Con la recuperación económica de Chile vuelve a salir a flote la desigualdad
Por dos meses consecutivos, el índice de actividad económica de Chile ha aumentado, impulsado por la rápida campaña de vacunación
Visto desde afuera, Chile acelera su paso hacia la recuperación económica por la crisis de la covid-19. Las cifras apuntan a que la actividad en el país se acerca a niveles previos a la pandemia. En las últimas semanas, mientras monedas de países latinoamericanos se han depreciado en relación con el dólar, las exportaciones de cobre han impulsado el valor del peso chileno. Pero dentro del país, la desigualdad y la precariedad que llevó a millones a estallar en protestas a finales de 2019 han empeorado, lo que dibuja un camino incierto al futuro próximo.
La caída más profunda de la economía chilena el año pasado fue en el segundo trimestre, cuando el Producto Interno Bruto se desplomó un 14%. El Gobierno implementó un estímulo fiscal grande y abrió los fondos de pensiones para que los chilenos pudieran hacer retiros, lo que transfirió el equivalente al 12% del PIB a cuentas bancarias. Hoy, el índice de actividad económica publicado por el banco central registra tres alzas mensuales consecutivas, alcanzando niveles vistos antes de que azotara la pandemia en marzo de 2020. Además, la demanda por cobre, fuente de la mitad de las exportaciones del país, ha aumentado con el regreso del consumo en China y con la aceleración de la transición a energías limpias en países desarrollados, para las cuales el cobre es un insumo fundamental.
“Hay temas muy positivos en Chile si lo comparas con el resto de la región”, dice Elijah Oliveros-Rosen, economista que cubre América Latina para la firma S&P Global Ratings. Hace un año, Oliveros-Rosen publicó un análisis en el que predecía que Chile sería uno de los primeros países en Latinoamérica en recuperarse de la crisis económica por la pandemia. El país ha vacunado a cerca del 20% de su población, muy por encima del promedio mundial de 3,5%. “Esto significa que la reapertura de los servicios, de algunos de los sectores más afectados por la pandemia, va a ocurrir un poco antes que en otros países. Evidentemente, eso ayuda al crecimiento económico”, asegura el especialista.
Los datos sugieren que la economía chilena ha aprendido a funcionar con medidas restrictivas, dijo Luciano Rostagno, estratega para América Latina de Banco Mizuho do Brasil en una nota a clientes e inversores. El banco estima que Chile se recuperará por completo para mediados de este año. “Creemos que el claro liderazgo de Chile en los esfuerzos de vacunación en América Latina está protegiendo al peso de daños mayores. Sin embargo, de cara al futuro, la elección de la Convención Constitucional de Chile programada para el 11 de abril plantea un riesgo para la moneda”, escribió.
Convención histórica
Chile tiene un proceso histórico en puerta. El 11 de abril serán elegidos 155 miembros de la Asamblea Constituyente, quienes se darán a la tarea de escribir una nueva Constitución para reemplazar la que rige al país desde 1980, adoptada durante la dictadura de Augusto Pinochet. La exigencia por una nueva carta fundamental nació de un estallido social en el que millones de chilenos salieron a la calles y paralizaron partes del país a finales de 2019, hartos de la desigualdad y la precariedad en que vive gran parte de la sociedad. Fuera del país, las protestas tomaron por sorpresa a muchos, ya que por años la economía chilena se consideraba como un modelo entre sus pares emergentes por sus tasas de crecimiento sostenido y la fortaleza de su sistema bancario y de pensiones.
La pandemia empeoró esta desigualdad, coinciden expertos. “Una cosa es el crecimiento económico en Chile, que viene mejorando rápidamente, y otra es la composición del crecimiento económico”, dice Oliveros-Rosen: “Estamos viendo una recuperación económica en Chile pero con más desigualdad y esto aplica a toda la región y a la mayoría de los países a nivel global”. La pandemia favoreció a la gente que podía trabajar desde su casa pero muchos de los que no estaban en condiciones de hacerlo perdieron su empleo. En Chile se han recuperado solo la mitad de los dos millones de empleos que se perdieron en el último año. Y el beneficio de poder retirar dinero de su fondo de pensiones solo aplica a quienes cuentan con trabajo formal.
Chile está entre los seis países más desiguales del mundo, de acuerdo con la World Inequality Database que dirige el economista francés Thomas Piketty. La mitad de los trabajadores en Chile tienen un salario promedio menor a los 400.000 pesos (550 dólares), cuando el costo de vida es alto en comparación con otros países de la región, asegura Marco Kremerman, economista en Fundación Sol, un centro de investigación en Santiago.
Más pobreza
“Lo que ha pasado justamente en esta pandemia es que, a pesar de que algunos sectores productivos han, incluso, generado más utilidad que un año antes de la pandemia, los hogares se han empobrecido”, dice Kremerman. “Todavía no tenemos una estimación oficial, no se tendrá hasta mediados de año con la encuesta de caracterización socioeconómica, pero las proyecciones apuntan a que la situación de los hogares es más adversa que la que tenían antes de la pandemia y antes del estallido social”, añade.
Kremerman no coincide con la visión optimista de inversores extranjeros: “Es interesante hacer una lectura y un análisis desde el poder. Para los mercados financieros, ya sea Wall Street u otros mercados, la pregunta es si se mantiene o no se mantiene el modelo chileno que ha generado tanta riqueza para los más ricos, el mismo que nos tiene dentro de los países más desiguales del mundo”. Si la Convención no trae el cambio que claman 78% de los chilenos que votaron por reemplazar la Constitución por una nueva, opina Kremerman, “eso significaría que nuevamente el riesgo de estallido social, de crisis política, se mantenga, yo creo de eso debería preocuparse Wall Street”.
Está claro que Chile verá un rebote económico y que las señales apuntan a que será más acelerado que en otros países, dice al teléfono Rodrigo Valdés, exministro de Hacienda y profesor de economía en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Está claro también que la mayoría de los chilenos quieren una economía más equitativa, menos precaria y con mejores oportunidades. La pregunta que resta es: ¿qué pasa después de la recuperación?
“Mi duda mayor es: ¿cuánto será el crecimiento el próximo año? ¿Qué pasa después de esta recuperación cíclica? Lo que no sabemos es dónde está el crecimiento potencial de la economía”, apunta el académico. “No lo sabemos aún. Eso se conecta también con que podemos caer en un espiral negativo de bajo crecimiento, desempleo, descontento social, más desorden, más protestas. O un espiral positivo, en el que la economía se recupere y el proceso de escribir un nuevo contrato social, que siempre es tensionante, resulta bien. Es decir, tenemos la oportunidad para parecernos más a un país europeo después de esto, que a un país latinoamericano”.
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