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España pedirá a Bruselas en 10 días que el déficit pueda superar el 5%

El objetivo es que el déficit de 2012 se sitúe unas décimas por encima, y no en el 4,4%

Claudi Pérez
Luis de Guindos (izquierda) con Anders Borg, ministro de Finanzas de Suecia.
Luis de Guindos (izquierda) con Anders Borg, ministro de Finanzas de Suecia. SEBASTIEN PIRLET (REUTERS)

El Gobierno español tiene un “compromiso absoluto” con el recorte presupuestario. Pero considera un suicidio pasar de un déficit del 8% del PIB en 2011 al 4,4% este año (lo que supone un tremendo tijeretazo, de unos 40.000 millones), tal y como marca el calendario aprobado por la Comisión Europea. Tras amagar varias veces con un golpe parecido, el Ejecutivo ha diseñado ya una estrategia encaminada a presionar para que esa cifra se renegocie: el presidente, Mariano Rajoy, y el ministro de Economía, Luis de Guindos, pedirán a Bruselas una suavización de ese compromiso en el plazo máximo de 10 días. El objetivo es que el déficit de 2012 se sitúe unas décimas por encima del 5%, según explicaron fuentes del Gobierno.

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Eso supondría recortes algo inferiores, de unos 30.000 millones, pero aún muy sustanciales: el primer ajuste de Rajoy ascendía a unos 15.000 millones entre rebaja de gasto y fuertes subidas de impuestos. Quedaría por delante un recorte equivalente en un ambiente de agitación social por la reforma laboral aprobada hace unos días y con la economía camino de una profunda recesión. La alternativa es inquietante: aún más ajuste y, como consecuencia, mayor caída del PIB y más paro.

El calendario apremia. La Comisión presentará mañana sus previsiones de crecimiento para España, que a buen seguro van a ser “más pesimistas” que las del pasado otoño, según explicó el propio Guindos a los periodistas en Bruselas. En octubre, Bruselas vaticinó que España crecería el 0,7% este año, pero el horizonte ha cambiado radicalmente —para mal— desde entonces, con la economía en caída libre, el mercado laboral camino de los 5,5 millones de parados y la demanda interna hundida. El Banco de España pronostica una recesión del 1,5% para 2011; el FMI, del 1,7%. En sus declaraciones públicas, Guindos fue cauto y aseguró que el Ejecutivo tiene previsto “iniciar el proceso de análisis” para debatir “las implicaciones de estas nuevas proyecciones”.

La situación económica se ha agravado desde que se fijó el objetivo

Pese a esa cautela, España tiene claro que debe frenar la senda de rebaja del déficit ante la constatación de que la sangría económica no haría más que agravarse. Y cuenta con que en el resto de Europa el problema es parecido. El viento ha cambiado: los recortes eran y son la primera prioridad, pero gana peso la opinión de que un exceso de austeridad condena a Europa a un largo estancamiento. No se trata de una pelea en la que España esté sola: 12 países, entre los que están Italia, Reino Unido y España —pero no Alemania y Francia—, suscribieron el lunes una carta que supone una especie de desafío a la posición alemana respecto a que los recortes deben anteponerse a la reactivación económica. Monti, el inspirador de esa misiva, ha asegurado que si incumple sus objetivos de déficit como consecuencia de una recesión más profunda no planteará un nuevo paquete de austeridad. España parece interesada en que esa línea acabe minando el fundamentalismo por los recortes que defiende Berlín y que ha calado en Bruselas.

La Comisión Europea presentará sus previsiones de crecimiento para España, que a buen seguro van a ser “más pesimistas”

“España ha hecho reformas y recortes sustanciales en 2011; los de 2012 serán aún más notables”, según un portavoz de Economía. Esa será la principal arma de negociación en Bruselas. El tiempo apremia: España debe presentar el techo de gasto en los primeros días de marzo, y para ello debe saber, o al menos entrever, si Bruselas acepta o no una flexibilización del déficit. Tras el techo de gasto, hay que elaborar los Presupuestos y enviarlos al Congreso la última semana de marzo. Antes de finales de abril, España deberá remitir el programa de estabilidad 2012- 2014 a Bruselas. Y en junio la Comisión dictaminará acerca de los Presupuestos de 2012 y del programa de estabilidad: lo habitual es que no se hagan excepciones y que si se modera la senda de reducción del déficit, eso beneficie a la mayoría de los países. Pero para entonces ya sería tarde para España, que debe cerrar antes los Presupuestos.

Rajoy tiene previsto contactar con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, con quien ya abrió fuego en la última cumbre: obtuvo esperanzadores insinuaciones como respuesta acerca de una posible flexibilización. Paralelamente, Guindos propondrá esa medida al comisario Olli Rehn, a pesar del encontronazo de los últimos días. Rehn recordó a España la semana pasada que el objetivo del déficit sigue siendo el 4,4% del PIB y que se está retrasando en la presentación de los presupuestos a causa de las elecciones en Andalucía y Asturias. Las aspiraciones de España pasan por atacar con éxito ese enroque de Bruselas.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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