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Wayne Griffiths (Seat) asume la presidencia de Anfac

El nuevo jefe de la patronal de fabricantes de coches afirma que luchará por “el derecho individual a la movilidad” ante las prohibiciones a los vehículos

Dani Cordero
Seat Wayne Griffiths
El vicepresidente de Seat, Wayne Griffiths, en una fotografía de archivo.Juan Barbosa

Wayne Griffiths es desde este miércoles presidente de Anfac. La junta directiva y la asamblea de la patronal española de fabricantes de automóviles han aprobado el nombramiento del máximo responsable de Seat y poner fin así al mandato de José Vicente de los Mozos. El presidente de Renault España había dilatado su mandato en la organización de forma obligada pese a que los planes iniciales marcaban su salida a finales de 2019, tras los dos años reglados de mandato.

Por aquel entonces ya se preveía que Seat asumiría el máximo cargo de Anfac, aunque no en la persona de Griffiths, que era vicepresidente de la marca española. El elegido para ocuparlo era el entonces presidente, Luca de Meo, pero su marcha a París para dirigir el grupo Renault hizo saltar por los aires esa planificación. La designación de Griffiths como su sustituto en Seat se dilató nueve meses (hasta septiembre de 2020) y no ha sido hasta ahora que ha asumido las riendas de la patronal española.

Griffiths nació en Dukinfield (Reino Unido) en 1966 y posee también la nacionalidad alemana. El grueso de su carrera ha transcurrido en el Grupo Volkswagen: empezó en Audi, pasó entre 1991 y 1993 por Seat, regresó a Audi, y volvió a desembarcar en Seat de la mano de De Meo en 2016. Ha sido corresponsable de la conversión de Cupra desde un segmento de producto dentro de Seat hasta ser una marca independiente, que apuesta por vender coches con mayores prestaciones y precios y que será la plataforma de desembarco de los coches totalmente eléctricos del fabricante español. En este momento, su gran foco al frente de Seat es la conversión de la fábrica de Martorell (Barcelona) para que se especialice en la producción del coche eléctrico de menor gama de todo el grupo Volkswagen.

Ese pulso con la reconversión de la industria será probablemente también su principal caballo de batalla en Anfac. También la reforma de la fiscalidad al coche, que el sector demanda desde hace años para poner fin al impuesto de matriculación, que consideran un gravoso peaje para quienes quieren adquirir un vehículo, y la recuperación de las ventas de coches, que en los dos últimos años se ha visto fuertemente afectada por la crisis sanitaria de la covid y la posterior falta de semiconductores, que ha obligado a reducir la producción. El Gobierno, tras sucesivos retrasos, debe abrir en breve la convocatoria del proyecto estratégico de recuperación y transformación estratégica (PERTE) del vehículo eléctrico, un gran programa de ayudas con el que se pretende incentivar las inversiones para electrificar la industria española del motor. Grupo Volkswagen se antoja el principal beneficiado de ese paquete de subvenciones, con las inversiones que hará en Barcelona y Pamplona (la planta de la marca Volkswagen) para producir coches eléctricos, pero también con su intención de levantar en España una de sus seis plantas de celdas de baterías planificadas para Europa.

En un encuentro con periodistas, Griffiths ha afirmado que durante su presidencia, a nivel conceptual, trabajará a través de dos ejes. El primero, el “derecho individual a la movilidad, que hay que defender ante la obsesión de quitar coches” en algunos municipios, como el caso de Barcelona, ha señalado. El segundo, en esa misma línea, que los vehículos ganen “atractivo”. Y ha subrayado que intentará plantear la contribución del sector del automóvil ante la descarbonización como “parte de la solución y no de los problemas”.

Su predecesor en el cargo, José Vicente de los Mozos, ha tenido durante su mandato una posición ambivalente con el Ejecutivo: ha mostrado su apoyo al Gobierno para sacar adelante grandes acuerdos, pero no ha dudado en criticarlo con firmeza ante medidas que le disgustaban, como la falta de ayuda a las ventas de coches de combustión, el encarecimiento del impuesto de matriculación o el retraso en el PERTE. Sobre este último asunto no ha sido diferente la postura de Griffiths desde su cargo en Seat.

Hace casi dos años, la patronal presentó un plan hasta 2040 en el que solicitaba el apoyo institucional del Gobierno para que la automoción ejecutara inversiones por un importe de 54.000 millones encaminadas a la renovación de la industria, que debía enfocarse hacia la ecomovilidad. La propuesta llegó justo antes de que todo cambiara por completo con la llegada del coronavirus. Aun así, Anfac considera que las líneas generales de su planteamiento siguen intactas y, gracias a las ayudas activadas por la Unión Europea para salir de la crisis pandémica, el apoyo económico que esperaba podría estar asegurado. “Mi objetivo ahora es acelerar este plan y avanzar para asegurar la competitividad futura de la industria del automóvil”, ha señalado Griffiths en un comunicado. El PERTE garantiza subsidios y créditos blandos por un importe de 2.975 millones de euros.

Justamente en su despedida, De los Mozos ha reiterado la necesidad de “ir más rápido” en esa transformación del sector. “Los países de nuestro entorno ya están avanzando en estos retos y no podemos malograr la joya que es la industria de la automoción en España”, ha argumentado.

Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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