El BCE sin rumbo
La institución presidida por Christine Lagarde ha anunciado una subida de tipos del 0,25% en julio, pero aún no hay acuerdo en el mecanismo anti fragmentación de los mercados
El BCE ayer revisó al alza sus previsiones de inflación hasta el 6%, muy lejos de su objetivo del 2%. Anunció el fin de las compras de deuda y un ciclo de subidas de tipos. Pero aún no hay acuerdo en el mecanismo anunciado anti fragmentación de los mercados y eso descolocó a los inversores. Italia e España deben liderar una propuesta concreta y confrontar con Alemania urgentemente.
Tipos oficiales más altos y menos compras de deuda han provocado ya un aumento de los tipos de interés de las deudas. Eso frenará la demanda de crédito, tanto bancario como en los mercados de capitales, la inversión, la creación de empleo, el consumo y el PIB. Por lo tanto, el debate no es si los bancos centrales deben subir los tipos. El debate es ¿dónde subirlos? ¿cuánto? y ¿a qué ritmo?
El shock de inflación comenzó hace un año en el precio del gas y se ha generalizado a todas las materias primas. Ya se ha contagiado a los bienes industriales y comienza a contagiarse a los precios de los servicios, que es el componente más estructural, ya que tienen, normalmente, un menor grado de competencia.
La causa del shock fue principalmente una recuperación de demanda tras la pandemia más intensa de lo que las empresas y la oferta podían atender, especialmente en China y en EEUU. Luego la guerra de Ucrania ha intensificado el fenómeno. Por lo tanto, para revertir la inflación a tasas próximas al 2%, considerado como estabilidad de precios, es necesario que acabe la guerra en Ucrania. China ya ha entrado en una mini recesión con su reciente confinamiento y ha enfriado la demanda mundial. Los precios de los fletes desde China han bajado significativamente en 2022, pero siguen siendo el triple que en 2019.
En EEUU el empleo sigue a velocidad de crucero, la tasa de paro en mínimos históricos y los salarios crecen próximos al 8%. Por eso, la inflación de servicios aumentó también el 8% anualizada en marzo y abril. La Reserva Federal ya ha definido una estrategia clara y el mercado la ha asumido. El BCE vuelve a ser una cacofonía, como en 2008, que provoca volatilidad e inestabilidad financiera.
En Europa la inflación de servicios está subiendo, pero sigue al 3,5%. El tipo del bono alemán a 10 años, referencia de la deuda europea, ha repuntado al 1,45%, niveles no vistos desde 2009. La prima de riesgo española ha subido hasta 115 puntos básicos, pero sigue en niveles razonables. Más preocupante es el bono italiano, ya en el 3,7% y su prima en 225.
El BCE se equivocó garrafalmente en julio 2008, subiendo tipos en medio de la mayor recesión en ochenta años. Volvió a equivocarse en julio de 2011, subiendo tipos en medio de la crisis del euro. Alemania y su desastrosa política energética es el principal foco de inflación europeo y pueden volver a inducir una doble recesión y una crisis del euro.
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