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Fondos de recuperación covid
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Momento ‘hamiltoniano’ para España

Las crisis actúan como bisagras que hacen que los países pasen de una habitación de la historia a otra

Antón Costas
Crisis covid España
Maravillas Delgado

La crisis de la covid-19 y los fondos Next Generation UE crean un momento hamiltoniano para remodelar la economía y construir un nuevo proyecto compartido de país. Pero también puede ocurrir que se creen nuevas fracturas territoriales, empresariales y sociales. Con la expresión “momento hamiltoniano” hago referencia al papel fundacional que tuvo la política financiera e industrial de Alexander Hamilton, primer Secretario del Tesoro de los Estados Unidos en el Gobierno del presidente Washington, en el diseño de la economía norteamericana después de la guerra de independencia. Posteriormente hubo otros momentos hamiltonianos como el protagonizado por el presidente Franklin D. Roosevelt en los años treinta con su contrato social (New Deal). Ahora, se vuelve a hablar de otro con Joe Biden.

Siglo y medio más tarde, el musical de Broadway Hamilton, de Lin-Manuel Miranda, que rapea la historia de Estados Unidos, muestra su influencia más allá de la economía. Aunque no es una ley que se cumpla en todas las ocasiones, los momentos hamiltonianos coinciden con grandes crisis económicas. Las crisis actúan como bisagras que hacen que los países pasen de una habitación a otra de la historia. Ocurre así en la medida en que crean un nuevo Zeitgest, un clima de la época. Tengo para mí que la crisis de la covid-19 crea una nueva mentalidad económica. Algo que no logró la crisis financiera y económica de 2008.

Viniendo a España, la pandemia nos obliga a remodelar la economía. Como ocurre cuando baja la marea, que deja ver “quien se estaba bañando desnudo”, la pandemia nos ha hecho conscientes de nuestras fragilidades económicas y sociales. Hemos de repensar el país que queremos y construir un proyecto compartido coherente con ese propósito. Afortunadamente, la covid-19 ha cambiado la mentalidad económica europea. Los fondos Next Generation UE son una expresión de ese cambio. Bien utilizados, pueden ser el cemento que permita unir las diferentes partes del nuevo edificio español. No sólo por su cuantía, sino por su condicionalidad. No en el sentido perverso que tuvo ese término en la crisis de la deuda de 2010, sino porque la UE fija en qué han de gastarse y como. Se evita así el despilfarro del Plan E de 2008.

¿De qué dependerá que los fondos logren crear un momento hamiltoniano? Fundamentalmente, de su gobernanza. Si no es la adecuada pueden aparecer tres peligrosas líneas de fractura: entre territorios; entre grandes empresas y pymes; y entre modernización económica y empleo. Para evitar estas fracturas la gobernanza de los fondos ha de legitimarse con dos tipos de controles. El de la legalidad en el gasto y el de eficiencia y equidad en su uso.

El primero lo hace el Consejo de Estado. Como ha informado este diario, el dictamen del Consejo sobre un borrador previo permitió mejorar el texto del Real Decreto-Ley 36/2020 para la modernización de la Administración y la ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Constituye una verdadera revolución administrativa. Su objetivo es buscar un equilibrio entre el control del gasto, la diligencia en la aprobación de los proyectos y la sofisticación de las nuevas formas de colaboración público-privada-social.

Al control de la eficiencia y de la equidad en el uso de los fondos puede contribuir el Consejo Económico Social (CES). Su autonomía y expertise le permite ejercer el control de calidad de los proyectos que piden diferentes ámbitos. Y su composición, al estar formada por las patronales, los sindicatos y otras organizaciones territoriales, ayuda a prevenir que aparezcan esas fracturas territoriales, sectoriales y sociales.

La remodelación de la economía postcovid no puede crear nuevas fracturas. Los entusiasmos con la digitalización y la transición verde no pueden llevar al abandono de sectores estratégicos para nosotros. El automóvil, el turismo, la construcción, la gran distribución minorista o la salud pública son sectores con gran capacidad para crear el tipo de empleos adecuados a las capacidades de muchos trabajadores. A la vez, son sectores capaces de crear las grandes empresas del siglo XXI que no pudimos crear en el siglo XX. La digitalización y la transición verde no son fines en sí mismos, son palancas esenciales para mejorar lo que tenemos, a la vez que crear nuevas actividades. Sólo así lograremos que la covid-19 y los fondos europeos creen un momento hamiltoniano para España.


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