La OTAN asegura que aplicará la resolución de la ONU con imparcialidad

La aparente facilidad con que las fuerzas rebeldes avanzan por la costa oriental libia comienza a suscitar suspicacias en la comunidad internacional. El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, cree que los bombardeos de la coalición internacional se hacen pensando en ayudar a los antigadafistas y, con ello, transgreden el mandato del Consejo de Seguridad. El general de la OTAN Charles Bouchard, que el jueves asumirá toda la responsabilidad de la campaña militar en Libia, no quiso ayer comentar sobre lo que aún están haciendo por su cuenta los aviones de la coalición. La portavoz de Anders Rasmussen, secretario general de la Alianza, asegura que "la OTAN aplicará la resolución de forma imparcial", sin ayudar a una de las partes en detrimento de la otra.

Rusia no participa en la coalición internacional y no asistirá hoy a la conferencia de Londres, pero desde fuera critica lo que ve. "Hay informaciones de que la coalición está atacando a las columnas de las fuerzas de Gadafi ", declaró ayer Lavrov. "Pensamos que la intervención de la coalición en lo que en realidad es una guerra civil no está avalada por la resolución del Consejo de Seguridad". El general Bouchard insistió ayer en que lo que haga la OTAN lo hará para "proteger a los civiles y las zonas habitadas por civiles de las amenazas de ataque". Según él, "toda acción se tomará con el máximo cuidado y con el objetivo de que el daño colateral sea mínimo".

Oana Lungescu, portavoz del secretario general, abundó en que la OTAN, que por ahora solo realiza operaciones de embargo naval y de exclusión aérea, cumple el mandato de la ONU: proteger a civiles y las zonas habitadas por civiles. Hubo que insistir varias veces en la pregunta de si la futura cobertura se aplicaría también a los civiles que fueran atacados por los rebeldes. "La OTAN aplicará la resolución de forma imparcial", respondió.

Rasmussen acude a la conferencia de Londres, "a la espera de que se defina el marco general para ejecutar todos los aspectos la resolución del Consejo de Seguridad", y decidido a que sea la propia Alianza quien mantenga "el control político y la dirección de las operaciones militares en estrecha colaboración con los países" que de fuera de la OTAN participen en la operación, según Lungescu.

En Londres, el incipiente eje Roma-Berlín intenta ofrecer una solución diplomática a la crisis en Libia alternativa a la que preparan Londres y París. El exilio inmediato de Gadafi, un diálogo de reconciliación nacional entre las tribus libias más representativas que desemboque en una Constitución, y la institución de un pasillo humanitario permanente con la colaboración del Gobierno turco es, en síntesis, la propuesta que Italia y Alemania quiere presentar en la conferencia sobre Libia. Los dos países europeos más escépticos sobre la intervención militar ultiman esa hoja de ruta, porque, según ha dicho el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, en una entrevista a La Repubblica, Italia "no se resigna" a que Sarkozy y Cameron lleven solos la batuta. El Gobierno italiano trata de encontrar en la canciller Angela Merkel un aliado fuerte que le ayude a frenar el protagonismo de Sarkozy, y el más que probable influjo de Francia sobre el futuro nuevo régimen libio.