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Elecciones municipales y forales

Urkullu opone la gestión económica del PNV al "vacío" del pacto PSE-PP

El líder nacionalista critica la política de un Gobierno que "no se deja ayudar"

El PNV esgrimió ayer de nuevo su gestión. Económica, en este caso. La que llevó a cabo al frente del Gobierno vasco hasta 2009 y la que ha asumido desde entonces en la oposición. El presidente nacionalista, Iñigo Urkullu, atribuyó a su partido buena parte del mérito de que España no se haya visto abocada a una situación de "extrema urgencia" como la que atraviesa ahora Portugal y lo situó, además, como artífice de que Euskadi disfrute de una situación menos grave que la del resto del país. Logros a los que contrapuso el "vacío" de la política económica derivado del pacto entre PSE y PP.

"Han sido dos años de cambios y rectificaciones, de improvisación y falta de estrategia, en los que el paro no ha dejado de crecer y la deuda del Ejecutivo se ha multiplicado por seis. Dos años de desgobierno que nos han hecho retroceder", sentenció Urkullu, durante una conferencia en el Fórum Europa de Bilbao. El líder peneuvista recordó ante el numeroso auditorio reunido para escuchar la intervención que su partido ha ofrecido distintos acuerdos para la estabilidad política y la reactivación económica del País Vasco, pero lamentó que no hayan sido aceptados porque, a su juicio, el Gobierno autónomo "tampoco se deja ayudar o rescatar".

El presidente 'jeltzale' lamenta el "desgobierno" de los dos últimos años
Plantea la inversión y la innovación como claves para salir de la crisis

Consciente del desgaste que provoca en el Gabinete de Patxi López y de la importancia que esto último tiene a menos de dos meses de las elecciones municipales y forales de mayo, Urkullu rescató el entendimiento con el PSOE como contrapunto a los desencuentros con el PSE. Así, hizo valer el "crucial" acuerdo presupuestario alcanzado en Madrid para dar estabilidad al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, a cambio del desarrollo de las transferencias recogidas en el Estatuto de Gernika, y criticó que no fuera "bienvenido" por los socialistas vascos, a quienes acusó de "falta de visión y altura de miras".

Las críticas del líder peneuvista no fueron óbice, sin embargo, para que transmitiera su confianza en que "Euskadi también sabrá salir adelante de esta crisis". Según repasó, las recesiones de los años 80 y 90 fueron "más devastadoras" que la actual, pero Euskadi supo "reinventarse". Según Urkullu, gracias a que la Administración vasca, gestionada entonces por el PNV, "se puso al servicio de un gran esfuerzo colectivo de todo el país". Un gesto que no sólo consideró en desuso a día de hoy, sino incluso "aparcado". "El pacto PSE-PP no solo nos ha desplazado a la oposición, sino que ha despreciado y echado por la borda un capital de gestión y de reconocidas medidas de política económica", censuró. En este sentido, puso como ejemplo que el Gobierno vasco "ha paralizado el proceso de implantación de las delegaciones internacionales de Euskadi y que no ha elaborado el anunciado, hace ya mucho tiempo, Plan Marco de Acción Exterior".

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Pese al complejo escenario dibujado, Urkullu ofreció su colaboración y planteó cuatro ejes "estratégicos" para salir de la crisis. Primero, abogó por modernizar las políticas activas y pasivas de empleo para promover puestos de trabajo de calidad. Asimismo, demandó elevar la competitividad del modelo productivo vasco en términos de innovación e internacionalización. En tercer lugar, defendió la inversión empresarial. Y por último, exigió la sostenibilidad del sistema del bienestar. Cuestionó, no obstante, "qué servicios se van a ofrecer en el futuro y cómo se van a sufragar".

Sortu "solo puede traer beneficios"

Pese al manifiesto rechazo a "hacerle la campaña gratis" a Sortu, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, reservó ayer parte de su intervención a la política y sorprendió al afirmar que la legalización de la izquierda abertzale "no comporta riesgo alguno para el Estado", sino que "solo puede traer beneficios". "Si no son capaces de mantener su apuesta, los grandes perjudicados van a ser ellos mismos", señaló el líder nacionalista, quien instó a "no hacer trampas utilizando el listón de los principios como si fuera una barra regulable" por mero cálculo electoral.

Urkullu consideró que la antigua Batasuna "ha dado los pasos" y demandó al resto de formaciones altura de miras para encauzar "un nuevo tiempo, una nueva transición en Euskadi", que permita tomar parte en las elecciones a todos los partidos para "transitar un nuevo camino" y pasar al fin la página de la violencia.

El presidente del PNV hizo alusión a los contactos entre el Gobierno español y ETA durante la tregua de 2006 y apuntó que, pese al revuelo generado, su partido no los denuncia ni recrimina. "Jamás pondremos palos en las ruedas a quien honestamente trabaje para conquistar la paz", garantizó, antes de exigir "respeto" en reciprocidad. Según advirtió, "quien busca réditos quizá está poniendo un precio a la paz que la hará inconquistable".

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