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Macri apunta al campo para reducir el déficit y calmar a los mercados

El Gobierno argentino suspende la baja de los impuestos a las exportaciones de derivados de la soja, reduce los reintegros y elimina transferencias de ingresos a las provincias

Mauricio Macri, en el centro, en la exposición de la Sociedad Rural Argentina, el pasado julio.
Mauricio Macri, en el centro, en la exposición de la Sociedad Rural Argentina, el pasado julio.Presidencia argentina

En medio de una nueva crisis cambiaria, que llevó este lunes al peso argentino a su mínimo histórico, el Gobierno de Mauricio Macri anunció hoy una batería de medidas para reducir el déficit fiscal que afectan al campo -el motor económico de Argentina y gran aliado del presidente- y a las provincias. El ahorro estimado para los próximos dos años será de 65.000 millones de pesos (casi 2.200 millones de dólares). Los anuncios fueron bien recibidos por los mercados, donde el peso recuperó parte de su valor y cerró hoy a 30,1 unidades por dólar, pero no así por gobiernos provinciales y productores agropecuarios, que criticaron el freno a la economía real.

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El campo ha sido uno de los grandes privilegiados de la política económica de Macri. Nada más asumir, el presidente eliminó el impuesto heredado del kirchnerismo a las exportaciones agropecuarias a excepción de la soja, el cultivo estrella, para el que se anunció una reducción progresiva de las retenciones. Macri mantuvo este martes su promesa de bajar ese impuesto medio punto porcentual al mes, pero suspendió por medio año la reducción para los productos derivados. De este modo, el Gobierno eliminará el diferencial de 3 puntos que beneficiaba a los exportadores de harina y aceite de soja frente a los que comercializaban el grano: a principios de 2019 todos tributarán un 23%.

"La cadena industrial se parará: llevará a exportar más materias primas en vez de productos elaborados", advirtieron fuentes de la cadena industrial sojera al diario La Nación. El diferencial entre las exportaciones de soja y de derivados rige desde 1991, con el objetivo de agregar valor añadido. "La Argentina perderá exportaciones de harina y aceite, que son los dos principales productos de exportación", coincidió Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-Cec).

La segunda de las medidas anunciadas hoy por el Ministerio de Hacienda golpea también a los productores agropecuarios: se decretó una reducción del 66% del monto total pagado en concepto de reintegros a la exportación, de acuerdo a un esquema diferenciado por producto. Esos reintegros compensaban la presión impositiva interna y agregaban competitividad frente a la competencia internacional. El Gobierno argumenta que la reforma tributaria generó mejoras que justifican la reducción aprobada hoy. Además, el campo ha sido uno de los mayores beneficiados por la brusca devaluación del peso, ya que las materias primas cotizan en dólares en los mercados internacionales. De no haber sido por la peor sequía en décadas, que causó pérdidas por 6.000 millones de dólares, los ingresos del sector se habrían disparado en esta campaña.

Por último, el Gobierno eliminó el Fondo Federal Solidario, ideado por el kirchnerismo y por el que el Estado transfería el 30% de la recaudación por derechos de exportación de la soja a las provincias. "El FFS fue creado en 2009, cuando las provincias solo recibían la cuarta parte de la recaudación de impuestos nacionales. Gracias a decisiones adoptadas por el gobierno nacional, las provincias han pasado a recibir en la actualidad un tercio de los recursos nacionales y continuarán aumentando su participación en los próximos años, lo cual torna innecesaria la continuidad de este mecanismo de compensación", informaron desde Hacienda. El Gobierno de Macri obliga a las provincias a asumir parte del recorte del déficit fiscal, que debe reducirse hasta el 1,3% a fines de 2019 y llegar al equilibrio en 2020.

La oposición ha criticado con dureza las nuevas medidas de ajuste. "El Gobierno de Cambiemos profundiza la inestabilidad económica y social del país. Empezó por los bolsillos de los argentinos y sigue por los presupuestos de las provincias y municipios", señalaron los diputados kirchneristas en un comunicado conjunto. "El Bloque FPV-PJ insta una vez más al gobierno a cambiar el rumbo. Sus políticas generan pésimos resultados macroeconómicos y empeoran todos los indicadores sociales", agregaron.

La sequía, primero, y la tormenta cambiaria que azotó a Argentina desde finales de abril torcieron todas las previsiones económicas para 2018 y obligaron al Gobierno a acordar un rescate de 50.000 millones de dólares con el FMI. Las estimaciones de crecimiento para este año se han reducido un 75%, hasta el 0,4%, y el mercado prevé que la inflación superará el 30%, frente al 15% oficial.

La crisis, aparejada a una gran merma de la capacidad adquisitiva de las clases bajas y medias argentinas, ha provocado una caída de la imagen positiva de Macri, pero no ha beneficiado por ahora a la oposición. "No pasa nada, tranquilos", dijo este martes el presidente, en un intento de llevar calma a la población. El Gobierno busca reaccionar rápido para sortear lo antes posible la recesión y volver a un crecimiento sólido en 2019, de cara a las elecciones generales.

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