Ómicron frena el crecimiento de la eurozona pese a la distensión en las cadenas de suministro
La actividad del sector servicios cae hasta su nivel más bajo desde abril del año pasado, con la hostelería y el ocio como sectores más afectados. La producción manufacturera, en cambio, marca máximos de cinco meses
La propagación de la variante ómicron ralentiza la expansión económica de la eurozona en enero por segundo mes consecutivo. El dato adelantado del índice PMI compuesto se ha situado en enero en 52,4 puntos, tras caer desde los 53,3 marcados en diciembre, según ha informado este lunes la consultora IHS Markit. Esta lectura refleja el crecimiento más lento en 11 meses, desde la recuperación iniciada la primavera pasada tras las restricciones a la movilidad impuestas de principios de 2021 para frenar la circulación del virus.
El PMI es un indicador adelantado de la evolución económica que se elabora mensualmente por medio de una encuesta a un panel representativo de más de 5.000 empresas pertenecientes a los sectores secundario (manufacturas) y terciario (servicios). Estas tienen que valorar la evolución de su actividad comercial con respecto al mes anterior. Una cifra por encima de 50 indica un aumento de las ventas y por debajo, una contracción.
El resultado adelantado de enero apunta, por tanto, a una recuperación que sigue avanzando, aunque la desaceleración se hace patente, con amplias divergencias entre los resultados de los sectores. La actividad del sector servicios ha caído hasta su nivel más bajo desde abril del año pasado, al colocarse en 51,2 puntos frente a los 53,1 de diciembre. El rápido avance de la sexta ola provocó la reintroducción de algunas restricciones en estas últimas semanas, especialmente en Alemania, Francia, Italia y España, que en particular afectaron a la hostelería y al ocio. Las empresas encuestadas por la consultora indicaron que el absentismo del personal, bien por haber contraído la enfermedad o por haber tenido que autoconfinarse por contacto estrecho, también inhibió la actividad empresarial.
Mejora industrial
La buena noticia fue la atenuación de los retrasos en las cadenas de suministro, que dio un impulso a la producción manufacturera. El índice PMI de este sector se situó en 59 puntos en la eurozona, desde los 58 de diciembre. Es su nivel máximo de los últimos cinco meses. Muchas firmas han informado de una menor escasez de artículos y de una progresiva reducción de los plazos medios de entrega de los proveedores, que se habían alargado desde enero del año pasado. “El alivio de la crisis de suministro no solo ha ayudado a las fábricas a reforzar la producción, sino que además las presiones en los costes soportados por el sector manufacturero también se han moderado”, señala el economista jefe de la consultora, Chris Williamson.
Alemania se recupera de ómicron
El análisis por países revela que en Alemania la actividad empresarial ya se ha recuperado después de una ligera caída registrada a finales de 2021. Allí, en enero la expansión fue más sólida desde el pasado septiembre, gracias al intenso aumento de la producción industrial y al regreso al crecimiento del sector servicios.
El dato adelantado del PMI compuesto alemán se ha situado en los 54,3 puntos, frente a los 49,9 de diciembre. Según el economista de IHS Markit Phil Smith, esta cifra ha sido una sorpresa positiva y demuestra que tanto las empresas como los consumidores alemanes están aprendiendo a lidiar con la covid-19 y las medidas implementadas para contener su expansión. No obstante, no hay que bajar la guardia. “El aumento de los costes sigue siendo una preocupación para las empresas, y los datos de la encuesta muestran que los precios de los insumos continúan aumentando considerablemente y en múltiples frentes”, añade.
Por el contrario, en Francia la última oleada de contagios y las elevadas presiones inflacionistas han vuelto a detener el desarrollo de la actividad. El dato adelantado del PMI compuesto del país galo se ha situado en enero en 52,7 puntos, su valor mínimo desde abril del año pasado. Eso es reflejo de una producción industrial casi paralizada y de un sector servicios todavía mermado por las consecuencias de la crisis. Para Joe Hayes, economista de la consultora británica, las cifras más bajas de enero no son inesperadas frente al creciente número de casos de coronavirus detectado en las últimas semanas: “El impacto económico de la pandemia aún es evidente. El aislamiento de algunos miembros de las plantillas generó más retrasos en el trabajo y dejó pedidos sin completar”.
Aunque los precios de venta de ambos sectores en el conjunto de la eurozona siguieron al alza, impulsados por los costes de la energía, las expectativas futuras mejoraron por segundo mes consecutivo. La ralentización del ritmo de crecimiento del sector servicios se ve compensada por unas mejores perspectivas para las manufacturas, donde la mitigación de los problemas de aprovisionamiento ha contribuido a impulsar la confianza con respecto a la producción de los próximos meses.
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