Vino a granel, un mercado de 3.000 millones de euros

El 85% de la oferta mundial de vino a granel, 38 millones de hectólitros, está en una sala de apenas 7.500 metros cuadrados del Palacio de Exposiciones de Ámsterdam, al sur de la ciudad. Entre el lunes y el martes, los días en los que se celebra la séptima edición de la World Bulk Wine Exhibition (WBWE), ese espacio diáfano ahora dividido en pasillos con alfombra roja, verá pasar a 6.000 potenciales compradores y será testigo de un volumen de negocio superior a los 3.000 millones de euros, según la organización.

La primera feria, en 2009, contó con 50 empresas de nueve países. "Desde entonces no hemos dejado de crecer, porque somos la única feria que da la oportunidad a productores y compradores de conocerse y hacer más transparente el proceso", narra Otilia Romero, directora de WBWE. Ahora son más de 200 empresas de 19 países pertenecientes a los cinco continentes las que tienen reservado un stand aquí para dar a conocer su producto. Pero esta muestra no es solo eso. "También marcamos la tendencia del vino o el tipo de negocio", prosigue Romero.

"Aquí no solo se vende vino a granel, también se llegan a acuerdos de embotellamiento en origen o en destino", cuenta Vicente Sánchez, director técnico de la muestra. Tras presidir la Asociación Internacional de Enólogos (1998-2002), su empresa, Pomona Keeapers, creó la feria porque la tierra de Sánchez, Castilla La Mancha, produce el 50% del vino a granel de España y había observado que el sector, con una fuerte incidencia en la economía local, estaba "muy denostado". Lo mismo le pasaría a otros lugares, pensó. Se decidió por celebrar la muestra en la capital holandesa porque éste no era un país productor y no frenaría la participación de vendedores de terceros países.

Algunas grandes marcas, como la española García Carrión, acude a la feria con el trabajo hecho. Su director de Enología, Javier Brunet, pasa cada año por este espacio con la intención de conocer nuevos productores, pero normalmente no compra. "Aquí están todos nuestros proveedores, ya le hemos comprado antes, pero es bueno conocer las novedades que puedan surgir", cuenta. Brunet considera que esta feria es positiva para el sector vinícola, sobre todo para los países que no son grandes productores, porque aquí las bodegas pueden comprar vino para embotellar. "En nuestro caso, compramos todo el caldo en España, excepto en 2013, cuando la producción no fue suficiente", ha concluido.

"Somos tan malos vendedores que nos compra el vino otro país, lo vende como vino español, y lo hace más caro que nosotros", afirma José Peñín, creador de la guía Peñín y uno de los críticos de vino más importantes del mundo. "No hablamos de calidad, el problema es el complejo de vender vino a granel, que parece una venta menor. Se vende buen vino, pero a bajo precio. Y eso tiene mucho que ver con la necesidad del productor de quitárselo de en medio porque pronto llega una nueva vendimia y se hace de ella una liturgia", añade. En Australia, por ejemplo, para no rebajar los precios de la cosecha, la uva se deja sin recolectar.

El precio del litro de vino en la feria está entre los 0,30 y los 0,90 euros. Los más caros, los franceses. En el otro extremo, los españoles. Al stand de Gerardo Espinar, de Bodegas Naranjo, se acerca un comprador británico. Acaba de cerrar la venta de seis cisternas de 24.000 litros cada una al precio de 0,35 céntimos el litro. "Les digo el precio y ya les gusta, pero cuando prueban el vino, no se creen que pueda ser tan barato", confiesa esta productor de Ciudad Real.

"España es el país más importante que vende vino a granel, porque otros grandes productores como Italia, Francia, o Argentina en América, tienen un gran consumo interno. Pero ha sido proveedor, no vendedor. Cuando vendes, fijas el precio, pero cuando eres proveedor te sometes al precio que te marcan. Esta feria, ha cambiado eso", opina José Peñín. No solo ha beneficiado al productor español, también al de otras zonas del mundo como Moldavia, Lituania, Kosovo o Malasia, que ven en esta muestra no solo un negocio, también una oportunidad de hacerse un hueco en el mundo del vino.