Las alemanas podrán exigir a sus empleadores conocer el salario de sus compañeros
Con la nueva norma, el Gobierno de Berlín pretende reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres
Berlín se ha propuesto reducir la amplia brecha que separa los sueldos de las alemanas de las de sus colegas hombres. Con este objetivo, una nueva ley obliga a partir de este sábado a las grandes empresas a informar a sus empleadas de cuánto ganan sus compañeros hombres por realizar un trabajo similar. Con la entrada en vigor de la norma, Berlín aspira a arrojar luz sobre la llamada “caja negra” en la que se convierten los salarios de los empleados del pupitre de al lado y armar a las empleadas con datos para poder negociar mejor con sus jefes o incluso acudir a los tribunales con los datos en la mano. Alemania es uno de los países con una mayor brecha salarial de la Unión Europea.
“Si una mujer sabe con certeza que su sueldo es menor que el de un hombre, podrá exigir en los tribunales el mismo salario por realizar un trabajo equivalente”, ha declarado la ministra alemana de la Mujer, la Familia y la Juventud, la socialdemócrata Katarina Barley. La ministra cree también que “la mujer podrá utilizar la información en la próxima negociación salarial con el empleador para fortalecer su posición y exigir una remuneración más alta”, según una entrevista que publica la revista Emotion.
La medida se aplicará a empresas con al menos 200 empleados. La norma establece que las empleadas no podrán conocer el salario concreto de un compañero, sino que lo que obtendrán es el cálculo de la media de los salarios de al menos seis empleados del sexo opuesto que realicen tareas similares. Las trabajadoras podrán además conocer el criterio y los procedimientos utilizados por la empresa para fijar los salarios, según la nueva ley de Transparencia salarial alemana, aprobada en julio, pero cuyo derecho individual a comparar los sueldos se aplicará a partir del 6 de enero. La ley no contempla sanciones, pero si el empresario incumple, podrá ser demandado ante los tribunales, según explica una portavoz del ministerio.
“Los salarios de los otros son todavía un asunto tabú y una caja negra en Alemania […] La mayoría de las mujeres no saben cuánto ganan en comparación con sus colegas hombres por un trabajo similar”, ha explicado Barley. La ley es para la ministra “solo un primer paso”, que espera que se amplíe también a empresas de menos de 200 empleados, según declaraciones al Saarbrücker Zeitung. La ley obliga también a las empresas de más de 500 empleados a elaborar informes periódicos sobre la igualdad salarial, a los que podrán tener acceso los empleados. En ellos, deberán especificar qué medidas han tomado para reducir la diferencia salarial y qué efectos han tenido.
Alemania es uno de los países que figura a la cola de Europa en igualdad salarial. Si las europeas ganan bruto una media de 16,3% menos que sus colegas hombres por hora trabajada, las alemanas ganan hasta un 21% menos, según los últimos datos que ofrece la Oficina Europea de Estadísticas y el ministerio de la Mujer y la Familia alemán. España sin embargo, con un 14,9% de diferencia se encuentra por debajo de la media.
El caso alemán tiene que ver en parte con la alta tasa de empleo a tiempo parcial de las mujeres. Un 45% de las alemanas tienen ese tipo de relación contractual frente al 9% de los alemanes, según las cifras oficiales, lo que merma su experiencia y sus posibilidades de promoción. El ministerio de Familia explica que junto a la temporalidad, sigue habiendo profesiones “típicamente femeninas” y peor pagadas, que las mujeres siguen disfrutando bajas maternales más prolongadas y que tienden a ocupar menos puestos directivos. Solo 6,5% de los puestos de dirección de las principales 160 empresas alemanas los ocupan mujeres. Pero incluso en los casos de trabajadores con la misma cualificación y semejante perfil laboral, la diferencia salarial asciende en Alemania al 6%.
Katinka Brose, experta europea de la red de mujeres profesionales Equal Pay explica que la redacción de la ley ha sido un proceso complejo debido en parte a la reticencia de las empresas a adoptar medidas que incrementen su burocracia y su carga administrativa. Brose, detalla que al número de 200 empleados se ha llegado después de intensas negociaciones. Esta experta cree que la efectividad de la norma dependerá sobre todo de que las mujeres ejerzan su derecho a preguntar por el salario de los compañeros. “Las diferencias salariales entre perfiles similares se dan sobre todo cuando no hay criterios objetivos y depende de las negociaciones entre el empleador y la empleada. Las mujeres tienden a negociar a la baja porque hay un sesgo inconsciente tanto en el empleador como en la empleada sobre el valor de su trabajo”.
Desde la patronal alemana, no ocultan las críticas a una ley que consideran va a complicar la vida del empleador. “La ley de transparencia es una injerencia masiva en el exitoso modelo de relaciones laborales alemán […] En lugar de regulaciones hipercomplicadas para la economía alemana, los políticos deberían luchar por más guarderías y escuelas de jornada completa. Es necesaria también una formación profesional sin estereotipos en la que niños y niñas se interesen por todo tipo de trabajos”, indica Steffen Kampeter, director general de la BDA, la confederación de empleadores alemana en un correo electrónico.
Uta Zech, presidenta en Alemania de BPW, la organización paraguas que reúne a empresarias y profesionales de todo el mundo, cree que al margen de cómo y cuánto se utilice la norma, tiene la virtud de que centra la atención en un tema, a menudo opaco y en el que muchos directivos ni se paran a pensar. “Muchos empresarios se darán cuenta ahora de que pagan menos a las mujeres que a los hombres”. Zech alberga cierto optimismo, porque cree que la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres ha entrado en una nueva fase. “Por primera vez escucho a muchos alemanes que son feministas y que no lo son para apoyar a las mujeres sino porque de verdad creen en la igualdad y en que todos se merecen el mismo salario.
La equiparación de la mujer en el ámbito laboral ha sido una de las prioridades en la agenda socialdemócrata (SPD) durante la pasada legislatura, en la que han gobernado en gran coalición junto con el bloque conservador de la canciller, Angela Merkel. En este mandato, el SPD logró también la aprobación de la ley que obliga a las grandes empresas alemanas a contar con un 30% de mujeres en sus consejos de administración. La igualdad salarial y la reducción del trabajo a tiempo parcial de las mujeres promete ser una de las exigencias del SPD en las negociaciones de una posible nueva gran coalición que arrancan este fin de semana. “Tenemos que asegurar que al compatibilidad de la familia y el trabajo no sea un sueño, sino la normalidad”, dijo recientemente en un discurso en Berlín, Martín Schulz, líder del SPD.
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