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Lagarde advierte contra la “trampa” de la Teoría Monetaria Moderna

El FMI arremete contra la corriente progresista que cuestiona el rigor presupuestario y su directora cree que "ningún país está ahora en una posición en la que pueda proporcionar valor"

Pablo Guimón
Christine Lagarde, durante su conferencia de prensa en el FMI.
Christine Lagarde, durante su conferencia de prensa en el FMI.MARK WILSON (AFP)

El Fondo Monetario Internacional (FMI) no ve con buenos ojos la llamada Teoría Monetaria Moderna (MMT, por sus siglas en inglés). La corriente económica de moda en círculos progresistas, que cuestiona el dogma del rigor presupuestario, “no es la panacea”, sino que más bien puede ser “una trampa”. Así lo ha defendido Christine Lagarde, directora del Fondo, en su intervención al final de la reunión de primavera del organismo en Washington.

“No creemos que la Teoría Monetaria Moderna sea la panacea”, ha dicho Lagarde. “Hay circunstancias muy, muy, muy limitadas en las que podría funcionar. No creemos que ningún país esté ahora en una posición en la que esa teoría pueda proporcionar valor de una manera sostenible. Aunque resulta tentador cuando miras al modelo matemático, y parece sostenerse, hay grandes limitaciones: por ejemplo, si el país está en una trampa de liquidez [situación en que la bajada de tipos no es capaz de estimular la actividad económica], o si hay deflación, en esas circunstancias podría funcionar durante un periodo de tiempo corto, probablemente. Porque los tipos de interés se mantienen bajos hasta que empiezan a subir, y entonces es un poco una trampa. Esa sería nuestra visión”.

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Lagarde se suma así a las voces críticas con la conocida como Teoría Monetaria Moderna, que busca abrir el debate sobre los límites del gasto público. La idea es que los Gobiernos puedan utilizar el endeudamiento para reducir las desigualdades en la riqueza. La base es que los países que tienen su propio banco central y su propia moneda, como Estados Unidos o Japón, no pueden quebrar porque siempre puede imprimir dinero y, por tanto, no deben preocuparse por aumentar el gasto mientras la inflación se mantenga baja.

La teoría ha sido abrazada por el sector más progresista del Partido Demócrata estadounidense, particularmente por la joven y popular congresista Alexandria Ocasio-Cortez, que lidera una iniciativa en la Cámara de Representantes, ahora en manos demócratas, para aprobar más gasto que ayude a universalizar la sanidad pública o a combatir el cambio climático.

Ocasio-Cortez habló de la MMT como método para financiar el conocido como Green New Deal, un proyecto de una ambiciosísima movilización nacional para combatir los efectos del cambio climático. El Congreso rechazó abrumadoramente la propuesta, pero el vídeo en el que la joven legisladora defendía la financiación del Green New Deal a través de deuda pública se viralizó en todo el mundo.

También Gita Gopinath, economista jefa del Fondo, se mostró el martes crítica con la corriente y advirtió de que nadie debe esperar “comida gratis”. “La política fiscal es una parte importante de la caja de herramientas de los diseñadores de políticas. Dicho esto, no hay comida gratis. Hay límites en lo que los países pueden gastar”, dijo, en conferencia de prensa en el mismo foro.

La vehemencia del FMI en su rechazo a la MMT es significativa si se contempla en el contexto de la reciente evolución de sus posturas tradicionales. El Fondo ha defendido históricamente la contención presupuestaria, pero en los últimos años había introducido matices en su postura, llegando a reconocer que la austeridad fiscal, predicada tras la Gran Recesión, ha terminado perjudicando a la economía en Europa.

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Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

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