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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Perspectivas del crecimiento español en 2014

El año 2013 será, muy probablemente, el último año de caída del PIB, tras cinco años de crecimiento promedio negativo, pero probablemente también el de mayor caída de los cinco últimos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima para España, en 2013, una caída del PIB del -1,6%; la Comisión Europea (CE), una caída del -1,4%; la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), del -1,7%, y el Programa de Estabilidad español (PE) 2013-2016, del -1,3%, frente al -1,4% en 2012.

Estas estimaciones serían el resultado agregado neto de, por un lado, una contribución negativa al crecimiento del desplome de la demanda interna en 2013 (del 3,7%, según el FMI; del 4,3%, según la OCDE; del 4%, según la CE, y del 3,7%, según el PE) y, por otro, de una contribución positiva al crecimiento de las exportaciones netas (del 2,1% del PIB, según el FMI; del 2,6%, según la OCDE; del 2,6%, según la CE, y del 2,4%, según el Programa de Estabilidad).

Ahora, el objetivo primordial debe ser conseguir que en 2014 el crecimiento de España sea positivo, lo que dependerá, por un lado, de la política fiscal diseñada para cumplir el procedimiento de déficit excesivo (EDP) y, por otro, del mejor comportamiento del sector exterior. La extensión de dos años más, hasta 2016, para cumplir el déficit público nominal del 3% del PIB que la CE y el Consejo Europeo acaban de otorgar a España, Francia, Polonia y Eslovenia ayudará, pero solo hasta cierto punto.

Las estimaciones de crecimiento para la economía española en 2014 han sido las siguientes: la CE estima un crecimiento positivo del 0,8%; el FMI, del 0,7%; el PE, del 0,5%, y la OCDE, del 0,4%. Una posible explicación de estas diferencias en las estimaciones del crecimiento es que han ido cayendo conforme avanzaba el año, ya que la estimación más alta, la de la Comisión Europea, es de febrero de 2013; la intermedia, del FMI, es de abril pasado; la del PE es de finales de abril de 2013 y, la más baja, la de la OCDE, es del mes de mayo.

Esta secuencia temporal de crecimiento a la baja ha sido culminada por el FMI, que acaba de estimar, en su World Economic Outlook (WEO) de julio, un crecimiento del 0% para España en 2014. Las razones de esta reducción por parte del FMI parecen ser básicamente dos: una, general, internacional, y otra, específica, nacional.

La primera responde a un menor crecimiento mundial en 2014 del estimado en abril de 2013. Los grandes países emergentes, como China, India, Brasil y Rusia (BRIC), van a crecer menos, así como los grandes países en desarrollo de Asia y de África, ambos con una caída de 0,3 puntos porcentuales frente al crecimiento estimado en abril pasado. Asimismo, el FMI en abril estimaba un crecimiento en 2014 del 1,1% para el área euro y del 1,5% para Alemania, y en julio los ha reducido al 0,9% y 1,3%, respectivamente.

El año 2013 será, muy probablemente, el último año de caída del PIB, tras cinco años de crecimiento promedio negativo, pero probablemente también el de mayor caída de los cinco últimos

La segunda responde a que el Fondo, en su WEO de abril, había estimado que, en 2014, el déficit público de España seguiría aumentando en 0,3 puntos porcentuales del PIB, pasando del -6,6% del PIB en 2013 al -6,9% en 2014. La Comisión, en febrero de 2013, estimaba un crecimiento del déficit público todavía mayor, pasando del -6,7% del PIB en 2013 al -7,2% del PIB en 2014.

Finalmente, el 29 de mayo de 2013, Bruselas autorizó a España a retrasar el cumplimiento del objetivo del 3% máximo de déficit público hasta 2016, pasando de un 6,5% del PIB en 2013 a un 5,8% en 2014, a un 4,5% en 2015 y a un 2,8% en 2016, que posteriormente ha refrendado el Consejo Europeo el 21 de junio.

El FMI, en su WEO de julio, ha estimado una reducción ligeramente mayor del déficit público que la de la CE, pasando de un déficit del 6,7% del PIB en 2013 (en lugar del 6,5% del PIB, de la CE), a otro del 5,9% del PIB en 2014 (en lugar del 5,8% del PIB), lo que implicaría una contracción fiscal de 0,8 puntos porcentuales del PIB en 2014. El FMI considera que, si a esta contracción de 0,8 puntos porcentuales de PIB se le aplicase un multiplicador fiscal de 1, el crecimiento en 2014 sería negativo (-0,1%), ya que en abril estimaba un crecimiento para España del -1,6% en 2013 y del 0,7% en 2014.

Sin embargo, estima un crecimiento 0% para 2014, dado que algunas de las nuevas medidas fiscales de ingresos pueden tener un multiplicador menor que uno y que, además, las condiciones para el crecimiento en España han mejorado entre abril y julio, especialmente debido a la aportación al crecimiento de exportaciones de bienes y servicios, que siguen ganando cuota de mercado y que están diversificándose fuera del área euro, que seguirá manteniendo un crecimiento bajo.

Asimismo, el FMI estima un menor déficit primario estructural (excluido el coste del servicio de la deuda anual) como porcentaje del PIB potencial del -2,1% del PIB en 2013 y del -1,3% del PIB, en 2014, pudiendo llegar a ser cercano al 0% en 2015 y ligeramente positivo en 2016, como ya lo es el de Italia.

Sin embargo, habrá que esperar todavía a que la Comisión Europea, en el próximo mes de octubre, publique sus nuevas estimaciones de otoño de crecimiento y de déficit público para España en 2014. Si considera como buenos los déficits públicos acordados en el retraso del plazo de cumplimiento hasta 2016 —es decir 6,5% del PIB en 2013 y 5,8% en 2014—, la necesaria contracción fiscal sería de 0,7 puntos porcentuales del PIB. Si también considerase un multiplicador ligeramente inferior a uno, el crecimiento sería algo positivo en 2014.

Sin embargo, empiezan a surgir ciertas dudas sobre si España conseguirá alcanzar el déficit fiscal a que se ha comprometido con Bruselas en 2013 y en 2014.

Por un lado, el déficit público acumulado en 2013 sigue creciendo. Según el BBVA (con fecha del pasado 16 de julio), el déficit público acumulado hasta mayo se habría situado por encima del 3% del PIB, en torno a 1,9 puntos porcentuales más que en el mes de abril, debido fundamentalmente a la Administración Central y sus organismos dependientes, que ha registrado un déficit del 3,2% del PIB, 0,8 puntos porcentuales más que en abril; a las comunidades autónomas, que lo han aumentado 0,1 puntos porcentuales hasta el 0,4% del PIB frente al 0,3% en el mes de abril, y a la Seguridad Social, que ha reducido su superávit hasta el 0,3% del PIB.

Por otro lado, en 2012, fueron tomadas una serie de medidas, por una sola vez, entre ellas la eliminación de la paga extra de los funcionarios, que no están contempladas para este año 2013. Sin estas medidas, el déficit de 2012 hubiera sido del 8% del PIB y la evolución cíclica podría llevarlo hasta el 8,4% en diciembre de 2013, lejos del objetivo del 6,5% del PIB (como publicó David Taguas, el 21 de julio pasado).

Asimismo, la deuda pública sigue aumentando. En diciembre de 2012 había subido al 84,2% y en mayo pasado ha alcanzado ya el 89,5% del PIB, cuando el Plan de Estabilidad estima un 91,4% del PIB a finales de 2013. Estas cifras no incluyen el coste fiscal previsto por las ayudas a las instituciones financieras (según ha explicado Ángel Laborda, en su tribuna del pasado día 21).

En resumen, es necesario cumplir sobradamente el objetivo de déficit público comprometido para 2013, para evitar una mayor contracción fiscal en 2014 que reduzca o anule la recuperación y esperar que el sector exterior siga aumentando su contribución neta al crecimiento PIB.

Guillermo de la Dehesa es presidente del Centre for Economic Policy Research (CEPR).

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