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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los ‘Eagles’ cierran un buen 2012

El exceso de complacencia y la sensación de inmunidad siguen siendo los mayores riesgos

En lo que parece formar parte ya de una tendencia, las economías emergentes con alto potencial de crecimiento (BBVA EAGLES) cerraron un año marcado por un mayor crecimiento y menor riesgo que los países desarrollados. En cualquier caso, no fueron inmunes al escaso crecimiento e incertidumbre de estos, ni al enfriamiento de la demanda interna por condiciones monetarias y fiscales menos expansivas. En consecuencia, la mayoría de ellos vieron desacelerar sus economías en 2012 sobre un más que robusto crecimiento en el periodo 2010-2011.

En lo que respecta a la inflación, el alcance del impacto del alza de los precios de las materias primas ha sido limitado en la mayoría de los casos. Con la excepción de India, la inflación de los países asiáticos permanece en niveles bajos. En América Latina, los precios se han mantenido bajo control, mientras que en Turquía el proceso de desaceleración de la inflación se intensificó notablemente durante el último trimestre del año.

El manejo de la política monetaria en los mercados emergentes experimentó un nuevo reto a través de los grandes bancos centrales occidentales. La nueva inyección de liquidez global generada durante el verano ha supuesto una nueva dosis de presión a los banqueros centrales de los países emergentes. Aunque la respuesta no ha sido del todo común, la mayoría de los bancos centrales han optado por ajustar los tipos de interés a la baja, restando atractivo a los flujos de capital y evitando excesivas apreciaciones de tipos de cambio. Muchos de ellos han complementado esta política con intervenciones en los mercados de cambios y la utilización de medidas complementarias como el aumento de los coeficientes de reservas.

Este factor de empuje se ha visto reforzado por factores de atracción importantes. En general, los Eagles enfrentan de nuevo 2013 con niveles de deuda pública, externa y privada históricamente reducidos, muy por debajo de los niveles de los países desarrollados y también de los umbrales de riesgo. Esto ha sido recogido tanto por los mercados (donde las economías emergentes han liderado los rendimientos tanto en acciones como en bonos) como por los ratings soberanos, donde el juego de la convergencia a los ratings de los países desarrollados se aceleró en 2012 y permanecerá en vigor durante este año.

Pensamos que la tendencia de mayor crecimiento y menor vulnerabilidad relativa frente a los países desarrollados se mantendrá durante 2013. Habrá que seguir atentos. La dependencia de los mercados financieros desarrollados continúa siendo muy elevada y, tarde o temprano, habrá que ir pensando en retirar los factores de empuje. Por el lado de los emergentes, el exceso de complacencia y la sensación de inmunidad continúan siendo el mayor de los riesgos.

Álvaro Ortiz Vidal-Abarca es economista jefe de mercados emergentes de BBVA Research

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