Fondos al servicio de la innovación
Los investigadores y las ‘start-ups’ van a recibir un impulso financiero tal que el panorama del emprendimiento innovador en Europa está a punto de cambiar para siempre
El mejor invento de la Unión Europea desde el programa Erasmus se llama cascade funding y ofrece a los investigadores y a las start-ups un impulso financiero tal que el panorama del emprendimiento innovador en Europa está a punto de cambiar para siempre (y muy a mejor).
Lo que el programa Erasmus hizo para los que tuvimos la fortuna de ir a la universidad desde que empezó a caer el muro de Berlín, es lo que el cascade funding supone para las empresas innovadoras hoy en día. A los investigadores y a las start-ups les gusta tanto que lo han rebautizado como equity free: el capital que les hará libres.
La Comisión Europea (CE) definió este programa en un folio con cuatro criterios simples: transparencia, tratamiento ecuánime, resolución de conflictos de interés y confidencialidad. Son subvenciones de 60.000 a 250.000 euros que la CE concede a investigadores para experimentos bottom up (los experimentos que proponen los investigadores desde la ciencia en vez de los políticos desde la Administración) o a start-ups para su aceleración a través de plataformas independientes.
La idea es que sean la ciencia y los mercados los que elijan qué experimentos hay que financiar. La Comisión establece el ámbito tecnológico (por ejemplo, robots colaborativos), pero no elige a los beneficiarios. Los ganadores los eligen los evaluadores y jurados independientes con especialización en cada tecnología y en cada mercado. Las plataformas independientes se encargan de que el proceso sea transparente y más simple que solicitar los fondos directamente a una web oficial de Bruselas.
La CE empezó a probar este modelo de subvenciones en 2014 con 100 millones de euros, apoyando a 1.000 emprendedores y dispone de 2.000 millones de euros del programa Horizon Europe 2021-2027.
Para los investigadores, este proceso online supone que pueden dedicar más tiempo a investigar y menos a “rellenar papeles”. Para las start-ups, conseguir los recursos del programa es permite retrasar el momento en el que tendrán que dar acciones a las empresas de capital riesgo a cambio de sus inversiones. Un ejemplo es Situm, la start-up de un investigador gallego que, tras recibir cascade funding, consiguió tres millones de euros de inversión de Amadeus y Prosegur para su tecnología de posicionamiento indoor, mejor que el GPS.
Durante la pandemia, la CE permitió a las plataformas que distribuyen estas ayudas que se enfocaran a proyectos destinados a resolver los retos del confinamiento en escuelas y universidades. Los investigadores y las start-ups son la base de la innovación y el cascade funding será la herramienta decisiva para que lo consigan.
Sanyu Karani es consejero delegado de FundingBox.
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