La Autoridad Fiscal considera que la tasa de paro es “cada vez menos representativa”
El organismo considera que hay un 18% de población “infrautilizada” y alerta de que las fuentes habituales de información se quedan cortas en un entorno cambiante
Hay acontecimientos que causan profundos cambios de paradigma. Ha pasado con la pandemia y la respuesta que se le ha dado, plasmada en un manguerazo de dinero público. Ocurre con la incertidumbre causada por la guerra en Ucrania, que sigue amenazando el crecimiento económico. Se manifiesta en las disrupciones relacionadas con la revolución tecnológica y la digitalización. Y también se amplifica con las sucesivas reformas económicas aprobadas. Los shocks son tantos y tan intensos que algunos indicadores tradicionales ya se quedan cortos para reflejar los distintos fenómenos económicos, sean estos el nivel de desempleo o la actividad empresarial. “La tasa de paro es cada vez menos representativa de lo que queremos medir, que es el empleo efectivo”, han señalado este miércoles fuentes de la Autoridad Fiscal (Airef). Algo parecido sucede con el crecimiento, la fluctuación de los precios o la medición de los riesgos.
La tasa de paro al cierre del último trimestre de 2022 era del 12,9% según la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE. Según la Airef, con datos de la EPA, el 18% de la población activa está infrautilizada, un concepto que no se suele emplear en las estadísticas oficiales y que incluye, además de los parados oficiales, a los “desanimados” —aquellos que quieren un empleo, pero no lo buscan porque creen que no lo encontrarán—, los trabajadores en ERTE y los ocupados a tiempo parcial que desearían trabajar a tiempo completo y que por lo tanto están en esa situación de forma “involuntaria”. “El desempleo tradicional ya no refleja bien cuántos y qué tipos de desempleados hay”, apunta la Autoridad Fiscal.
También hay un desfase sobre el que no hay explicaciones entre las horas trabajadas, que bajan, y los ingresos por cotizaciones, que crecen. “En el ámbito estadístico deberíamos hacer un esfuerzo mayor para medir las horas, que solo están en la EPA y es una encuesta”, han añadido las mismas fuentes.
La Autoridad Fiscal señala que es un momento aún más difícil porque se ha abierto un periodo de transición con la última reforma laboral. Por ejemplo, la contabilización del contrato fijo discontinuo, cuyo uso se ha disparado con la última reforma laboral, ha generado cierta polémica en las cifras de paro registrado porque no aparecen cuando no están trabajando. El organismo ha matizado que esta pérdida de representatividad de la tasa de paro es anterior a la pandemia y no es exclusiva de España. Otros países contemplan mediciones alternativas parecidas a la de la Airef, que se elaboran a partir de medidas estándar comunes a todo Europa.
En el otro lado de la balanza están las nuevas mediciones que han aparecido a raíz de la pandemia. Organismos como el Banco de España o la Agencia Tributaria han desarrollado sistemas para extraer datos en tiempo real sobre la actividad empresarial o la evolución de los salarios. “Han aparecido indicadores alternativos. Sin embargo, se necesitan avances metodológicos, especialmente en la desestacionalización”, han mencionado las mismas fuentes. “Otro de los retos es cómo medir la incertidumbre”.
Más transparencia
“Es necesario elevar el estándar de transparencia del sector público”, ha resumido este miércoles la presidenta de la Airef, Cristina Herrero, en la clausura de un curso impartido por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y el organismo sobre el acceso y manejo de bases de datos. La institución, que trabaja con una avalancha de información de ámbitos distintos, desde la contabilidad regional a la sanidad o la educación, asegura haberse autoimpuesto internamente unos estándares más elevados. “Entendemos que este acceso privilegiado a la información es también una responsabilidad”, ha remarcado Herrero.
Entre las novedades están el recién lanzado observatorio de hallazgos y propuestas sobre políticas públicas y el futuro observatorio de recomendaciones. Estas dos herramientas se suman a todo el material y buscadores interactivos de datos y previsiones que ya ofrece la entidad y que muchas veces se ha construido a golpe de “exigir” una información que debería ser de más fácil acceso. “Al principio nos percibían como una amenaza”, ha recordado Herrero, quien ha reconocido que la institución ha “impulsado cambios en la Administración” que han supuestos avances, aunque siga habiendo “problemas frecuentes”. Entre ellos, la dispersión de la información o datos que no están orientados al análisis y la elaboración. Por eso, en 2020 publicó una Opinión sobre acceso a datos administrativos reclamando una estrategia nacional.
No es baladí que la recopilación de datos suela ser la parte más compleja de la evaluación de las políticas públicas, una de las tareas principales de la Airef. Más aún cuando están involucrados distintos actores y el contenido es sensible, por lo que se necesita de la firma previa de convenios de confidencialidad y la anonimización de la información. Estos acuerdos de entendimiento se han logrado con muchas entidades, desde la Agencia Tributaria al Instituto de Crédito Oficial (ICO), pero no ha habido aún un consenso con otras instituciones de envergadura como son los ministerios de Economía y Hacienda. Otro caso mencionado ha sido la falta de un acuerdo de colaboración con las comunidades forales para el seguimiento del ingreso mínimo vital, que gestionan directamente. “La transparencia no es solo publicar datos, sino facilitar su acceso”, ha concluido Herrero.
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