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Escrivá, el ministro tuitero

El responsable de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones contesta a sus detractores con extensos hilos en Twitter. Normalmente son explicaciones técnicas sosegadas, pero a veces critica la “ignorancia” en los argumentos contra él

Jose Luis Escriva
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, consulta su móvil en junio de 2022 en el Congreso de los Diputados.Javier Lizon (EFE)
Emilio Sánchez Hidalgo

Por lo general, la gestión de la cuenta de Twitter de José Luis Escrivá es parecida a la de sus compañeros del Gobierno. El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones tuitea fotos de sus encuentros con responsables gubernamentales extranjeros, vídeos de sus intervenciones en el Congreso o enlaces a entrevistas con medios de comunicación. Pero, de vez en cuando, Escrivá abandona esta estrategia conservadora en redes sociales, la más frecuente entre los responsables institucionales. Entonces es cuando contesta a usuarios de Twitter (especialmente a los detractores), ya sea con tuits sueltos o con extensos hilos (mensajes encadenados, dado el límite de 280 caracteres por tuit). Otros ministros responden a las críticas de forma velada, especialmente cuando quien rebate no es político: él, sin embargo, replica a los economistas que cuestionan sus reformas, tengan o no carné de algún partido, a través de retuits con cita. Es decir, comparte el mensaje del que muestra una opinión contraria a la suya, acompañado de su propio comentario. “Querido”, dice Escrivá para empezar algunos de estos tuits.

El anterior es un ejemplo reciente, en el que el ministro contesta a Luis Puch, catedrático de Análisis Económico de la Universidad Complutense de Madrid e investigador del Instituto Complutense de Análisis Económico (ICAE). “Me gusta que sea muy activo en redes mostrando sus datos y explicando sus análisis”, indica Puch a EL PAÍS. “Es bueno que haya comunicación, que se pueda dar una discusión económica con unos estándares rigurosos. Todo lo que sea subir un poco el nivel de la conversación me parece muy bien. En eso felicito al ministro. No está en una posición fácil y es valiente explicarse así”, añade. En el hilo a partir del tuit de Puch Escrivá opina sobre afiliación a la Seguridad Social. En otras ocasiones aborda otros asuntos como salarios y productividad o tendencias de algunos mercados.

Fuentes de su departamento indican que estos tuits, más pedagógicos, interpelando a otros usuarios y con datos de por medio, son obra del ministro. Es habitual que los gabinetes de los responsables políticos publiquen en sus cuentas de Twitter, y así sucede en el caso de Escrivá con muchos de los tuits de marcado carácter institucional. Pero intercambios como el anterior son obra del ministro, que cuenta con 39.000 seguidores en esta red social.

“Es una muy buena gestión de Twitter”, opina Susana Pérez, especialista en comunicación digital y profesora en la Facultat de Comunicació Blanquerna. “Defiende con argumentos su gestión, con objetivos claros y marcando un perfil totalmente profesional. Sería plato de buen gusto encontrarnos con esto más a menudo”, opina esta experta. Es una visión parecida a la de Santiago Castelo, de la consultora de comunicación estratégica Ideograma y doctor en comunicación por la Universidad Pompeu Fabra. “Creo que así refuerza la identidad de ministro experto, al que le precede una trayectoria que le faculta para opinar de temas complejos. Utiliza un tono pedagógico que entiende el público general y con muy buena visualización de datos. Carteras como la que dirige Escrivá exigen un plus, hablar de temas en los que no siempre están cómodos los políticos. Y él no solo lo hace, además accede a debatir sobre ello, se expone y lo explica”.

El perfil profesional al que aluden Pérez y Castelo retrae a Escrivá a su etapa anterior a la política. Trabajó en el servicio de estudios del Banco de España, fue asesor en el Instituto Monetario Europeo y desempeñó el cargo de jefe de la división de Política Monetaria del Banco Central Europeo. En el sector privado destaca su paso por BBVA, entre 2004 y 2012, como economista jefe y director del servicio de estudios. Además, fue el primer presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), desde 2014. Algunos de los análisis que realizó en esos periodos han servido como argumento a sus críticos durante el debate sobre la reforma de las pensiones y tras su aprobación, especialmente en lo referente a la subida de las cotizaciones, que ha consolidado la nueva norma y que el ministro rechazó en algunos de sus textos anteriores.

Bronca

Tanto los principales expertos en pensiones del país como la mayoría de economistas consultados por los medios de comunicación han criticado la reforma, que catalogan como insostenible y que no aborda convenientemente el reto del envejecimiento. Aunque lo cierto es que los sindicatos, con los que el Gobierno pactó la reforma, sí han aplaudido la nueva norma, que aumenta los ingresos del sistema y eleva las pensiones de los más vulnerables. “Muchos de los críticos y analistas que firman esos informes se llevan equivocando los últimos 20 años en sus proyecciones y algunos, además, fueron autores de la reforma de 2013, que tampoco es que haya sido estudiada como un caso de éxito”, contestó el ministro en una entrevista con este periódico. Este debate se ha terminado trasladando a Twitter, con el particular estilo de Escrivá en esta red social, chocando con fuerza con algunos de estos expertos críticos. Entre ellos, el economista y experto en longevidad José A. Herce, con quien el ministro intercambió pareceres a cuenta de la reforma de las pensiones el pasado 29 de marzo. “Los entusiastas de las pensiones llevan tres décadas comprometiendo la sostenibilidad del sistema”, escribió Herce en Twitter. Escrivá le respondió: “Querido Herce, me he quedado corto...”, y le criticó su propuesta de 1996 de pasar a un sistema de capitalización de las pensiones.

En ocasiones, la conversación ha escalado a términos más gruesos, cuando el ministro ha empleado las palabras “ignorancia” o “soberbia” contra algunos de sus detractores. En verano del año pasado tuvo una discusión en esos términos con el economista José Carlos Díez, profesor de la Universidad de Alcalá, a cuenta de los datos de afiliación.

“No me sorprende este comportamiento de Escrivá porque le conozco desde hace muchos años. Acusa de ignorancia y de soberbia en cuanto se le lleva la contraria. Parece que le molesta cuando no se coincide en el análisis con él. Tolera muy mal la crítica”, indica Díez. Episodios como este, en opinión de Castelo, son una falla en la estrategia comunicativa de Escrivá en redes: “Por lo general, en Twitter tiene un tono pedagógico y refuerza su imagen, pero a veces hace un uso un tanto exagerado de la polémica. Utiliza algunos adjetivos que pueden sobrar. En un repaso a su cuenta en redes se ve que no son habituales, pero este tipo de mensajes creo que no le son favorables”.

El ministro ha intercambiado tuits parecidos con el mediático economista Daniel Lacalle, que formó parte de la candidatura del PP en las primeras elecciones generales de 2019.

“A mí me parece estupendo que el ministro participe en debates en Twitter y use esta red social para explicarse, sobre todo si cree que se ha compartido información incorrecta. El problema que tiene Escrivá son las formas. Una cosa es que te diga que algo es incorrecto y otra que te acuse, siendo ministro y desde su cuenta oficial, de ignorancia o de no tener ni idea. No me parece normal que lo haga un ministro al que le pagamos el sueldo. El tono debe ser acorde a la institucionalidad de su cargo”, reflexiona Lacalle.

El experto en comunicación estratégica de Ideograma identifica dos almas en Escrivá: “La de ministro experto y la de ministro peleón; la primera es la más habitual y le refuerza, la segunda es menos común y no le favorece”, insiste.

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Sobre la firma

Emilio Sánchez Hidalgo
Redactor de Economía. Empezó su trayectoria en EL PAÍS en 2016 en Verne y se incorporó a Sociedad con el estallido del coronavirus, en 2020. Ha cubierto la erupción en La Palma y ha participado en la investigación de la pederastia en la Iglesia. Antes trabajó en la Cadena SER, en el diario AS y en medios locales de su ciudad, Alcalá de Henares.

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