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Las empresas rusas buscan personal a la desesperada, pero no pagan suficiente

La última moda de las compañías es pedir contactos entre sus empleados en un país donde el 55% de la población gana 550 euros al mes

A municipal worker clears snow in Moscow last December.
Un operario municipal limpia nieve en Moscú el pasado mes de diciembre.MAXIM SHEMETOV (Reuters / Contacto)
Javier G. Cuesta

Las empresas rusas buscan trabajadores desesperadamente en un mercado laboral monopolizado por los inalcanzables sueldos que ofrecen el ejército y la industria bélica. Puede sonar fantástico, pero el histórico suelo de desempleo en Rusia, un 2,4% de la población activa en junio, el nivel más bajo desde la desaparición de la URSS en 1991, esconde un problema grave detrás. La economía se ha sobrecalentado y las compañías no logran cubrir sus plantillas incluso con salarios más altos —y una inflación desbordada—. Desesperadas, se abren poco a poco a una cultura empresarial que no había calado hasta ahora. Entre las opciones que barajan figuran los programas donde se paga un bonus a los empleados por recomendar a conocidos, un sistema muy implantado en la denostada Estados Unidos.

Un 30% más de empresas incorporó este tipo de iniciativas el año pasado, y un 26% contrató gente con ellas, según una encuesta del gigante ruso de los anuncios clasificados Avito. El empleado recomienda conocidos a su empresa cuando cree que pueden adaptarse a sus requerimientos. Según el portal, esto refuerza “la fidelidad” y ahorra los gastos de selección.

Sin embargo, estos programas de contratación todavía chocan con la alta rotación de personal en Rusia, provocada por los bajos salarios y la mediocridad del bono ofrecido. Según el portal de empleo HeadHunter, un 40% de los empleados dura menos de un año en su puesto de trabajo, y otro 28% apenas alcanza los tres años. “Para lo que pagan, da igual irse del trabajo si estás cansado, ya encontrarás otra cosa”, dice a este periódico Andréi, empleado de una empresa civil del Estado cuyo salario está muy lejos —por debajo— del mileurismo en Moscú, ciudad con precios de Europa.

Por otro lado, según la agencia de estadísticas rusa Rosstat, un 55% de la población ganó menos de 55.000 rublos mensuales (550 euros) en 2023, y apenas un 11,2% superó el mileurismo, los 100.000 rublos. El ejército, por ejemplo, paga más de 200.000 rublos al mes y un bonus por firmar que ronda los dos millones —otra cuestión es sobrevivir para disfrutarlos—.

La medianía de los salarios se extrapola a los bonus. Avito estima que un 48% de todos los programas de recomendación rusos ofrecían menos de 20.000 rublos, unos 200 euros, por recomendar a un conocido. Esto explicaría por qué, pese a su expansión reciente, apenas ha calado hasta ahora entre un 13% de las empresas rusas. Según Forbes, este porcentaje supera el 80% en Estados Unidos.

Iniciativa de EE UU

Sin embargo, las consultoras rusas recomiendan apostar por esta vía. “Mejora la calidad de la contratación y mejora el compromiso de los empleados”, enfatiza la firma Platrum. “Esta iniciativa demuestra que la empresa valora las opiniones de sus empleados y está comprometida a crear un entorno que fomente su participación en su crecimiento”, agrega.

“Es una de las tendencias de contratación bajo condiciones de escasez de personal”, recalca el director de Avito Empleo, Román Gubánov, a través de un comunicado.

La consultora rusa Akra estimó en marzo que el país necesita unos 750.000 trabajadores más como mínimo para alcanzar el punto de equilibrio en el que no sube la inflación por la carestía de empleados. Este nivel rondaría el 4% de desempleo: por debajo, las empresas se ven obligadas a competir en una carrera de subidas salariales sin freno.

La presidenta del Banco Central de Rusia, Elvira Nabiúllina, ha advertido repetidamente sobre el recalentamiento de la economía y ha lanzado varios dardos contra el Kremlin, cuya industria bélica es a la que señala como responsable del enorme desequilibrio interno. “El alto nivel de los tipos de interés es una respuesta al sobrecalentamiento de la demanda, pero todos los demás factores empujan para expandirla”, declaró Nabiúllina después de que el organismo que dirige subiese las tasas del 16% al 18% en julio. Una acción que podría haberse quedado corta porque esta misma semana ha elevado su previsión de inflación del 6,5% al 7,3% en 2024.

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