La guerra de Ucrania ensombrece la recuperación: Funcas estima que España crecerá menos y avisa que la inflación será persistente
El centro de análisis de las antiguas cajas de ahorros rebaja la previsión del PIB en 2022 hasta el 4,2%, 1,4 puntos menos, y estima la subida media de los precios en el 6,8%
La guerra de Ucrania, y las enormes sanciones económicas aprobadas por Occidente, golpean a Rusia pero también se dejan sentir al otro lado. España no se libra y, en línea con los países de su entorno, está viendo recortado su potencial de crecimiento, de manera que al acabar este año todavía no habrá recuperado todo lo perdido en la pandemia. Eso es lo que espera Funcas, el centro de análisis de las antiguas cajas de ahorro, que este miércoles ha actualizado sus previsiones económicas. Y no precisamente para bien: el crecimiento del PIB en 2022 será del 4,2%, 1,2 puntos porcentuales menos de lo que se vaticinaba en la anterior previsión de enero. A la vez, la inflación, que en marzo se ha situado en máximos desde 1985, se disparará hasta una media anual del 6,8%. El análisis advierte, no obstante, que no ha contemplado el plan de choque presentado por el Gobierno para frenar la carestía de precios, particularmente los energéticos. Con ese conjunto de medidas, Funcas cree que la inflación media anual podría relajarse hasta el 5,8%, un porcentaje en cualquier caso muy elevado (el año pasado ya fue del 3,1% y los bancos centrales consideran que lo ideal para un crecimiento sano es que se acerque al 2%).
2022 se planteaba como el gran año de la economía española: iba a alcanzar el pico de su crecimiento pospandémico, marcando distancias con el resto de países de su entorno (que crecían menos, porque sus economías también cayeron mucho menos en el primer año de pandemia). Pero si ya el año pasado fueron los cuellos de botella y los altos precios de la luz los que postergaron la gran eclosión de España, este año han sido los planes belicistas de Putin, que han reforzado la subida de precios de la energía, los que de nuevo limitarán la expansión del PIB. De esa manera, el 4,2% previsto por Funcas se queda por detrás del 5,1% de 2021, aunque sigue por delante de la media de la zona euro. El centro de análisis cree que los países de la moneda común progresarán de media un 2,5% este año, lo que supone recortar todavía más que en el caso de España, en 1,5 puntos, las previsiones de enero.
Pero también puede verse el vaso medio lleno porque, pese al desfavorable contexto internacional y como recuerdan los expertos de Funcas, “la expansión se mantiene”. Esta se sustenta en los mismos pilares que el año pasado. De entrada, la demanda que quedó embalsada en los meses más duros de la pandemia, cuando muchos hogares ahorraron a fuerza de no poder consumir muchos bienes y servicios. Esta demanda interna sigue siendo “el motor de crecimiento”, pero se resiente porque la inflación resta poder adquisitivo a esos mismos hogares (cuya renta real disponible retrocederá en conjunto 16.700 millones respecto a la previsión de enero, según el análisis). La economía española se beneficia además del rebote del turismo (un sector cuya paralización en 2020 fue en gran parte la causante de que España fuera la economía avanzada más golpeada por el coronavirus) y, por último, por la cada vez mayor ejecución de fondos europeos. Bruselas se comprometió a ayudar a España con hasta 140.000 millones entre subvenciones y préstamos, y ese dinero cada vez fluye más por el tejido productivo español.
La mejora de la economía, aunque atenuada por la invasión de Ucrania, se trasladará además a otros indicadores. Funcas estima que la tasa de paro descenderá hasta el 13,8% este año (un punto menos que en 2021), el déficit público se moderará al 5% (todavía lejos del 3% de límite que impone Europa, aunque las reglas fiscales se encuentran temporalmente suspendidas) y la deuda pública seguirá bajando hasta acabar el año en el 115% del PIB.
Inflación persistente
Los expertos del centro de análisis aventuran lo que pasaría si cambiase el rumbo en el conflicto del Este de Europa. En caso de recrudecerse, y sobre la base de una ruptura total de relaciones entre Rusia y la Unión Europea, Funcas asegura que “no sería descartable una recesión en la zona euro” como consecuencia del agravamiento de la crisis energética y de los problemas en la cadena de suministros. Por el contrario, un desenlace rápido de la guerra “estabilizaría los mercados energéticos y ayudaría a contener la inflación”. Pero incluso en ese escenario, se descarta que la inflación subyacente (la que no contempla los precios de la energía y los alimentos frescos, por ser los más volubles) desaparezca rápidamente y el déficit público continuaría siendo elevado como consecuencia de las medidas extraordinarias con que los países respondieron a la pandemia, primero, y ahora a la crisis provocada por la guerra.
Con la mirada ya puesta en 2023, entonces Funcas sí prevé que España recupere el nivel de PIB prepandemia. Para el año próximo, el análisis prevé un crecimiento del PIB del 3,3% (0,2 puntos menos de lo que estimaba en enero), que estará todavía por encima de la media de la zona euro (2%, inalterado respecto al análisis anterior). La alta inflación ha venido para quedarse y todavía en 2023 se situará en una media anual del 2,8%. En cuanto a la tasa de paro, se espera que se sitúe en el 12,9%, tras crearse 473.000 nuevos puestos de trabajo en entre ambos años. La posición de la deuda pública española mejorará hasta situarse en el 112,4% del PIB y el déficit, aunque seguirá reduciéndose, seguirá muy por encima de las metas europeas con un 4,5%.
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