El Rey pidió a Mario Vargas Llosa que presida el Instituto Cervantes
El jefe del Estado intermedió ante el Premio Nobel en nombre del Gobierno
Desde el pasado domingo, Mario Vargas Llosa sopesa la que sin lugar a dudas es una de las ofertas más comprometidas de toda su vida: presidir el Instituto Cervantes. Y lo hace sabiendo que la propuesta no llegó de cualquier sitio ni de cualquier interlocutor... sino de la mismísima Casa Real y, en concreto, del Rey Juan Carlos.
Ahora mismo, su respuesta a si está dispuesto o no a liderar la institución encargada de difundir en el extranjero la lengua y la cultura en español permanece como un misterio. Lo que sí se sabe es que el autor de Conversación en la Catedral pidió unos días para pensárselo, aunque agradeció al monarca el honor que suponía semejante ofrecimiento.
Fue el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien pidió personalmente al Rey que hiciera la propuesta en nombre del ejecutivo. Don Juan Carlos, que siempre ha situado las políticas lingüísticas entre sus temas de preferencia y que ha mostrado un claro compromiso con los avances que en este ámbito han protagonizado tanto la Real Academia Española como el Cervantes en su estrategia panhispánica, no lo dudó, según apuntan fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores y del propio entorno de Vargas Llosa.
Los planes del Partido Popular para la institución nacida en 1991 como vehículo de enseñanza y divulgación del idioma y de la cultura en español por todo el mundo son ambiciosos. Los dirigentes populares pretenden que la lengua se convierta en la pieza clave de la acción cultural exterior, como han apuntado en su estrategia tanto el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, como el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle.
Se trata de un plan que ya estaba en el ánimo de gobiernos anteriores pero que se ha revelado hasta ahora extremadamente difícil de coordinar. Hasta la fecha han existido multitud de organismos -el más importante de todos, el propio Cervantes- pero todos han dependido de distintos ministerios. Nadie quería renunciar a sus cuotas de poder a favor del otro y eso generaba pugnas, tiranteces y hasta batallas como las que protagonizaron en su día Miguel Ángel Moratinos y César Antonio Molina. Aquella controversia acabó con la salida de Molina del Ministerio de Cultura.
Quien presenció todo en primera fila fue el actual secretario de Estado de Cultura cuando era portavoz del PP en el Congreso de los Diputados. Ahora, con su nuevo cargo, José María Lassalle no ha querido que el nuevo Gobierno cometa el mismo error. Por eso, Lassalle pretende que el Cervantes se convierta en una institución clave y que quede controlada por la órbita de presidencia del Gobierno, más que por un ministerio concreto.
Y es ahí donde sin duda podría jugar un papel de representación crucial el premio Nobel. Vargas Llosa, dueño de una agenda internacional privilegiada tanto en el plano cultural como en el político, presidiría el Cervantes con un perfil marcadamente simbólico. Como presidente del Instituto, actuaría como una especie de embajador plenipotenciario de la lengua española en el mundo y se sentaría en el patronato (donde ahora es vocal) junto al Rey, que es su presidente de honor.
Para dejar claras las competencias de Vargas Llosa como responsable del Cervantes habría que ajustar la ley. La institución se rige por una norma propia creada en marzo de 1991 en la que se contemplaban como cargos ejecutivos el de director y secretario general. El Gobierno, mediante un real decreto, podría modificar ahora el organigrama de la institución sin pasar por el parlamento. Fuentes jurídicas del Instituto Cervantes así lo creen, ya que se debería a un ligero retoque por causas de organización interna.
Segundo en el escalafón
De aceptar Mario Vargas Llosa el nombramiento de presidente del Instituto Cervantes, que podría producirse hoy mismo en el Consejo de Ministros, el candidato favorito del ministerio de Asuntos Exteriores para ocupar el segundo puesto en el escalafón es el de Rafael Rodríguez-Ponga, diputado por Cáceres del PP, lingüista y con larga experiencia en el ámbito diplomático. Rodríguez-Ponga fue secretario general de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) durante el Gobierno popular de José María Aznar y director de Cooperación y Comunicación Cultural bajo el mando de Mariano Rajoy cuando el actual presidente del Gobierno era ministro de Educación y Cultura.
Babelia
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