Ingobernabilidad y empleo
Las consecuencias de la situación política la pagarán, especialmente, los parados y los jóvenes
Los españoles empezamos a asumir que es posible que tengamos que ir de nuevo a otras elecciones. La pregunta que surge es ¿afectará a la creación de empleo? En 2016 surgió la misma pregunta. Los manuales de economía enseñan que la incertidumbre reduce la inversión y el consumo de bienes duraderos y afecta negativamente al empleo. En 2016 la hipótesis mayoritaria entre los economistas era que la incertidumbre aumentaría la prima de riesgo, equivalente a una subida de tipos del BCE, y se frenaría el crecimiento del PIB y la creación de empleo.
La realidad es que la economía creció en 2016 próxima al 3% y se crearon 500.000 empleos, ambas cifras similares a las de 2015. La conclusión es que nos habíamos italianizado y que la ausencia de gobierno no afectaba a las decisiones de consumidores, empresas e inversores. En 2019 algunos economistas dicen que de nuevo la ausencia de gobierno no afectará a la economía. ¿Es una hipótesis razonable?
Nadie conoce cómo reaccionarán millones de consumidores y miles de empresas e inversores. Por lo tanto los economistas no estamos capacitados para responder a esta pregunta con certidumbre. No obstante, las condiciones del entorno han cambiado significativamente. En 2016 el BCE compraba deuda pública española y eso evitó que la prima de riesgo aumentará. En 2019 las compras del banco central son la décima parte que hace tres años pero llevamos cuatro meses sin gobierno y la prima de riesgo ha bajado. Por lo tanto, de momento no parece que la incertidumbre afecte a los inversores en sus decisiones.
Sin embargo, otros datos determinantes para la economía española si han cambiado. En 2016 Barack Obama estaba en la Casa Blanca, el comercio mundial y la economía europea crecían y nuestras exportaciones aumentaban 5%. En 2019, Donald Trump está en la Casa Blanca, vivimos bajo la amenaza constante de proteccionismo, el comercio mundial se ha frenado en seco y nuestras exportaciones están estancadas.
En 2016 las comunidades autónomas, que gestionan el doble de gasto público que el gobierno central tenían, gobiernos estables y siguieron aprobando presupuestos y tomando decisiones. En 2019 varias comunidades autónomas aún no tienen gobierno, como es el caso de Madrid, Aragón y La Rioja. Y en otras, donde ya hay gobierno, son incapaces de aprobar los presupuestos y tomar decisiones, como es el caso de Andalucía o Cataluña.
Los datos de afiliación a la Seguridad Social de mayo y junio muestran una intensa desaceleración. Si se mantiene ese ritmo, en el próximo año se crearían 350.000 empleos, lejos de los 600.000 empleos creados en 2017 y 2018. Las ventas de coches de particulares caen un 20% y las ventas de casas usadas se han frenado en seco.
En 1977 los líderes políticos practicaban la cultura del consenso y España ha tenido democracia y progreso. En 2015, Pedro Sánchez inició una nueva cultura de la confrontación política que ahora copian Pablo Casado, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Santiago Abascal. Las consecuencias las pagaremos los españoles, especialmente los parados y los jóvenes.
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