Primera víctima de la 'ley Sinde'

Ley Sinde , día 2. Y lo menos que puede decirse es que no fue un día cualquiera, sino el de la implosión de una familia irregularmente avenida -la del cine español- tras el anuncio-bomba de Alex de la Iglesia a primera hora de la mañana en la web de EL PAÍS: "Después de la gala de los Goya, dimito como presidente".

Una frase que correteó durante todo el día por los teletipos, por los boletines y por las homes con gran estruendo. Algunos grandes nombres de nuestro cine dijeron entender la decisión del inminente ex presidente de la Academia. Otros pronunciaron frases que acababan en educadas loas a la labor de Alex de la Iglesia-presidente, pero que empezaban con críticas a su decisión. El cine español, que casi estaba de fiesta ante la perspectiva de tener una ley represiva contra los corsarios de la Red, vuelve a entrar en crisis. Ya se llamen Guardans, González-Sinde o De la Iglesia los protagonistas del psicodrama, está visto que la paz le dura poco. Esta vez, la mecha prende por el lado de Alex de la Iglesia , un personaje inclasificable, cineasta incrustado a medias por decisión propia y a medias por circunstancias ajenas al guión en un mundo de pactos y trueques políticos capitaneado por González-Sinde y Soraya Sáenz de Santamaría.

"Confío en que reconsidere su dimisión", dice González-Sinde

El caso es que la anhelada, criticada y muy publicitada ley Sinde -esa que perseguirá a las webs empeñadas en facilitar el acceso a contenidos protegidos por derechos de autor- se cobra su primera pieza. Y no es una pieza de caza menor. Alex de la Iglesia dice que se va, a 18 días de la XXV gala de los Premios Goya en el Teatro Real de Madrid, y el revuelo está servido. Una gala que adquiere, desde ya, tintes algo surrealistas: estará presidida por un presidente de la Academia del Cine que al día siguiente dejará de serlo y cuya película, además, es finalista en 15 categorías. También estará allí una ministra cuya relación con el anfitrión de la noche, según varios testimonios, se ha deteriorado. Al enterarse de la decisión, González-Sinde dijo que no se considera "responsable" de la dimisión. "Confío en que la reconsidere y siga trabajando por la Academia".

Santiago Segura, amigo de Alex de la Iglesia, le venía advirtiendo de que se estaba metiendo en un jardín. Ayer, horas después de conocer la noticia, lamentaba la decisión, aunque la comprendía. "No entiendo por qué una persona tan válida como él tiene que dimitir. Solo ha intentado acercar posiciones e intermediar. No es justo", aseguraba en un descanso de la posproducción de Torrente 4. El actor Eduardo Noriega, en plenos ensayos de la serie Homicidios, se ha mostrado sorprendido. "Entiendo sus razones porque se siente muy decepcionado. Respeto su opinión, pero yo como actor y académico le pido que reconsidere su decisión. Su decisión de dimitir nos puede hacer daño".

Todos alaban la gestión del director de Balada triste de trompeta al frente de la Academia de Cine, una institución en la que se ha implicado con absoluta dedicación. Uno de sus anteriores presidentes, Gerardo Herrero, se lamentaba. "Es una mala noticia para el cine, sobre todo a pocas semanas de la ceremonia de los Goya. Lo estaba haciendo muy bien, pero como amigo y cineasta le respeto. Es preferible la ley Sinde antes de que no exista ninguna ley. No podemos estar sin una ley en vigor. Hay mucha más gente que debería dimitir y que no dimite". Para el presidente de los productores, Pedro Pérez, es una pésima noticia. "He acompañado y apoyado a Alex en escuchar opiniones muy diferentes a las nuestras. Alex ha conseguido sacar la Academia de Cine a la calle y ha reducido la distancia entre el cine español y su público natural. Respeto su decisión, pero espero que él respete la mía cuando le pido que la reconsidere".

Agustí Villaronga, el realizador, que compite con Pa negre para el Goya como mejor película con Álex de la Iglesia y su Balada triste de trompeta, aseguró: "Me parece estupendo. Ha hecho una labor magnífica al frente de la Academia y ha dado una imagen más moderna, actual, más ágil, menos pesada. Lamento que se vaya, pero por otro lado estoy contento por él, porque tiene que estar agotado con todo el trabajo de la Academia, los líos políticos y los rodajes y promociones de sus películas".

Eduardo Campoy, director de la Academia, se mostraba por su parte tranquilo. "Hoy por hoy sigue siendo el presidente. Hasta que no presente formalmente su dimisión, De la Iglesia sigue al frente de la Academia. Estamos enfrascados en la producción de la gala del próximo día 13 en el Teatro Real de Madrid".

El director José Luis Cuerda comentaba: "Ha sido un excelente animador y director de orquesta de la Academia. Hay que reconocer que ha tenido un trabajazo enorme, pero no entiendo muy bien las razones de su salida".

Y, por último, para el prodcutor Elías Querejeta, "la ley Sinde ha terminando por ser una componenda, pero no cabe duda de la total voluntad de la ministra de conseguir y luchar por la defensa de los derechos de autor".