El Banco de España advierte de que la crisis de suministros restará hasta 1,2 puntos al crecimiento
El golpe vendría propiciado sobre todo por los problemas de la industria automovilística, según los cálculos del organismo
Los ojos del mundo económico están puestos en la magnitud del desbarajuste que puede provocar la nueva variante ómicron, pero a la espera de conocer su impacto, otros problemas siguen presentes y amenazan con seguir restando empuje a la recuperación. La crisis de suministro global, propiciada por una tormenta perfecta multifactorial de interrupciones en fábricas asiáticas por contagios y apagones, alta demanda, producción de semiconductores insuficiente, falta de contenedores y retrasos en los envíos por el colapso en los puertos derivada de la carencia de camioneros, es uno de los problemas más visibles. Y el Banco de España ha puesto números a su impacto sobre la economía: calcula que a España puede costarle entre dos y tres décimas de PIB en el tramo final de 2021, y entre cinco y nueve décimas en 2022. Esto es, un máximo total de 1,2 puntos.
El organismo ha hecho sus estimaciones, en un análisis publicado este jueves, asumiendo que los cuellos de botella se prolongarán durante los tres primeros trimestres del año próximo. Aunque reconoce que la incertidumbre sobre la persistencia de la crisis es notable —la discusión sobre su duración es global, y adivinar su final resulta complicado—, cree que ese plazo es el más probable ahora mismo, dado que coincide con las previsiones que las compañías expresaron en su encuesta sobre actividad empresarial. Y estas son las que sufren de primera mano sus consecuencias.
El Banco de España señala que el mayor golpe le llegará a España por el flanco de su industria automovilística, sacudida por una falta de semiconductores que ha causado numerosos parones en las fábricas. Esa menor producción está retrasando las entregas de vehículos, hasta el punto de que, según la patronal Faconauto, hay unos 100.000 automóviles pendientes de llegar a sus dueños.
El coste de esa ralentización provocada por la falta de chips podría ser de hasta siete décimas para el sector. Así lo explica el banco en el análisis: “La mayor parte del efecto adverso sobre el PIB español de estos cuellos de botella estaría asociada al impacto negativo que dichas perturbaciones suponen sobre el sector del automóvil, lo que resulta coherente con el elevado peso y relevancia de este sector en nuestra economía”.
Otras industrias también están notando dificultades por el atasco global. El artículo señala que hay mayores tensiones en aquellas ramas con niveles reducidos de inventarios de bienes finales que a la vez experimentan una fuerte escasez de suministros. Y entre ellas cita los sectores del caucho y plásticos, papel, material y equipo eléctrico, informática y electrónica, y productos metálicos.
“Una particularidad de estos cuellos de botella es que han afectado de forma muy heterogénea a las distintas ramas de la actividad y han tenido una incidencia especialmente importante en aquellas industrias situadas en las partes más altas de la cadena de valor, es decir, en aquellas que suministran bienes que son empleados por otras industrias”, explica. El organismo tiene en cuenta también el hecho de que los principales socios comerciales de España no son inmunes a la crisis, lo cual conlleva un efecto arrastre negativo.
A la espera de conocer si los datos del cuarto trimestre recogen cierta mejora del PIB, la advertencia del Banco de España llega en un momento delicado para la economía española, que ha visto como los principales organismos internacionales rebajaban sus previsiones de crecimiento para este año y el próximo, el último la OCDE este mismo miércoles.
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