América Latina empeora y seguirá decreciendo en 2016, según el FMI
El Fondo aplica un duro tijeretazo a las previsiones que había hecho en octubre. La recesión en Brasil superará el 2% tanto este año como en 2017.
Las previsiones del Fondo Monetario Internacional llevan desde hace tiempo un patrón amargo: las publica cuatro veces al año y cada revisión supone empeorar las que esperaba de un mismo ejercicio apenas tres meses antes. América Latina está en el centro de esta deriva: la economía de la región, de la que el pasado octubre esperaba un mínimo avance para 2016, vuelve a figurar en recesión en sus pronósticos. Aunque la economía de la mayor parte de países tiene tímidos crecimientos, el bajón de Brasil arrastra cualquier promedio. Y México, el otro gigante, también ha visto a la baja su pronóstico.
En concreto, en el último informe, hecho publico este martes, el Fondo calcula que la economía latinoamericana acaba 2016 con una recesión del 0,3%, cuando en las reuniones que la institución celebró este otoño en Lima se esperaba un crecimiento del producto interior bruto de la región del 0,8%. Es una revisión a la baja de más de un punto porcentual realizada en el lapso de apenas 100 días y que tiene mucho que ver con la incertidumbre global y la economía brasileña.
El país pilotado por Dilma Roussef ha sufrido el recorte más drástico de las previsiones: cae un 3,5% este año y aspira a estancarse en el siguiente, según el nuevo escenario que contempla el fondo. La crisis brasileña es peor de lo que se imaginaba en Washington. “La recesión cuya recesión causada por la incertidumbre política en medio de las secuelas ininterrumpidas de la investigación de Petrobras) está demostrando ser más profunda y prolongada”, dice el informe.
El panorama es muy diferente para México, que avanzaría un 2,6% y un 2,9% en 2016 y 2017, respectivamente, aunque no dejan de ser dos décimas menos que lo que el Fondo había estimado en octubre. La región latinoamericana se ve muy afectada por dos de las grandes incertidumbres del momento: el bajo precio del petróleo, que castiga a los países exportadores, y los riesgos del repliegue final de los estímulos monetarios de Estados Unidos, ya que eso agrava los problemas de deuda de muchas economías con pasivos denominados en dólares.
Son los mismos problemas que hace dos semanas llevaron al Banco Mundial a ensombrecer también las previsiones para la región, aunque son algo más optimistas que la del FMI. El organismo señaló que crecimiento será “nulo”, después del descenso del 0,9% en 2015. El pronóstico previo del Banco era de un crecimiento del 1,5%.
“Una mayor apreciación del dólar y condiciones financieras más restrictivas que podrían generar vulnerabilidades en los mercados emergentes, creando posibles efectos adversos en los balances de las empresas y problemas de financiamiento cuando exista una alta exposición en dólares”, advierte el FMI.
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