La liquidación de Banco Madrid costará 160 millones de euros

Antes de dejar caer el Banco Madrid, los supervisores tuvieron sobre la mesa un frío documento titulado “Informe de situación a 15 de marzo” en el que se valoraban los pros y contras de la decisión. Tal y como ya indicaba este escrito, liquidar esta entidad, que no tuvo ningún problema de solvencia, costará 159,2 millones. La factura la pagarán sus accionistas, la familia andorrana Cierco, con los 136,1 millones de euros de patrimonio neto contable de Banco Madrid y 23 millones más que procederán de su inversión en deuda subordinada.

El informe del Banco de España precisa que la inversión en deuda subordinada asciende a 21 millones, por lo que habría un decalaje de dos millones, aunque, como los cálculos son preliminares, se podrían ajustar más adelante. Este equilibrio patrimonial es la razón por la que Fernando Restoy, presidente del fondo de rescate, el FROB, comentó en el Congreso que los 14.403 depositantes, incluidos los 473 que son titulares de más de 100.000 euros, recuperarán su inversión.

Según los datos oficiales, con los 136 millones del patrimonio neto se hará frente los “activos intangibles”, es decir, la pérdida del valor de la marca, que es de 58,7 millones; los créditos fiscales (que desaparecen en caso de cierre), 25,4 millones; las participaciones en empresas del grupo BPA, 36,4 millones, el mobiliario y las instalaciones, 8,7 millones y los costes del cierre, 30 millones. Sobre esta última partida, se aclara que se ha estimado el pago de 100.000 euros por cada uno de los 300 empleados.

Pero el informe aporta más datos relevantes. Tras detallar la salida de depósitos día a día desde el estallido de la crisis, afirma que “para el lunes 16 de marzo” (el día que cerraron las oficinas y se instó el concurso de acreedores) “la disponibilidad inmediata ascendía únicamente a 78 millones. Como ya se conoce que al menos 37 millones saldrán en las operaciones de liquidación, el remanente sería de 41 millones, cifra inferior a la que previsiblemente sería necesaria para cubrir las salidas del 16 de marzo, dado el efecto desestabilizador de las noticias aparecidas el fin de semana”.

Estas “noticias” que hicieron saltar las alarmas, como detalla el informe, son dos: la comunicación pública que hizo el Sepblac (dependiente de Economía) del documento aprobado con operaciones sospechosas el viernes 13; y el arresto del consejero delegado de BPA y Banco Madrid, el sábado 14 en Andorra. Íñigo Fernández de Mesa, secretario de Estado de Economía, fue interrogado el miércoles pasado en el Congreso por la razón por la el Sepblac hizo público, por primera vez, su informe, pero no respondió. Tampoco lo hizo ante los periodistas.

Tras estas dos noticias, Banco Madrid, que se define como una entidad “cuya estructura de balance no parece inadecuada”, entra en una situación de “enorme incertidumbre sobre su viabilidad futura por la pérdida de valor de la franquicia por los procesos abiertos”. Entones el supervisor tomó una decisión definitiva: como miembro del Eurosistema, acordó “suspender el acceso del banco” a las operaciones de contrapartidas del BCE “lo que significa que la entidad debe reponer inmediatamente los saldos con el Banco Central, 294 millones”. “Ante esta situación, la entidad no está en condiciones de hacer frente a sus compromisos, por lo que es inevitable la solicitud de concurso de acreedores”. Es decir, se cortó la financiación y cayó el banco.

El documento describe el debate de la Comisión Ejecutiva del Banco de España cuando analiza si el FROB debe ir en socorro de Banco Madrid. Pese a la buena situación patrimonial, decide que no lo haga, entre otras razones, por la elevada probabilidad de que hubiera que adelantar fondos públicos, “aunque es posible que al final dichos fondos se recuperen”. También recuerda que “el expediente abierto por el Sepblac haría muy difícil una venta a terceros sin la garantía del FROB”. Con la liquidación, no harán falta fondos públicos.

Banco Madrid era “un porcentaje insignificante” del sistema bancario, pero el supervisor admite que dejarlo caer “tendrá un efecto mediático que genera el consiguiente riesgo reputacional” al sector. No habrá efecto contagio, dice el supervisor, aunque “de producirse afectaría a las otras dos filiales de grupos andorranos en España (AndBank y Banco de Alcalá), con unos depósitos conjuntos de unos 500 millones”. Otro elemento que contribuyó a negar el socorro público es que el Fondo de Garantía de Depósitos debería pagar solo 120 millones a los clientes de menos de 100.000 euros, “que podrían recuperarse en su totalidad”.

Así se describen los últimos días del Banco Madrid, una entidad que quebró pese a su solvencia, por lo que Restoy dijo que fue “un proceso desafortunado”.