El Estado inyecta una píldora de 585 millones al Adif para aliviar sus cuentas
Renfe pagará ese canon por los servicios de Cercanías y Regionales y recibirá a cambio la subvención pública
El Estado inyectará mediante una maniobra contable a partir del próximo mes de julio 585 millones de euros de ingresos al Adif, el gestor de infraestructuras ferroviarias, para aliviar sus maltrechas cuentas. La jugada contable consiste en hacer que Renfe pague por primera vez el canon ferroviario por las líneas de Cercanías y Regionales, como servicios declarados como obligaciones de servicio público, y que a su vez el Estado derive a la operadora de viajeros la subvención pública que hasta ahora recibía el Adif.
Este incremento del canon se ha introducido en una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado de 2017, por lo que entrará en vigor en julio y Adif solo cobrará en este ejercicio la mitad esos 585 millones de euros, que ya recibirá completos en 2018.
Con esta jugada, los ingresos anuales de la entidad que preside Juan Bravo por utilización de la infraestructura pasarán de 69,99 millones de euros a 656,9 millones de euros, a los que habría que sumar los otros 36,52 millones que recibe por el uso de las estaciones. Para 2018, primer ejercicio en el que cobrará completo el nuevo canon de Renfe, los ingresos totales por canon (vías y estaciones) ascenderán a 695 millones de euros, más de cinco veces los que obtuvo en 2016 (106,5 millones).
La medida propiciada por el Ministerio de Fomento persigue adaptarse a la normativa de liberalización ferroviaria de la UE, de forma que el operador de viajeros pague por los costes de mantenimiento de la red mediante los cánones. Con la nueva estructura se pasará de un nivel de cobertura desde el 10% al 95%, según Adif.
El efecto para la Administración es neutro porque simplemente derivará a Renfe la subvención que daba a Adif. Pero para el gestor ferroviario es muy importante, pues conseguirá que el 50% de sus ingresos provengan de su actividad comercial, de forma que no sea considerado fiscalmente por las autoridades comunitarias como un mero ente público que vive de las subvenciones.
El problema es que el gestor ferroviario está ahora dividido en dos sociedades: Adif y Adif-Alta velocidad. Esta segunda concentra la mayor parte de los ingresos comerciales, ya que obtuvo 507,6 millones de euros por cánones (infraestructuras y estaciones), frente a los 106 millones de Adif (convencional). Con el nuevo canon de Renfe se equilibrarán las cuentas de ambas filiales, en la línea que quiere el Ministerio de Fomento para simplificar la estructura de este ente público con el fin último de volver a fusionarlo con Renfe.
La CNMC se mostró favorable a este cambio. Considera que hacía más transparente las cuentas de Adif, y que, al recibir una subvención equivalente, se asegura que Renfe no trasladará el canon al precio final de los billetes de los viajeros.
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