Ecuador paga parte de su deuda para calmar al mercado
El objetivo del país sudamericano es rebajar la presión sobre la prima de riesgo
Las dificultades económicas están ahogando a Ecuador, pero eso no le ha impedido cumplir sus compromisos con los inversores internacionales. Por primera vez en su historia reciente, el país pagó puntualmente esta semana un vencimiento de 650 millones de dólares de los bonos Global 2015, sin duda un gesto para ganarse la credibilidad de los mercados internacionales. El objetivo es rebajar la presión sobre la prima de riesgo, que pasó de 600 puntos en mayo a estancarse en los 1.200 puntos en las últimas semanas. Con ello, aumentarían sus posibilidades de acceder a financiamiento externo en 2016. Pero es difícil.
Elevar la deuda externa es la herramienta a la que está recurriendo el Gobierno de Rafael Correa para equilibrar unas cuentas nacionales que cerrarán el año con los principales indicadores económicos en rojo. Con el precio del petróleo en mínimos de hace siete años —en torno a 35 dólares—, los ingresos de Ecuador se han mermado en 7.000 millones de dólares, según reconoció el presidente de la República en su última rendición de cuentas semanal. Y eso ha ido, mes a mes, deteriorando cada arista de la economía.
El Producto Interior Bruto (PIB) acumula dos trimestres de caída, (-0,1% en el primer trimestre y -0,3% en el segundo), lo que técnicamente significa que está en recesión. A falta de conocer los últimos datos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial ya estiman que se cerrará el año con un descenso del PIB del 0,6%, muy lejos de la previsión inicial de un crecimiento del 4,1%. Eso ha obligado a ajustar dos veces en el transcurso del año el presupuesto para 2016. Del proyecto inicial de 36.317 millones de dólares, el Gobierno ha recortado partidas por importe de 6.482 millones.
El valor de las exportaciones se ha reducido a la mitad entre enero y octubre
El valor de las exportaciones se redujo a la mitad entre enero y octubre, debido a la caída de ingresos petroleros y eso ha provocado que la balanza comercial (el saldo entre exportaciones e importaciones) alcance un déficit de 1.886 millones de dólares. Este último desequilibrio es uno de los indicadores que más preocupan a una economía dolarizada, en la que no se puede emitir moneda, ni devaluarla, lo que encarece los productos que vende fuera del país cada vez que sube el dólar y que ve reducirse su liquidez por la salida de divisas.
Las cifras de desempleo oficiales mostraban además en septiembre un aumento de parados del 0,38%, junto a un deterioro en la calidad de los puestos. El denominado empleo inadecuado (que incluye trabajos con horario y sueldo menor a los mínimos establecidos) aumentaba un 2,14%. El mercado laboral tiene visos de empeorar en el último trimestre del año, según las encuestas empresariales publicadas por el Banco Central de Ecuador. Sobre todo, en la industria, la construcción y el comercio.
Prima de riesgo
Con estos indicadores, Ecuador cerrará el año en rojo y con la mirada puesta en la prima de riesgo. Pese a haber pagado en tiempo y forma los bonos de 2015, el riesgo país —el diferencial que los inversores exigen a la deuda ecuatoriana en relación a la estadounidense— se mantiene alto, dada la difícil coyuntura que afronta. La prima de riesgo no ha bajado de 1.210 puntos, lo que encarece la factura de la deuda externa. El Gobierno había hablado de obtener 1.000 millones de dólares en una nueva emisión el próximo año. Pero el analista Walter Spurrier, editor del boletín económico Análisis Semanal, opina que a Ecuador no le resultará fácil colocar deuda en el mercado en 2016, salvo que esté dispuesto a pagar una tasa de interés muy elevada.
Pese al historial nacional de impagos, los mercados confiaban en que el país iba a hacer frente a sus obligaciones en esta ocasión. Pero tiene sus dudas respecto a los vencimientos de 2020 y 2024.
La asesora de inversiones sobre América Latina de la firma Medley Global Advisors (asociada a Financial Times), Louisa Palacios, confirmó que esos bonos han perdido, respectivamente, el 84% y el 76% de su valor.
Tampoco el país tiene mucha más capacidad para endeudarse. Los datos oficiales indican que la deuda pública roza el límite del 40% que permite la Constitución de 2008. El Ministerio de Finanzas reconoce en sus estadísticas una deuda pública (externa e interna) de 32.415 millones de dólares hasta octubre, lo que equivale al 32,7% del PIB nacional. Sin embargo, “ese monto podría ser mucho mayor si se incluyeran determinados rubros que el Gobierno no considera como deuda pública”, de acuerdo con el análisis del economista y exrepresentante de los afiliados a la Seguridad Social en el Biess (banco público dependiente del Instituto Ecuatoriano de la Seguridad Social), Omar Serrano.
Según sus cálculos, la deuda nacional asciende a 41.556 millones si se tiene en cuenta las facturas impagadas a contratistas públicos (aproximadamente 1.200 millones), la cuenta pendiente con la Seguridad Social desde 2005 hasta 2014 (1.800 millones) por gastos de salud de los jubilados y enfermedades catastróficas, o los préstamos que le concedieron China y Tailandia a cambio de barriles de petróleo. Desde que Correa gobierna en Ecuador, desde 2007, el endeudamiento ha aumentado un 133% y sigue en aumento con otros 2.800 millones de dólares que acaban de comprometerse con China, aunque no aparezcan reflejados en las estadísticas.
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