Calviño pide a los bancos que “arrimen el hombro” y el sector reclama que no se les estigmatice
El Gobierno decepciona a los grandes banqueros por no detallar en la reunión el diseño del nuevo impuesto
Encuentro cordial pero sin detalles del nuevo impuesto. Ese ha sido el resumen de la cita de este viernes entre el Ministerio de Economía, las asociaciones bancarias y los máximos dirigentes de las grandes entidades financieras del país. En la reunión se ha abordado la justificación para crear un nuevo tributo al sector, con el que hacer frente al gasto de las medidas sociales. Pero según ha reconocido la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, no se ha entrado en los detalles del diseño del tributo. Tan solo ha avanzado que se presentará la próxima semana como una proposición de ley en el Parlamento. Es decir, se negociará con los partidos políticos del bloque de la investidura y no se discutirá con las entidades. El sector, así como los primeros espadas de los bancos presentes en el encuentro, se siente decepcionado y no termina de entender la motivación de la reunión si no era para clarificar el gravamen.
“La negociación se producirá en el parlamento con los partidos”, ha incidido en varias ocasiones la vicepresidenta. Así, el diseño final del impuesto dependerá de la negociación con los partidos y de posibles cambios en la tramitación parlamentaria, como ya ocurrió con la reforma laboral. La vicepresidenta Calviño ha dicho en este sentido que también existe la opción de introducir mecanismos que eviten la traslación de este sobrecoste a los consumidores. “Hacienda tiene experiencia para vigilar y que esto no afecte a los clientes ni a la concesión de créditos”, ha subrayado la titular de Economía. Y ha insistido en que el tributo se va a confeccionar de forma que se proteja la solvencia de los bancos, la concesión de créditos y la recaudación fiscal: “Los bancos coinciden en la necesidad de proteger los ingresos fiscales”.
Antes de la reunión, la vicepresidenta fue entrevistada en TVE y lanzó un aviso al sector financiero: “Se trata de una decisión tomada”. De esta forma, dejó claro que el impuesto saldrá adelante, que no se admitirán presiones y que no darán marcha atrás. El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, también se ha pronunciado sobre la tasa para justificar su aplicación en Antena 3: “En una situación tan difícil para las rentas de las familias, hay sectores de la economía, como el bancario o el energético, que están teniendo resultados empresariales extraordinariamente elevados. Tiene todo el sentido [el impuesto]”. A lo que ha añadido: “El sistema financiero español está infragravado fiscalmente respecto a otras actividades económicas”. Sobre esto, ha explicado que hay otros países, como Francia, donde existen impuestos específicos a la banca, aunque fuentes financieras destacan lo contrario: “Llama la atención que España sea el único país que toma esta medida ahora”.
El sector, por su parte, ha valorado positivamente el encuentro, que se haya abierto un espacio en el que sean escuchados. De hecho, una de las cosas que peor sentó a la banca fue que se enterase del impuesto durante el debate sobre el estado de la nación, por sorpresa, con el impacto negativo que eso tuvo en los mercados. Pese a este trato cordial entre ambas partes, el sector financiero ha sido tajante en su punto de vista y ha dejado claro que no comparte los argumentos esgrimidos por el Ejecutivo. Además, Calviño ha reconocido que el sector se siente señalado y pide que no se les estigmatice.
Alejandra Kindelán, presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), ha sostenido que esta medida no solucionará los retos pendientes: “El impuesto nos preocupa. Creemos que no es el momento y que no va a resolver los problemas que hay sobre la mesa de alta inflación, ni va a mejorar el empleo ni va a contribuir a que se apoye a la economía con créditos”. Además, los representantes de la banca, AEB y CECA, han asegurado que es necesario que el sector esté fuerte y preparado para ayudar en estos momentos de incertidumbre. “Esta no es la medida necesaria para contener la inflación”, ha añadido Kindelán.
José María Méndez, director general de CECA, ha recordado asimismo que el sector ya soporta diversos tributos específicos: un impuesto sobre los depósitos, un tipo del 30% en el impuesto de sociedades, el pago del impuesto sobre actos jurídicos documentados en la firma de hipotecas y la tasa sobre transacciones financieras. “Nos estamos separando del contexto europeo en el que competimos y debería haber una armonización tributaria del sector”, ha dicho.
La vicepresidenta del Gobierno ha repetido los argumentos ya esgrimidos por el presidente, Pedro Sánchez, para justificar el impuesto, tanto en la reunión como en una rueda de prensa posterior. Ha recalcado una vez más la necesidad de que la banca arrime el hombro. Ha recordado que la solvencia de las entidades se ha visto beneficiada por las ayudas públicas a las empresas durante la pandemia y la crisis por la guerra de Ucrania. Además, Calviño ha dicho que se trata del sector menos afectado por la subida de costes de la crisis energética. Y ha destacado el impulso extra que supondrá en sus cuentas el alza de tipos de interés que inició este jueves el Banco Central Europeo.
En la cita también se han abordado otros temas como la situación y perspectivas macroeconómicas en un momento de alta inflación, así como sobre la inclusión financiera. Pese a ello, como era evidente, el grueso de la discusión ha girado en torno al impuesto. De hecho, fuentes del sector bancario no entendían que los puntos del día diesen más espacio a estos temas que al nuevo tributo. Y esperaban que hubiera algo más de concreción del gravamen con el que el Ejecutivo prevé recaudar 3.000 millones de euros en dos años. Sin embargo, continúa la espera para conocer los detalles del impuesto, al menos unos días más.
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