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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Las economías familiares, exhaustas

En 2012, el ahorro familiar fue casi un 60% inferior al máximo registrado en 2009

Entre la abundante información publicada en las dos últimas semanas destaca la contabilidad nacional del cuarto trimestre de 2012, que permite tener la foto completa de cómo les fueron las cosas en ese año a las familias, empresas y Administraciones públicas. Me detendré hoy en las economías familiares. Pero antes comentaré los datos del paro registrado y afiliaciones a la Seguridad Social de marzo, de amplio eco social y de gran valor para los analistas.

El dato de paro es de difícil valoración. A las características propias de la estadística, que puede y debe ser mejorada, se unió este año el hecho de que la Semana Santa, que lleva aparejada la creación de numerosos empleos temporales, se adelantó a finales de marzo, cuando el año anterior fue en abril. Este hecho es más importante en cuanto el dato de paro registrado se refiere al último día del mes, no a la media diaria, que sería mucho más consistente. Los analistas empleamos técnicas estadísticas para corregir estos fenómenos de calendario laboral o de estacionalidad y quedarnos con una cifra que refleje lo verdaderamente interesante desde el punto de vista económico, la tendencia. Pero los resultados que dan estas técnicas siempre hay que valorarlos dentro de un margen de error.

En este caso, este margen de error puede ser elevado. Tendrán que pasar unos cuantos meses hasta que estos ajustes sean más precisos. Lo que se puede decir es que la disminución del número de parados en unas 5.000 personas no supone un cambio de tendencia en el mercado laboral, que sigue destruyendo empleo. También se puede decir que el ritmo de esta destrucción se va aminorando, lo que, unido al hecho de que la oferta de trabajo (población activa) está disminuyendo, hace que el ritmo de aumento tendencial del paro aún se modere más. La EPA del primer trimestre, que conoceremos el próximo día 25, nos arrojará más luz y precisión.

Los indicadores permiten avanzar que el PIB ha seguido cayendo en el primer cuarto del año
C. AYUSO / EL PAÍS

Bastante luz nos ofrecen ya, por lo que respecta a la evolución del empleo, los datos de afiliaciones a la Seguridad Social. En marzo, y como consecuencia de la favorable estacionalidad, se rompió la racha de descensos que se venía produciendo desde agosto, dando un aumento neto de 30.500 afiliaciones. Pero al desestacionalizar los datos, este aumento pasa a ser un descenso de unos 30.000. Si del total de afiliaciones eliminamos los colectivos de cuidadores no profesionales y empleados del hogar, que por causas diversas impiden una comparación intertemporal homogénea, la media del primer trimestre del año da una disminución del 3,7% en tasa anualizada respecto al trimestre anterior, ritmo inferior al 4,4% que se produjo en ese trimestre. Esto, y el resto de indicadores de actividad y demanda, permite avanzar que el PIB ha seguido cayendo en el primer cuarto del año, aunque a menor ritmo que en el último de 2012, como preveíamos los analistas.

Las cuentas de los sectores institucionales muestran que las economías familiares sufrieron en 2012 el peor año de la crisis, si lo medimos en términos de pérdida de renta real. En el conjunto del año, las rentas salariales disminuyeron un 5,4%, y las no salariales (rentas de la propiedad y excedente de explotación de los autónomos), un 0,4%. Aunque el saldo de operaciones de distribución secundaria de la renta (cotizaciones, pensiones y otras prestaciones y transferencias) fue más favorable que en el año anterior, la renta disponible disminuyó un 2,7% nominal y un 5,3% real, es decir, si le restamos el aumento de los precios. Mientras descendía la renta disponible, los gastos en consumo se mantenían prácticamente estables respecto a 2011, así que fue el ahorro el que pagó la factura, con una disminución del 28%. En 2012, el ahorro familiar fue casi un 60% inferior al máximo de 2009. La tasa de ahorro (porcentaje de la renta disponible) disminuyó a un mínimo histórico del 8,1%, muy por debajo ya de la media de la UEM.

Este ahorro mermado fue suficiente para que las familias financiaran sus decrecientes gastos en inversión fija, principalmente vivienda, y aún les sobró (capacidad de financiación, o superávit) una cifra equivalente al 0,9% del PIB. En 2009, ese superávit fue del 6,6%. Mal año, pues, 2012 para las familias, que tuvieron que ceder recursos para sanear y rentabilizar a las empresas y Administraciones públicas.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).

El consumo se estabiliza

Los datos de los indicadores de consumo de los primeros meses del año siguen dando unas caídas importantes cuando se comparan con los mismos meses de 2012 (tasa interanual). Sin embargo, las tasas interanuales reflejan no tanto lo que ha ocurrido en el último mes, sino lo ocurrido en los 12 últimos meses. Lo ocurrido en el último mes o trimestre lo da la tasa mensual o trimestral (un mes, o trimestre, sobre el anterior), que debe obtenerse sobre series corregidas del diferente calendario laboral y estacionalidad para que los datos sean homogéneamente comparables. En estos términos, muchos indicadores de consumo están dando sorpresas positivas en los primeros meses del año. Como ejemplos, la media de enero y febrero del índice de comercio al por menor da una práctica estabilización sobre la media del cuarto trimestre de 2012, tras caer fuertemente entonces, y las matriculaciones de automóviles del primer trimestre registran un fuerte crecimiento, que en este caso se debe al Plan PIVE, si bien esto es un simple desfase temporal de compras que provocará una caída cuando acabe el plan.

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