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Red Bull ganó el año pasado el Mundial de constructores, por delante de McLaren y Ferrari, gracias a que Sebastian Vettel y Mark Webber, sus dos pilotos, concluyeron respectivamente el primero y el tercero. Ahora se trata de defender ambas coronas, pero la presión no parece afectarles.
La decisión no fue fácil. Pero Martin Whitmarsh, el director de la escudería McLaren, optó por una medida radical. Su coche, el MP4-26, se había mostrado errático en todos los ensayos de la pretemporada del Mundial de fórmula 1 que arranca este domingo en Melbourne.
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