¿Bajadas de impuestos?
El informe presentado por los expertos es más bien una reestructuración del sistema impositivo
La semana ha sido pródiga en información económica, con, entre otros indicadores, el IPC de febrero; el índice de coste laboral armonizado del cuarto trimestre de 2013 y el índice de producción industrial; los índices de comercio al por menor, y el comercio exterior de mercancías de enero. Los temas estrella de los comentarios de las tertulias y blogs fueron fundamentalmente la revisión al alza de las previsiones económicas de diversas instituciones y, sobre todo, las filtraciones de las propuestas de reforma fiscal de la comisión de expertos creada para este fin. Con la brevedad que impone la extensión de esta columna, comentaré los temas más importantes.
La mayoría de los analistas estamos revisando al alza nuestras previsiones, a la vista de que los datos de los últimos meses muestran que la recuperación va cogiendo fuerza a un ritmo algo superior al previsto. Es casi una norma general, aunque sea muy difícil de recoger por los modelos y metodologías utilizados, que los datos nos sorprenden negativamente cuando se inician las fases cíclicas de recesión y positivamente cuando arranca la recuperación. Para el primer trimestre del año, los pronósticos apuntaban a un crecimiento del PIB de dos décimas, y los datos disponibles, aunque incompletos y provisionales, sugieren que puede ser de cuatro décimas, lo que condiciona los resultados esperados para todo el año. Además, las condiciones financieras mejoran rápidamente, y la política fiscal está siendo menos restrictiva de lo que lo fue en los años anteriores. En Funcas esperamos ahora que el PIB crezca este año un 1,2% y, lo que es más positivo, que el empleo lo haga en medio punto porcentual, lo que supone, respectivamente, dos y cinco décimas porcentuales más que en las previsiones realizadas hace tres meses.
De la reforma fiscal poco podemos concretar hasta que no se conozca la propuesta del Gobierno, pero valga una reflexión introductoria. No creo que se pueda vender como una bajada de impuestos, sino como una reestructuración del sistema impositivo con tres objetivos: hacerlo más favorable al crecimiento y a la creación de empleo; distribuir de forma más equitativa la carga tributaria y elevar su eficacia recaudatoria. En España tenemos un déficit público cercano al 7% del PIB y la deuda pública este año rondará el 100%. Los gastos públicos son 5,5 puntos porcentuales del PIB inferiores a la media de la zona euro, es decir, que, aunque aún exista algún recorrido para reducirlos, es muy difícil basar en ellos todo el peso del ajuste de las cuentas públicas. La conclusión es que habrá que aumentar la recaudación tributaria, sobre todo porque los ingresos públicos en España son nueve puntos porcentuales del PIB inferiores a la media de la zona euro. La reforma fiscal puede que traiga bajadas de impuestos para algunos, pero subidas para otros (ahí, lo más urgente es que se ataque el fraude de una vez para siempre), dando como resultado más ingresos públicos.
La inflación baja, al menos permite que los salarios, casi congelados, no pierdan poder adquisitivo
Por lo que respecta al IPC, la inflación se comportó en febrero en línea con lo previsto y bajó dos décimas, hasta el 0%. Ello se debe básicamente a la reducción de la inflación de los productos energéticos. Si los precios del petróleo no varían significativamente respecto a su nivel actual, las previsiones son que la inflación total se mantenga en el 0% en marzo y luego suba suavemente hasta terminar el año en el 0,5%, lo que daría una media anual del 0,3%. Es una inflación baja, pero que al menos permite que los salarios no pierdan poder adquisitivo, dado que están prácticamente congelados y es previsible que así sigan, mientras no se reduzca de forma importante la elevada tasa de paro. La recuperación del consumo debe basarse ahora en la creación de empleo y no tanto en el alza de los salarios de los que ya lo tienen.
El resto de los indicadores de la semana muestra evoluciones positivas. La producción industrial de enero continuó al alza, especialmente en su componente más significativo, el sector manufacturero [gráfico inferior derecho]. También lo hicieron las ventas al por menor, aunque sin superar del todo el batacazo que sufrieron en diciembre. No cabe esperar que el consumo despegue con fuerza, pues aún no se dan las condiciones. Por ahora, es mejor que los motores del crecimiento sean la inversión de las empresas y las exportaciones.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
Comercio exterior
Tras los notables retrocesos de las exportaciones e importaciones de mercancías en los últimos meses de 2013 en relación con los meses anteriores, en enero ambos flujos registraron una fuerte recuperación. Esto es algo típico de esta estadística, que da la impresión de que la periodificación mensual no es todo lo correcta que debería ser. Por ello, de estos datos siempre hay que analizar las tendencias, a sabiendas de que las cifras mensuales son muy volátiles y que serán revisadas significativamente. Utilizando cifras desestacionalizadas, el valor de las exportaciones fue un 1,5% superior a la media del trimestre anterior, lo que unido a una caída de sus precios (valores unitarios) del 2,6%, da un aumento en volumen del 4,2%. Más aumentaron las importaciones: un 7,2% a precios corrientes y un 11,9% en volumen. Si la comparación se hace con el mismo mes del año anterior, también las importaciones aumentaron más que las exportaciones en volumen: 6,5% y 5,4%, respectivamente. La reducción interanual del déficit en un 19,5% provino de la fuerte caída de los precios de las importaciones.
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