España deberá sumar aliados si quiere bloquear créditos a Argentina
Margallo advierte a Buenos Aires que necesita 27.000 millones para financiarse
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha advertido que “Argentina, en estos momentos, tiene que afrontar unas necesidades de financiación de unos 36.000 millones de dólares y puede que vea cortado el acceso al crédito internacional”. La frase sonó como una amenaza, pero la pregunta es hasta qué punto puede España frenar esa financiación para Argentina como represalia a la expropiación del 51% de Repsol en YPF.
Las cifras de la Secretaría de Finanzas de Argentina —que no están cuestionadas, como las del Instituto Nacional de Estadística y Censos— muestran que este país sudamericano tiene este año necesidades financieras por 22.049 millones de dólares. A eso hay que sumarle unos 3.500 millones de un pago variable que se hace a ciertos bonistas por el crecimiento del PIB. Es decir, en total son alrededor de 25.500 millones. Pero de esa suma, la mitad es deuda del Tesoro con otros organismos públicos, como la Seguridad Social, el Banco Central y el Banco de la Nación Argentina, con los cuales se renovarán los préstamos. La otra mitad se reparte así: unos 10.500 millones en manos de acreedores privados y 2.151 millones en poder de organismos multilaterales, sobre todo los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo (BID), donde España tiene alguna injerencia.
Al igual que en años anteriores, Argentina no prevé recurrir a los mercados internacionales de deuda para financiar esos 10.500 millones, sino que echará mano del superávit fiscal primario (antes del pago de intereses y capital de la deuda) y de nuevos fondos del Banco Central y otros organismos públicos. Las que sí necesitan endeudarse en los mercados son las provincias argentinas, que prevén emitir bonos por 1.170 millones y que sufrirán la prima de riesgo del país, que superó esta semana los 1.000 puntos básicos después de la nacionalización de YPF.
Por tanto, España solo puede presionar para que el Banco Mundial, el BID y algún otro ente multilateral no renueven los créditos a Argentina, que en total representan el 8,4% de sus necesidades de financiación de 2012. La deuda de Argentina con el Banco Mundial, que se destina a financiar proyectos de desarrollo social e infraestructura, asciende a 4.603 millones de dólares, el 2,6% del total del pasivo de este país sudamericano. Los créditos del BID, que tienen fines parecidos, suman 9.681 millones, el 5,5% del total.
Por otra parte, el Senado argentino votaba en la madrugada española el decreto del Gobierno sobre la expropiación de YPF en detrimento de Repsol con casi plenas garantías de que el texto será aprobado. Ahora, tras esta votación, falta pasar por el Congreso, que también, presumiblemente, lo aprobará.
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