La Reserva Federal se prepara para subir los tipos de interés al nivel más alto desde 2001
El banco central estadounidense elevará el precio del dinero al máximo en 22 años, a los niveles del estallido de la burbuja tecnológica
Enero de 2001. La burbuja tecnológica ha estallado unos meses antes. El desplome de la Bolsa y las subidas de tipos de interés de 1999 y 2000 han puesto a la economía contra las cuerdas. La recesión llama a la puerta. Alan Greenspan, por entonces presidente de la Reserva Federal decide bajar el precio del dinero 1,5 puntos, desde el 6,50% hasta el 5,00%, en el primer trimestre. En su lucha contra la inflación, Jerome Powell se dispone ahora a fijar los tipos más altos desde hace algo más de 22 años. La gran duda es si provocará una recesión o si encontrará pista para un aterrizaje suave.
El banco central de Estados Unidos se tomó en junio un respiro en el endurecimiento de la política monetaria más agresivo desde la década de 1980. Ha subido los tipos cinco puntos, hasta el rango del 5%-5,25% actual en 10 ascensos consecutivos desde marzo de 2022 hasta mayo pasado. Varios de los miembros del comité de política monetaria de la Reserva ni siquiera eran partidarios de la pausa de la última reunión, según revelaron las actas.
La lectura de ese documento ha reforzado la idea de que la Fed volverá a subir los tipos el 26 de julio, a pesar de que la creación de empleo se frenó en junio algo más de lo esperado y de que el efecto base puede hacer caer la inflación a niveles inferiores al 4% este mismo miércoles.
“El crecimiento del empleo se moderó más de lo previsto en junio y se produjeron importantes revisiones a la baja de las ganancias salariales de los dos meses anteriores. Sin embargo, la ralentización del crecimiento del empleo no es suficiente para evitar una subida de tipos en la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto que se celebrará a finales de este mes, sobre todo teniendo en cuenta los indicadores que muestran que las condiciones del mercado laboral se están suavizando lentamente, pero siguen siendo tensas”, señalan los analistas de Oxford Economics. “Esperamos que la Fed suba los tipos dos veces más, 25 puntos básicos cada una, en julio y septiembre”, indicaba el viernes Bank of America.
Bastaría una de esas subidas de 0,25 puntos porcentuales para superar el 5,25% de 2007, con el pinchazo de otra burbuja, esa vez inmobiliaria. Los años 2000-2001 y 2006-2007 fueron los últimos en que los tipos de interés superaron el 5% y en ambos casos lo siguiente fue una recesión. ¿Se repetirá esa historia o Powell logrará emular al Greenspan de 1994, que sí logró el ansiado aterrizaje suave?
De momento, la recesión no termina de llegar. “Llevo oyendo todos los meses que va a haber recesión el mes que viene”, dijo Biden a finales de junio. “No creo que la haya”, añadió.
La mayoría de los economistas ha ido retrasando el momento de la recesión. Los de Bank of America reconocen que “los últimos datos han sorprendido al alza”, pero sigue insistiendo en que llegará el retroceso. “El sector de la vivienda parece estar tocando fondo, y las ventas y la producción de automóviles han repuntado al disminuir las restricciones de la oferta. Aunque estos sectores sensibles a los tipos han superado las expectativas y la economía en general está creciendo en torno a la tendencia, seguimos creyendo que hay suficientes focos de preocupación como para que una leve recesión, a partir del primer semestre de 2024, sea el escenario base, decía Bank of America el viernes en un informe firmado por Michael Gapen, economista jefe para Estados Unidos de la entidad.
Bank of America señala que no cree que sean las pequeñas subidas de tipos aún pendientes las que vayan a ser la gota que colme el vaso. “Más bien pensamos que la economía estadounidense aún no ha sentido todo el impacto de los 500 puntos básicos de subidas de tipos desde el pasado mes de marzo”. Recuerdan que en el periodo previo a la crisis financiera, cuando los desequilibrios de la economía eran mucho mayores, la Reserva Federal subió los tipos por última vez en junio de 2006 y, sin embargo, la recesión no comenzó hasta un año y medio después.
Los expertos de la Fed también mantienen como escenario base el de la recesión. Su diagnóstico es que los efectos del nuevo endurecimiento previsto de las condiciones de crédito bancario, en medio de unas condiciones financieras ya de por sí restrictivas, darán lugar a una leve recesión a partir de finales de este año, seguida de una recuperación a ritmo moderado. Los servicios técnicos que asesoran al comité de política monetaria preveían una desaceleración del PIB real en el segundo y tercer trimestre de este año, antes de un modesto descenso tanto en el cuarto trimestre como en el primero del próximo año.
Dicho eso, admiten que la incertidumbre es muy alta. De hecho, la gran diferencia de las últimas actas publicadas frente a las de anteriores reuniones es la admisión de que “dada la fortaleza de las condiciones del mercado laboral y la resistencia del gasto de los consumidores, los expertos consideraban que la posibilidad de que la economía siguiera creciendo lentamente y evitara una recesión era casi tan probable como en el escenario de referencia de recesión moderada”.
En sus memorias, Alan Greenspan, que presidió la Reserva Federal de 1987 a 2006, señala como uno de sus mayores éxitos haber logrado con las subidas de tipos de 1994 el ansiado aterrizaje suave. Explica que, por entonces, en la Fed ni siquiera se usaba la expresión, sino que era un término procedente de la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética en la década de 1970. Greenspan intentó repetir la maniobra en 2000-2001, pero fue incapaz de evitar la recesión.
Powell no tiene a Greenspan como referencia, sino a su predecesor, Paul Volcker. “¿Quién no es un admirador de Paul Volcker? No debería ser señalado en este sentido. Pero lo conocí un poco y siento una enorme admiración por él”, contestó en mayo del año pasado cuando le preguntaron por él, destacando que el que fue presidente de la Reserva Federal entre 1979 y 1987 “tuvo el valor de hacer lo que creía que era lo correcto”. Lo que hizo fue vencer a la inflación a costa de provocar una recesión. Powell está dispuesto a emularle.
División y unanimidad a la vez
Las actas de la última reunión de la Reserva Federal han dejado algunas dudas sobre cómo interpretar el hecho que algunos de los participantes en la reunión se mostraran a favor de subir los tipos y, sin embargo, la decisión de hacer una pausa se aprobase por unanimidad. Según el documento, teniendo en cuenta el endurecimiento acumulado de la política monetaria y los desfases con los que afecta a la actividad económica y a la inflación, “casi todos los participantes juzgaron apropiado o aceptable mantener” los tipos. En cambio, “algunos participantes indicaron que estaban a favor de elevar el tipo de interés de los fondos federales 25 puntos básicos en esta reunión o que podrían haber apoyado dicha propuesta”.
Pese a esas diferencias de opiniones, la subida acabó aprobándose de forma unánime por 11 votos a 0. El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) del banco central cuenta con 12 miembros con derecho a voto (ahora 11, pues hay una vacante): los siete miembros del consejo de la Reserva Federal (ahora 6), el presidente del banco de la Reserva Federal de Nueva York y los presidentes de otros cuatro bancos regionales de la Reserva Federal. Estos cuatro últimos se rotan anualmente con otros siete que no tienen este año derecho a voto, pero que participan en las reuniones.
Es posible, por tanto, que los participantes que defendieron una subida de tipos en junio fueran de los que no tenían derecho a voto. También cabe la posibilidad, no obstante, de que tras defender esa posición y quedar en minoría decidieran cerrar filas y aprobar la decisión de hacer una pausa para dar imagen de unidad. Las actas no lo revelan.
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