Subida de tipos del BCE: préstamos e hipotecas más caras, pero mayor rentabilidad del ahorro
Empresas y hogares endeudados sufrirán más, mientras que los que tengan depósitos saldrán beneficiados
El 21 de julio de 2022 quedará marcado como el punto de inflexión para la economía de la Unión: el día en el que se ha puesto fin a una política monetaria atípica en el Viejo Continente. El Banco Central Europeo (BCE) comienza así la normalización de los tipos de interés con la mayor subida en 22 años, de 0,5 puntos.
El giro de timón era previsible, solo faltaba ponerle fecha, y afectará al bolsillo de los consumidores: por un lado, con subidas de los costes de financiación, que puede frenar el gasto. Y también con otros efectos positivos como la vuelta de la rentabilidad de los depósitos. Aunque el gran efecto buscado es que modere una inflación que sigue desbocada en Europa. Pese a las expectativas, el Eurobanco se muestra siempre prudente y matiza que estos efectos no serán inmediatos con la primera subida de 50 puntos básicos.
Hipotecas más caras
Donde antes se va a sentir la subida de tipos es en las hipotecas. De hecho, ya ocurre desde hace meses porque el mercado empezó a descontar las alzas por los mensajes que deslizaba el BCE. Esa es la razón por la que el euríbor a 12 meses, indicador al que se referencian la mayoría de estos préstamos, retornó en abril a positivo y junio lo cerró al 0,852%. “Esto afectará a la familia tipo española, porque tienen la hipoteca como el mayor de sus gastos”, explica Leopoldo Torralba, economista de Arcano Economic Research.
Pese a ello, hay que distinguir entre diferentes hipotecas, ya que no afectará a todas por igual. Sobre las que ya existen, el zarpazo lo sufrirán aquellas que tienen un tipo variable y referenciadas al euríbor. Según la Asociación Hipotecaria Española (AHE), a finales de 2021 España contaba con 5,5 millones de préstamos vivos y tres cuartas partes (4,1 millones) tenían un interés variable. Y se estima que la mayoría de ellos (alrededor del 90%) están vinculados al euríbor a 12 meses. Esto significa que periódicamente (normalmente, una vez al año) se recalculan las cuotas en función de cómo haya cambiado el índice desde la última revisión. Y eso, con el paso de los meses, acabará en un encarecimiento de estos créditos. Si se compara con el año anterior, en diciembre el euríbor acabó en el -0,502%, la segunda media más baja de la historia. “El mercado espera que se alcance un euríbor a 12 meses de alrededor del 2% para 2024, con una subida gradual hasta llegar ahí”, recuerda Torralba.
Las hipotecas a tipo fijo ya contratadas quedan exentas de estos vaivenes. Sin embargo, las nuevas que se formalicen en estos momentos pagarán también la subida, ya que los bancos han empeorado estas ofertas (han subido el tipo fijo que ofrecen por el nuevo entorno económico) y mejorado el diferencial en las hipotecas a tipo variable para protegerse de la subida del BCE.
Crédito al consumo
El crédito al consumo será el otro gran apartado en el que se dejará sentir un incremento de los gastos. En resumen, todo lo que sea pedir financiación se encarecerá, de ahí el riesgo de que una subida abrupta suponga un freno al consumo y, por ende, a la economía. En el caso de estos préstamos, de menor cantidad que los hipotecarios, no aumentarán su precio por revisiones anuales, ya que estos suelen tener un mayor componente fijo.
Pese a ello, el golpe existirá. En concreto, el varapalo llegará para los que se concedan a partir de ahora, que tendrán un diferencial superior. “Afectará a los nuevos préstamos porque su precio se marca en función de los tipos de interés”, añade Torralba. Esto también se dejará sentir en las empresas con una rebaja de su capacidad de inversión.
Rentabilidad del ahorro
Hasta este punto, todos los elementos tienen en común un incremento de los costes. Sin embargo, habrá apartados que, si se cumple la teoría, acabarán beneficiando a los consumidores. Por ejemplo, a los que tengan ahorro. Para los ahorradores la subida de tipos será una bombona de oxígeno. “Son dos caras de la misma moneda: mientras unos pagan más por su pasivo, otros recibirán más dinero con activos de riesgo reducido”, explica el economista de Arcano.
De esta forma, se acelerará la vuelta de la rentabilidad en los depósitos, así como de otras alternativas de inversión, entre las que destacan los bonos del Estado, que recuperarán atractivo al pagar un interés mayor —el reverso es que a las arcas públicas le costará más pagar la deuda, como se refleja en el crecimiento de la prima de riesgo—. Esto, en la práctica, fomentará el ahorro, algo que hasta ahora se penalizaba: será más atractivo mantener ese dinero varado con una rentabilidad garantizada antes que moverlo hacia inversiones de mayor riesgo o de dedicarlo al consumo.
Guerra contra la inflación
El motivo principal de la subida de tipos es el de contener una inflación galopante. En España, el IPC acabó junio en el 10,2% respecto al año anterior, mientras que en la Eurozona escaló hasta el 8,6%.
En este contexto, la subida de tipos debe ayudar a llevar la inflación hacia el objetivo del BCE del 2%. Sobre el papel, la tarea parece muy sencilla: se trata de ir subiendo los tipos hasta una tasa neutral. Es decir, aquella en la que no da impulso a la economía, pero tampoco la deprime. Un equilibrio muy difícil de conseguir y en el que cualquier traspié de los bancos centrales o pasada de frenada puede hacer descarrilar la actividad económica.
Así, la subida de tipos que inicia el Eurobanco es un cóctel muy complejo. Por un lado, reducirá consumo e inversiones. Y por otro, hará más rentable el ahorro y ayudará a moderar la inflación. La cuestión está en saber si el aumento de tipos consigue bajar tanto el IPC como para compensar el encarecimiento de los costes que supondrá para los hogares endeudados. “El equilibrio estará en que las alzas no sean exageradas y permitan bajar la inflación sin deteriorar la economía en exceso”, resume Torralba. Todo ello con un riesgo de fondo: la amenaza de la recesión y que esta alza reste vigor a la creación de empleo y a la economía en su conjunto en un momento de mucha incertidumbre por la guerra de Ucrania.
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