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La subida de costes asfixia a la industria alimentaria: “Un contenedor que valía 1.094 euros ahora me cuesta 14.590 euros”

El sector, que se da cita en el salón Alimentaria, descarta poder recuperar este año el negocio anterior a la pandemia a causa de los atascos en la distribución y al precio de las materias primas

Expositor de turrones en la feria Alimentaria.
Expositor de turrones en la feria Alimentaria.Massimiliano Minocri (EL PAÍS)
Alfonso L. Congostrina

El Salón Alimentaria, uno de los referentes a escala europea, comenzó este lunes en Barcelona con el sector agroalimentario instalado en una nueva crisis provocada por el aumento del precio de las materias primas, la energía y el gasóleo. Después del parón desde 2018, la edición de este año, celebrada en Fira de Barcelona, debía ser la de la vuelta a la normalidad. Pero esa recuperación se ha visto empañada por la nueva crisis inflacionista que vive el mundo a raíz de la guerra de Ucrania, que copaba las conversaciones en los expositores. El director general de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), Mauricio García de Quevedo, aseguró este lunes a Efe que la elevada inflación y el incremento de costes de la industria alimentaria impedirá que el sector recupere este año los niveles de negocio anteriores a la emergencia sanitaria.

Daniel Sánchez-Llibre Galván, consejero delegado de la empresa de conservas Dani, se encontraba este lunes al pie del cañón junto gran parte de su familia en el expositor de la empresa. “El pasado mes de octubre fuimos a la feria Anuga, en Alemania. Era la primera feria alimentaria que se abría tras las restricciones de la covid. Estábamos deseando que llegara Alimentaria y justo cuando llega nos encontramos con una inestabilidad brutal. Ha subido el aceite de girasol, el gas... Además, el mercado ruso y el ucranio es un gran consumidor de nuestras conservas y ha cerrado. La semana pasada estuvimos a punto de cerrar unos días nuestra fábrica de Galicia porque no podía salir nada con la huelga de transportes”, explica Sánchez-Llibre.

La conservera tiene una empresa pesquera en Chile, donde también han llegado los problemas. “Allí ahora no hay contenedores, pero además es que hace solo unos meses un contenedor tardaba 45 días en llegar desde Chile y ahora tarda tres meses y medio”, denuncia. El consejero delegado de Dani sabe al dedillo los incrementos de los precios que está sufriendo su industria. “Muchas de nuestras conservas van en botes de cristal, puesto que el cristal ha subido un 30%. El aceite de girasol hace unos meses lo pagaba a 1,45 el litro y ahora a 3,05 euros. La hojalata con la que hacemos nuestras latas ha subido un 54%. Es más, antes un contendor desde China a Barcelona con estos materiales me costaba 1.200 dólares (1.095 euros) y hoy ese mismo contenedor cuesta 16.000 dólares (14.590 euros)”, lamenta. Sánchez-Llibre asegura que la inflación es mucho más del 9% que dicen. “El problema es que hay un precio por encima del cual el consumidor no puede pasar. Comprarán antes dos kilos de arroz para dar de comer a toda la familia que una lata de berberechos”, mantiene.

“Más salchichas y jamón york”

La directora de Marketing de la industria cárnica Argal, Meritxell Domingo, tiene claro que “los precios subirán pero el consumo bajará”. Argal hacía 25 años que no tenía expositor en Alimentaria. “En 2020 quisimos venir porque hemos lanzado una gran gama de platos preparados. La pandemia nos ha hecho retrasar esta presentación y justo cuando estábamos más optimista llega esta crisis que hace no solo que suba el precio de nuestra materia prima, sino también de la energía, los envases y el gasóleo”, argumenta. La estrategia de Argal es intentar recuperar el equilibrio reduciendo costes de producción. “No podemos cargar todos los costes en un consumidor que al final no va a poder contener. La crisis no nos tiene que hacer entrar en pánico, pero ya ha empezado a notarse una reducción en el volumen de negocio. Este febrero el mercado de las cárnicas han notado una reducción del 8,6%, mientras que en Argal solo ha sido del 5%”, avisa. Sabe que si la crisis dura mucho tiempo los consumidores se decantarán por las marcas blancas y crecerá el consumo de los productos más económicos: “Las salchichas y el jamón york”.

Laia Mas es la directora de Reputación Pública y Corporativa de Danone. “No son momentos fáciles y la solución para salir de esta crisis es seguir apostando por el valor y la innovación de nuestros productos. El consumidor tiene que saber que cuando nos compra, compra calidad”, apunta. En otro expositor, la jefa de Comunicación de Casa Tarradellas, Miquelina Saborit, muestra las nuevas pizzas de fermentación lenta de su firma, con más de 45 años de historia. “Nuestra primera pizza es de 1996. Desde entonces, hemos pasado muchas crisis y hemos aprendido que una crisis es un ejercicio de adaptación. La pandemia nos enseñó que tenemos que tener cintura, y eso haremos”. Para Javier Coromina, director de Comunicación de Idilia Foods (Cola Cao o Nocilla), el principal problema es el encarecimiento de las materias primas. La guerra de Ucrania lo ha complicado todo muchísimo. Nosotros decidimos por una cuestión de salud y de preocupación por el medio ambiente dejar de hacer nuestros productos con aceite de palma, pero es que ahora el aceite de girasol ha multiplicado por cuatro el precio que tenía en 2020. No volveremos nunca al aceite de palma, eso lo tenemos claro, pero tenemos que afrontar la subida del precio del aceite, la energía, los cereales… El 70% de los cereales los comprábamos a Rusia y Ucrania...”, lamenta.

Alimentaria también es un espacio de innovación. El consejero delegado de Torrons Vicens presenta, por ejemplo, la novedad del primer turrón de donut. Pero también está pendiente de la crisis de precios. “La pandemia no afectó al consumo navideño pero sí a nuestras tiendas, que muchas estuvieron cerradas. Ahora esta crisis está afectando al coste de materias primas, energía y petróleo, y la única fórmula que se me ocurre es intentar optimizar los recursos logísticos para que repercuta lo mínimo posible en el precio”.

Presencia del Rey

Felipe VI, quien inauguró este lunes el salón, se encontró con un nuevo plante de las autoridades catalanas: ni el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ni la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, estuvieron presentes en el saludo protocolario del Rey en una de las puertas de la feria. Minutos más tarde, sí posaron con el Monarca en el interior del recinto, aunque el presidente de la Generalitat no acompañó a Felipe VI en su visita a las instalaciones.

Los que sí recibieron al Monarca fueron el ministro de Agricultura, Luis Planas; la delegada del Gobierno en Cataluña, Maria Eugènia Gay; la alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat y presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marín; el presidente de la Cámara de Comercio de España y de Alimentaria, José Luis Bonet; el presidente de Fira de Barcelona, Pau Relat, y el presidente de Hostelco, Rafael Olmos.

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