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Los economistas rebajan en ocho décimas el crecimiento de la economía española de 2022 por la guerra en Ucrania

Los panelistas de Funcas prevén que el PIB avance un 4,8% y elevan en dos puntos porcentuales la previsión de la inflación general y subyacente

Matteo Allievi
Varias personas compran aceite en un supermercado de Madrid.
Varias personas compran aceite en un supermercado de Madrid.Fernando Villar (EFE)

El agravamiento de las tensiones inflacionistas y el temor al desabastecimiento como consecuencia de la guerra en Ucrania ponen cada vez más en peligro la recuperación tras la pandemia. Según el panel de previsiones de Funcas de marzo —elaborado a partir de una encuesta realizada entre 19 servicios de análisis—, la economía española crecerá este año un 4,8%, ocho décimas menos de lo esperado, ante la elevada incertidumbre provocada por el contexto bélico. Si solo se tienen en cuenta las respuestas de los panelistas que han modificado sus pronósticos por el impacto del conflicto, la previsión media se situaría en el 4,6%, un punto porcentual menos que en las valoraciones de enero.

El amplio rango entre la previsión máxima (6%, según Analistas Financieros Internacionales) y la mínima (2,9%, por parte de la consultora Metyis) pone de manifiesto las diferencias en las hipótesis de partida sobre las que se sustentan las estimaciones de los panelistas. Sus ojos están puestos en las nuevas sanciones que pueden adoptarse y en la trayectoria que pueden seguir los precios energéticos a corto plazo. Desde el anterior panel, la cotización del gas se ha elevado un 34% en el mercado holandés TTF, alcanzado máximos históricos durante los primeros días de la invasión. El petróleo también ha sufrido fuertes oscilaciones: el barril del brent, de referencia para Europa, que en enero se mantenía por debajo de los 90 dólares, cotiza este mes por encima de los 100 dólares (con un récord de casi 130 el 8 de marzo).

Los productos básicos para la alimentación humana y animal como el trigo y el maíz han seguido una senda similar, tras las interrupciones de las exportaciones de Ucrania. El puerto de Tarragona, una de las principales puertas de entrada de las materias primas en España, aguarda con incertidumbre la eventual escasez de suministro. Por otra parte, los cuellos de botella en el aprovisionamiento de metales y microchips, muy dependientes de las materias primas del gigante euroasiático, se han intensificado. La vuelta a los confinamientos en algunas ciudades de China —decretados por el repunte de contagios— amenaza con agravar los problemas logísticos de la economía global.

Ante el encarecimiento de los insumos, la previsión media de los panelistas de Funcas para la tasa de inflación en 2022 ha subido 1,9 puntos, hasta el 5,4%, y la subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) se sitúa en el 2,8%, ocho décimas más que en el anterior consenso. El incremento es aún mayor si solo se tienen en cuenta las estimaciones que han sido modificadas: hasta el 5,8% para la tasa general y hasta el 3% para la subyacente. “Europa es una de las regiones más expuestas al riesgo de estanflación, por la cercanía de las hostilidades y la dependencia de Rusia, en particular en materia de gas, determinante de la factura de la electricidad”, señalan los analistas de la casa de estudios. En sus últimas proyecciones, el Banco Central Europeo ha incrementado su previsión de inflación, con un IPC que podría subir entre un 5,1% (escenario central) y un 7,1% (escenario con precios energéticos tensionados). Esto es respectivamente entre dos y cuatro puntos más que en el pronóstico de diciembre.

Antes del estallido del conflicto en Ucrania, las principales autoridades monetarias habían anunciado un repliegue de los estímulos desplegados durante la crisis del coronavirus. Su posición ya no era cómoda: se enfrentaban a la ardua tarea de contener la inflación sin perjudicar el camino de recuperación pospandemia. Ante el riesgo de estanflación, este dilema es ahora más complejo. Si el BCE ha apostado por mantener la desescalada de los programas de compra de deuda pública, y a la vez dejar abierta la puerta a aumentos de tipos de interés antes de final de año, la Reserva Federal ha aprobado este miércoles la primera subida desde 2018, de 25 puntos básicos.

Con respecto al mercado laboral, la previsión media de creación de empleo para 2022 se ha rebajado en medio punto, hasta el 3,5%. Las cifras de afiliación a la Seguridad Social apuntan a que, tras la fuerte recuperación de 2021, la creación de empleo continuó en los dos primeros meses del año, aunque a un ritmo inferior. A pesar del empeoramiento de la previsión de crecimiento, la estimación para la tasa de desempleo este ejercicio se sitúa en el 13,9%, tres décimas porcentuales menos que en el anterior panel.

La opinión de los panelistas sobre el contexto internacional está envuelta en el pesimismo. La mayoría considera que el escenario de incertidumbre se mantendrá en los próximos meses, o incluso empeorará. La magnitud del shock al que se enfrenta la economía está a la merced del impacto de la guerra en la contienda en los mercados de la energía y de otros recursos naturales clave.

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