La Ciudad de México se convierte en la primera urbe de América Latina en regular la actividad de Airbnb
Los clientes de la plataforma estadounidense de alquileres turísticos pagarán un impuesto del 3% al consistorio
Por si cabían dudas sobre si la Ciudad de México es una urbe abierta a la llamada economía colaborativa, este jueves ha dado un paso más allá para despejar las incógnitas que pudieran quedar. La capital mexicana ha sellado con Airbnb —junto con Uber y Cabify, una de las firmas del sector que más ha crecido en la ciudad los últimos años— un convenio de colaboración fiscal pionero en la región. A partir del próximo 1 de junio, la empresa de alquiler de departamentos y habitaciones recaudará y abonará el impuesto local del 3% por prestación de servicios de hospedaje, abandonando así el limbo legal en el que se encontraba hasta ahora. La carga fiscal correrá a cargo de los huéspedes, que verán desglosado el importe cobrado en su factura. De esta forma, la Ciudad de México se convierte en la primera urbe de América Latina en regular la actividad de Airbnb.
"Esto le va a dar un beneficio sustancial a la Ciudad de México: por posicionamiento y porque estará fomentando esto que se llama economías compartidas", ha subrayado el jefe de Gobierno de la capital mexicana, Miguel Ángel Mancera, del progresista PRD. "Es nuestra respuesta a las exigencias de los hoteleros [que pedían, como en casi todo el mundo, una regulación específica para estos nuevos competidores]", ha remarcado Mancera. "Es un nicho que no compite con la actividad hotelera de la Ciudad de México". El mandatario capitalino ha destacado que el nuevo protocolo sitúa a la capital como "punta de lanza" en el impulso de plataformas innovadoras.
"Acuerdos como este permiten a nuestras comunidades prosperar y, al mismo tiempo, facilitan a los anfitriones de Airbnb cumplir con sus obligaciones tributarias locales", ha valorado Martín Waserman, gerente regional de la empresa para América Latina. Un portavoz de Airbnb ha enfatizado, en declaraciones a este diario, la voluntad de la firma estadounidense por que el acuerdo suscrito este jueves "marque un precedente", no solo en la región, sino en todo el mundo. Airbnb tiene acuerdos de colaboración con 275 ciudades de todo el planeta —en su mayoría, en Estados Unidos y Francia; en el resto, su actividad se encuentra en un limbo legal.
El año pasado, todavía en la alegalidad, la actividad de Airbnb creció un 189% en el conjunto de México y un 174% en la capital del país norteamericano. Según las cifras de la propia empresa, la derrama económica de su actividad en la Ciudad de México ascendió a algo más de 84 millones de dólares entre ingresos logrados por los anfitriones —que alquilan sus viviendas, parcial o totalmente, durante cortos periodos de tiempo— y gastos de los visitantes en la urbe.
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