco, con una tasa de absentismo de un 7,5%, tras reducirse 1,1 puntos respecto a un año antes; y Aragón, con un 7,4%, (-0,5 puntos interanuales). En el otro extremo, las menores tasas de absentismo se localizan en Castilla-La Mancha, con un 5,9%, tras descender casi un punto en un año, y la Comunidad Valenciana también con un 5,9%, cuyo recorte en comparación con el primer trimestre de 2022 es de casi dos puntos.
El podio de las actividades con mayores niveles de ausencias al trabajo lo registran el transporte marítimo y por vías interiores, con una tasa de absentismo del 11% (con 8,7 puntos a causa de las bajas por incapacidad temporal) y el personal de asistencia en residencias y los sanitarios, con un 10,4% de ausencias en ambos casos (con un 7,8% y un 7,7% debido a las bajas médicas, respectivamente). Por el contrario, los trabajadores de las actividades relacionadas con la búsqueda de empleo son los menos absentistas (3%), seguidos de los empleados del cine y la televisión (3,1%), con la peculiaridad de que en este último colectivo las bajas por enfermedad explican menor proporción del total de ausencias: solo la mitad de ellas son por incapacidad temporal.
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