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Los agricultores sevillanos consideran “un primer paso insuficiente” las medidas del Gobierno para atajar la crisis del sector

Miles de trabajadores del campo protagonizan cortes en las principales vías de acceso a la provincia

Cientos de agricultores se concentran el la AP-4 entre Sevilla y Cádiz. En vídeo, continúan las protestas de los agricultores.Foto: atlas | Vídeo: JUAN CARLOS TORO

El campo no aguanta más. Es el mensaje que los miles de agricultores de la provincia de Sevilla han querido lanzar a las autoridades a través de las tres horas de protesta en las que han ocupado y cortado el tráfico de las principales vías de acceso y salida a este territorio. La de hoy ha sido la última concentración de los jornaleros marcada en un calendario de marchas que comenzó el pasado 28 de enero y que han obligado al Gobierno central a acelerar la aprobación de un paquete de medidas para atajar la crisis agraria. Unas propuestas que desde el sector acogen con optimismo moderado, pero con recelo. Un primer paso, que quienes estaban en las carreteras andaluzas consideran “insuficiente” y del que hay que hacer seguimiento para garantizar que se ponen en práctica.

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“Más que un paquete parece un paquetillo”, explica Miguel Cobos, secretario general de UPA Andalucía desde la concentración en la A-92, a la altura de Aguadulce (Sevilla). “Lo que nos afecta a nosotros que es la modificación de la ley de la cadena alimentaria es un primer paso, que puede ser importante si se cumple lo que hemos visto en el borrador, pero tenemos miedo a que Competencia se imponga a Agricultura”, señala. Cobos advierte de que lo importante ahora va a ser hacer un seguimiento de la ejecución de la norma. “Se trata de referenciar en los contratos entre la industria y los productores los costes de producción y no permitir que en ninguno de los eslabones de la cadena se permita la venta a pérdida, que nadie venda por debajo de lo que le ha costado producir o comprar, si eso se consigue, será un primer paso importante”, insiste.

Más dudas le suscitan las iniciativas impulsadas por el Gobierno al secretario general de Asaja Sevilla, Eduardo Martín. “Las medidas son insuficientes”, zanja desde la misma vía de servicio en Aguadulce. “Tenemos que ver la letra pequeña, porque se trata de una parte del todo y de muy largo recorrido. Dicen que van a dar una mayor posición dominante al agricultor y yo quiero verlo, porque conocemos la legislación y esta no permite tener posiciones dominantes ni en aquel lado ni en este”, explica. A poco más de una hora en carretera, en el corte de la AP-4 que une Sevilla y Cádiz a la altura del kilómetro 53, el coordinador de Servicios Técnicos de esa misma organización agraria, Antonio Caro, manifestaba los mismos recelos que su compañero. “Supone un avance, pero aún está lejos”, dice. “Queremos garantías porque una cosa es la teoría y luego viene la práctica”, abunda.

Cobos, por su parte, reclama a las Administraciones más medidas como la autorregulación del sector -que los propios productores puedan equilibrar la oferta y la demanda cuando haya campañas sedentarias- o la promoción. “Ahí está la clave. Hay que promocionar el aceite de oliva en países como Australia, Canadá, Rusia o China, territorios con mucha población y poder adquisitivo en los que hay que incentivar un cambio de costumbres para que dejen de consumir grasa y la sustituyan por aceite”, indica.

Pese a las suspicacias iniciales y a que recriminan al Ejecutivo cierta tibieza a la hora de impulsar medidas que ayuden al campo, los jornaleros saben que ha sido su presión, sacando los tractores a las carreteras y a las calles de varias capitales de provincias, la que ha provocado una reacción por parte de la Administración. “Esto es lo que perseguimos, pasos y que se muevan”, dice Martín. Que estas movilizaciones tengan efectos es lo que ha motivado a los más de 15.000 agricultores sevillanos a abandonar hoy el campo por el asfalto. “Queremos demostrar que estamos molestos, porque si no, nunca nos escuchan”, afirma José Tejada, olivarero de Estepa.

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Tejada es uno de los miles de tractoristas que a las once de la mañana ha ocupado la autovía A-92 a la altura de Aguadulce. A esa misma hora otros compañeros hacían lo mismo en la A-4, que une Sevilla con Madrid, a la altura de Carmona; en la A-49 que lleva de la capital andaluza a Huelva, en Benacazón; y en la antigua autopista de peaje AP-4 en dirección a Cádiz. Más de 5.000 tractores y alrededor de 16.000 jornaleros, según las primeras estimaciones, han cortado el tráfico en una jornada reivindicativa pero festiva, si bien, conforme ha avanzado el día los ánimos de los manifestantes se han encontrado con la paciencia a punto de agotarse de los conductores afectados.

En Carmona, el amarillo de los chalecos se ha mezclado con los lazos verdes en señal de protesta que adornaban muchos de los vehículos agrícolas. Sus gritos se mezclaban con los cencerros que algunos jornaleros han colocado en la parte delantera de sus tractores. Desde uno de los puentes de la autovía algunos pitaban a los camiones que circulaba cuando se abría la muralla de tractores para dejarlos pasar durante 15 minutos en intervalos de 45: “¡No respetan nada, vaya cachondeo!”.

La tensión ha asomado pasado el mediodía en la AP-4 cuando, ante las retenciones de más de 20 kilómetros, la Guardia Civil ha pedido sin éxito a los manifestantes que dejaran pasar a los vehículos. “Hasta las dos de la tarde no se reabre”, era la consigna. Los agentes han tenido que desviar el tráfico parado en la autopista. Ese ambiente tirante no tenía nada que ver con el bullicio de los agricultores concentrados en Aguadulce. Además de la crema solar han compartido bocadillos y cerveza con quienes estaban en el firme. “Ya hemos cortado la carretera, ya hemos hecho lo que queríamos, no queremos 500 personas enfadadas con nosotros”, explicaban.

En la provincia de Sevilla, uno de cada seis asalariados está ligado a la agricultura. Después de Almería, la agricultura sevillana es la que más riqueza crea, unos 2.500 millones de euros que generan 100.000 puestos de trabajo. El territorio es el principal productor de aceituna de mesa del mundo -un producto herido de muerte por los aranceles de EE UU- y el primero en España de arroz, algodón o girasol. Por eso, el cambio de paradigma en el campo es vital para quienes viven de él. “La situación no se puede soportar, estamos con precios de hace 25 años, pero en ese tiempo el input agrícola como los costes laborales, los abonos o el combustible ha crecido de forma exponencial. Cualquier agricultor está con unos costes de producción por encima de sus productos y perdiendo dinero, eso se puede aguantar un año o dos, pero no de forma estructura, como nos quiere hacer ver”, señala Alfredo García, presidente de Oleoestepa, una cooperativa que aglutina a 5.500 agricultores, desde la concentración de Aguadulce.

Corte sorpresa en Despeñaperros

Ginés Donaire | Jaén

En Jaén, unos 600 manifestantes, en su mayor parte olivareros que actuaron por sorpresa y sin autorización, han cortado desde primeras horas de la mañana la autovía de Andalucía A-4 en los dos sentidos, a la altura de Santa Elena, provocando retenciones kilométricas en las entradas y salidas a la comunidad a través de Despeñaperros. La acción ha obligado a la Guardia Civil a habilitar un área de estacionamiento de los vehículos en Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real) para no colapsar aún más el tapón monumental que se ha formado.

La circulación no ha podido ser restablecida en ambos sentidos hasta pasadas las tres de la tarde, y gracias a la intervención de los grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil. Los agentes han tenido que emplear botes de humo y pelotas de goma para disolver a los agricultores que, además, han vaciado la carga de un camión con hortalizas procedentes de Marruecos , esparciendo la mercancía sobre la calzada.

Las organizaciones agrarias se han desmarcado de esta acción, que llega un día después de las concentraciones en los 97 municipios de la provincia de Jaén en defensa del olivar tradicional, el más castigado por la crisis de precios en origen y también el más amenazado por los recortes de fondos de la PAC.

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