No todo es policiaco en Escandinavia
El 'boom' de las letras nórdicas va más allá de los libros de intriga - La clave de su éxito es un realismo crudo que aborda sin tapujos los problemas individuales
No todo es negro en la literatura de los países nórdicos. Y así empieza a notarse en las librerías españolas, donde ya se huele otra vida tras el boom de lo policiaco que encarnan Stieg Larsson, Henning Mankell y Camilla Läckberg. "La propuesta tenía que cuajar porque hace ya tiempo que está consolidada en Europa", constata Diego Moreno, uno de los artífices de la lenta penetración en España de las letras escandinavas a través de Nórdica Libros.
"Es una creación de mucha calidad, muy eficaz, emotiva y con trasunto, y esto se nota incluso en lo policiaco, donde la trama ya aborda temas de calado existencial y moral", apunta Fernando Varela, de Lengua de Trapo, que desde 2002 viene siendo de las pioneras en sembrar los anaqueles con autores impronunciables.
El generoso sistema de ayudas a la traducción tienta a muchos sellos
Las cifras son modestísimas en relación al género negro, pero ya constatan el fenómeno: "De estos libros vendíamos hace año y medio apenas 700 ejemplares; ahora esa media la hemos triplicado", aporta Moreno, que cita la tercera edición de La casa del mirador ciego, de la noruega Herbjorg Wassmo, como paradigma doble: de esa lenta pero inexorable penetración y de las características estilísticas que lo conforman. "Son autores con una técnica de frases cortas, con un contraste entre aspectos de sociedad muy desarrollada con valores más ancestrales, reflejando muy bien los sentimientos del individuo", resume Moreno, que lo concreta en una lista: "Narrativa bastante urbana, con fuerte presencia de la mujer, sin tapujos sobre temas como el alcoholismo, y con una presencia descomunal de la naturaleza".
"Es una literatura muy realista, cotidiana, que no está armada a partir de grandes tragedias sino de seres humanos a solas con sus problemas internos", cree Kirsti Baggethun, agregada cultural de la Embajada de Noruega, donde trabaja desde hace 25 años, y traductora al castellano, desde hace 20, con la ayuda de Asunción Lorenzo. Feliz de que en España se haya superado "el estancamiento en Ibsen, Hansum y hasta Jostein Gaarder", ella es paradigma del momento-literatura-nórdica-no-negra: "Este 2010 habré traducido tres libros, cuando como mucho hacía uno al año". Opina, como Moreno, que era cuestión de tiempo y de que cuajaran las políticas de esos países: "Hay gran cantidad y calidad de escritores, en parte por las muchísimas ayudas que reciben".
También se da un gran apoyo a la traducción, detalle que no escapa a los editores. "El sistema y las cuantías que dedican son muy buenas y eso también tienta a algunos en momentos de crisis", recuerda Moreno. "Hasta la eclosión, hemos estado pagando el 100% de una traducción, ahora oscilamos entre el 60% y el 80%", cuantifica Baggethun. Según sus cifras, el NORLA, que promueve la literatura noruega en el extranjero, ha concedido desde 1999 una cincuentena de ayudas a la traducción en castellano, una decena solo el último año. A esa labor se añade, en opinión de Varela, la de las propias editoriales nórdicas, "muy serias y que facilitan mucha información y contactos, conscientes de que el éxito en España les abre las puertas para Latinoamérica". Acaso se refiera a la expansión de su gran éxito noruego Kjell Askildsen (Los perros de Tesalónica).
La prueba definitiva estuvo en la última Feria de Fráncfort, donde había más trasiego en el área de países escandinavos que en la de anglosajones. "En la feria de Gotemburgo había más editores españoles que suecos", bromea Moreno. Una aleatoria mirada a los catálogos recientes lo constata: ahí está Mondadori, que se hizo con el noruego Per Petterson (Yo maldigo el río del tiempo) tras la buena acogida de Salir a robar caballos (Bruguera), y que ultima La tormenta de nieve, del sueco Johan Theorin. O Salamandra, con Nosotros, los ahogados, de Carsten Jensen, éxito en su Dinamarca natal. O un poco más alejado en el tiempo, los libros en Destino del sueco Per Olov Enquist, ahora galardonado con el Premio de Literatura Europea de Austria.
"De Libros del Asteroide me preguntaban no hace mucho por la trilogía del noruego Jan Kjaerstad y Salamandra me quitó a la finlandesa Sofi Oksanen", constata, sin acritud, Moreno. Sí, la Purga de Oksanen fue uno de los libros de Fráncfort, reciente Premio Fémina en Francia y que en España se publicará en 2011. Será uno de los 33 idiomas a que se traducirá la obra. Salamandra también editará el debut en castellano del islandés Jon Kalman Stefánsson: Entre cielo y tierra. Por esas fechas Miscelánea, sello literario de Roca Editorial, lanzará al sueco Jonas Hassen Khemiri a partir de Montecore. Moreno, a lo suyo, prepara para febrero Maravillas del crepúsculo, del islandés Sjón, y para abril, La habitación silenciosa, segunda parte de la trilogía de Wassmo. Lengua de Trapo está con el noruego Tomas Espedal, antes ya en Siruela.
Moreno no duda que el proceso culminará con un Nobel para un nórdico. Y se atreve con un nombre: Thomas Tranströmer, "el poeta más traducido al inglés tras Neruda. Y será el final del proceso". El lector español tiene, pues, suerte: está en el principio del boom literario nórdico.
Pistas de hielo
- Thomas Tranströmer, El cielo a medio hacer (Nórdica).
- Kjell Askildsen, Cuentos reunidos. Edición de Fogwill (Lengua de Trapo).
- Per Olov Enquist, El libro de Blanche y Marie (Destino).
- Per Petterson, Yo maldigo el río del tiempo (Mondadori).
- Carsten Jensen, Nosotros, los ahogados (Salamandra).
- Henrik Nordbrandt, Nuestro amor es como Bizancio (Lumen / Debolsillo).
- Tomas Espedal,
Caminar o el arte de vivir una vida (Siruela).
Babelia
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