La inquietud es máxima sobre lo que pueda suceder en estos días críticos para el futuro de Túnez, un país que en los últimos 53 años solo ha conocido dos presidentes y que hacía gala de una estabilidad social poco frecuente entre los regímenes autoritarios del norte de África.
J. M. M. | Túnez
Los partidos opositores están aislados y los islamistas son ajenos a la protesta
Hezbolá, el gran partido-milicia chií, puso ayer fin al Gobierno de unidad libanés tras la renuncia de sus ministros y la de sus aliados del Gabinete. Con este gesto, Hezbolá quiere presionar al primer ministro libanés, Saad Hariri, para que se desmarque del tribunal de la ONU que investiga la muerte de su padre en un atentado en Beirut en 2005.
Mientras el Congreso se disponía a aprobar ayer con apoyo bipartidista una resolución contra el clima de intimidación creado por algunos discursos políticos, Sarah Palin, inasequible al sentimentalismo, se declaraba víctima de "un libelo de sangre" y persistía en una retórica similar a la que ha provocado que algunos apuntaran hacia ella tras la matanza de Tucson.
En la búsqueda de explicar lo inexplicable -la locura no atiende a razones-, la oficina del sheriff de Tucson relataba ayer a los periodistas que en la mañana del tiroteo, el acusado Jared Loughner y su padre mantuvieron una discusión y que el padre corrió detrás del muchacho mientras este emprendía una frenética huida con el coche.
La guerra contra el crimen organizado provocó el pasado año en México 15.273 muertes, más del doble de las registradas en 2009 y el triple que en 2008. La brutal cifra no es fruto de recuentos oficiosos, sino el resultado de un concienzudo trabajo realizado por el Gobierno de Felipe Calderón junto a un selecto grupo de expertos independientes.
Herosia jura por Nuestra Señora de la Asunción que Brunny, el mejor de sus cinco hijos, paró de crecer el 12 de enero de 2010, a las 16.53 horas. "Tiene cuatro años y míralo, parece de tres. No ha crecido ni un centímetro desde el día del terremoto", dice, pegando el cuerpo del niño contra su propia pierna para tomarla como medida de desarrollo.