Seat plantea un ERE temporal a 6.600 trabajadores para mitigar las pérdidas del parón de actividad
La empresa matiza que es una medida circunstancial por el incendio que sufrió su proveedor de salpicaderos y descarta cualquier amenaza para la plantilla
El parón de actividad que sufre Seat desde la semana pasada ha desplazado hacia los trabajadores los nubarrones de preocupación de los directivos de la firma, que tratan de cuadrar los números por las pérdidas sufridas por la compañía. Los empleados temen ahora la posibilidad de que se termine desplegando una de las medidas más temidas por la plantilla: un ERE. La falta de suministros por el incendio de las instalaciones del proveedor de salpicaderos Faurecia, cuyas naves se calcinaron la madrugada del miércoles pasado, ha desembocado en una situación de crisis en la planta de Seat en Martorell.
La dirección de la marca ha trasladado a los sindicatos CC OO, UGT y CGT su intención de solicitar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), que afectaría a unas 6.600 personas. Los sindicatos rechazan la posibilidad de aceptar un ERE, pese a que la compañía mantiene que se trata de una medida circunstancial, que en ningún caso tiene relación con una hipotética amenaza laboral para el futuro de la plantilla.
Este martes se ha reactivado la actividad en la línea 1, donde se desarrolla la fabricación de los modelos Ibiza y Arona y que ocupa a 2.700 trabajadores. La línea supone el 50% de la producción de la planta, pero la fabricación de los modelos León y Audi A-1 sigue interrumpida por la falta de piezas y no se prevé poder reanudarla hasta la semana próxima.
Con semejante escenario, la dirección de Seat ha planteado a los representantes de los trabajadores la posibilidad de plantear un ERE temporal, para amortiguar las pérdidas sufridas durante el parón de la factoría y equilibrar la carga de trabajo a medida que las líneas puedan volver operar a plena actividad. Un portavoz de la firma matiza que, en la mayoría de casos, el ERE se aplicaría con efectos retroactivos porque, una vez la planta recupere su normalidad, recaería sobre trabajadores que ya están trabajando.
Los sindicatos, sin embargo, rechazan que un ERE sea una medida óptima para reajustar las horas perdidas por culpa de la falta de suministros y defienden que procede acometer la situación como un paro técnico. La principal diferencia es que si prospera la propuesta de los sindicatos, es la empresa quien asume la globalidad de las pérdidas y, en cambio, si prospera un ERE la administración toma partido en la solución del conflicto y el trabajador deja de percibir algunos conceptos de su salario, como pluses y extras. Sí está más cerca el acuerdo entre las partes para habilitar como jornadas laborales los días 18, 19 y 20 de diciembre, que según el calendario pactado anteriormente eran festivos.
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