China inyecta confianza en Europa
La crisis económica lleva al Viejo Continente a recibir con los brazos abiertos al primer ministro chino, Wen Jiabao, y a los miles de millones que promete invertir
Hace no tanto tiempo, la visita de un primer ministro chino era sinónimo de protestas y debates sobre los derechos humanos o la represión en el Tíbet. Estos días, la presencia en Hungría, Reino Unido y Alemania de Wen Jiabao prácticamente solo es analizada desde el prisma de la importancia que el gigante asiático tiene para la economía europea. Y el invitado se tomó incluso la libertad de advertir a su anfitrión sobre los riesgos de querer imponer la paz en Libia con las armas. Precavidos, los chinos habían liberado a varios disidentes, incluido el artista Ai Weiwei, en vísperas del viaje.
Cuando Wen Jiabao visitó Reino Unido por última vez, en febrero de 2009, un joven le lanzó un zapato mientras pronunciaba una conferencia en la Universidad de Cambridge. Ahora, dos años y la misma crisis después, ha prometido en Budapest que China no dejará a Europa de lado, se ha paseado por una factoría china de coches en Birmingham como Pedro por su casa y hoy discutirá con Angela Merkel las vicisitudes del euro. Todo eso regado con varios miles de millones de euros en contratos comerciales. Bienvenido, Míster China.
Cameron: "China exporta ahora en una semana lo que antes en un año"
Wen: "Vamos a seguir apoyando de forma consistente a Europa y al euro"
El primer ministro británico, David Cameron, explicó el porqué de ese cambio casi sin darse cuenta. "China exporta ahora en una semana lo que antes exportaba en un año", dijo en un momento de la rueda de prensa que mantuvo con Wen en el Foreign Office después de una cumbre sino-británica en Downing Street.
Esas reuniones solían estar precedidas de grandes cábalas sobre el delicado asunto de los derechos humanos. Ayer, Cameron despachó el asunto con un consejo de amigo más que con un reproche y casi pidiendo perdón por las molestias. "El diálogo económico y sobre derechos humanos no son excluyentes", precisó.
"China y Reino Unido son países diferentes, con historia diferente, algo que respetamos completamente. Pero creemos que el desarrollo de la sociedad civil, la libertad de expresión, el imperio de la ley y el respeto por los derechos humanos realzan la estabilidad y la prosperidad para todos nosotros. Aplaudimos la transformación económica que se da en China y desde luego no creemos que Reino Unido tenga el monopolio de la sabiduría o sea una sociedad perfecta, pero como dije en Pekín en noviembre, creemos que la mejor garantía para la prosperidad y la estabilidad es que el progreso político y económico vayan juntos", subrayó Cameron.
Wen Jiabao pareció incluso contento de que la prensa le preguntara por ese asunto. "Hay que viajar mucho en metro y en autobús para entender un país", le afeó con bastante cinismo al periodista. "El desarrollo de China es completo por naturaleza, no solo en su desarrollo económico, sino en democracia, imperio de la ley, justicia social... Cada país ve estas ideas a su manera. China no solo está llevando a cabo desarrollo económico, sino una reforma política estructural, mejora de la democracia, el imperio de la ley. Espero que la China de mañana no solo disfrute de prosperidad económica, sino que mejore también la democracia, el sistema legal y que sea un país basado en el imperio de la ley", explicó, echando mano del discurso oficial. "Estamos comprometidos a defender los derechos humanos en China y así se ha incorporado en la Constitución china", añadió.
En Londres, Wen ratificó varios acuerdos comerciales por valor de 1.400 millones de libras (unos 1.575 millones de euros) y se fijó con Cameron el objetivo de que el comercio entre ambos países alcance los 100.000 millones de dólares anuales (70.000 millones de euros) en 2015.
Pero más importante que eso fueron sus palabras del viernes pasado en Hungría, país que ostenta la presidencia de turno de la Unión Europea. "China es un inversor a largo plazo en los mercados europeos de deuda soberana", declaró en una conferencia de prensa en Budapest junto al primer ministro húngaro, Víctor Orban. "En los últimos años hemos incrementado en un margen considerable nuestras reservas de deuda pública. Vamos a seguir apoyando de forma consistente a Europa y al euro", añadió.
El primer ministro chino ya se ganó en abril el aprecio europeo, y en particular el español, al anunciar la compra de deuda y abrir las puertas a la adquisición de bancos españoles con problemas. En los últimos meses, Pekín ha comprado también deuda a países de alto riesgo como Irlanda, Portugal y Grecia. Pero no es la única manera de entrar en Europa. China está invirtiendo en infraestructuras portuarias y de transporte, en especial en Italia y Grecia. Y quiere dar el salto tecnológico que en su día dieron países como Japón y Corea. Y Europa está encantada de ayudar. Aunque sea tapándose la nariz y mirando hacia otro lado las veces que haga falta. Se llama pragmatismo... y ha existido siempre.
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