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Catástrofes ecológicas

La UE elige como asesora a una jefa de la mina que causó el desastre de Aznalcóllar

Indignación en el CSIC: "Boliden solo puede enseñar cómo irse sin pagar"

Entre los cinco expertos que la UE ha enviado a Hungría para asesorar sobre cómo afrontar el vertido tóxico se encuentra Pia Lindstrom, responsable de Medio Ambiente y de Seguridad de Presas de la sección minera de Boliden, la empresa sueca que en 1998, en un desastre similar, contaminó el entorno de Doñana sin pagar ni un euro por ello. Su nombramiento ha causado malestar entre algunos investigadores españoles que participaron en los trabajos de Aznalcóllar. "Menudo sarcasmo. Boliden solo puede aconsejar sobre cómo irse sin pagar de los sitios", afirmó Miguel Ferrer, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y entonces director de la Estación Biológica de Doñana. La Comisión Europea afirmó que la selección se hizo siguiendo exclusivamente criterios técnicos. La actuación de Boliden en el único precedente de la UE no la invalida como experta, defendió.

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El Ejecutivo húngaro presentó ayer en Budapest a tres técnicos enviados por la UE. Se trata del ecotoxicólogo belga Johan Gemoets, del experto de la agencia austriaca de Medio Ambiente Riss Alarich y de Lindstrom. Dos expertos franceses no llegaron a tiempo por retrasos en los vuelos. El Gobierno húngaro busca que la UE ayude a financiar los gastos del desastre, pero Bruselas se niega con el argumento de que solo cubre catástrofes naturales.

Tras la presentación, Lindstrom explicó a este diario que no podía aún comparar las dos catástrofes, la que causó su empresa en España, de los pocos precedentes que hay en Europa y en el mundo, y la de Hungría: "Acabo de aterrizar, ni he llegado al sitio del vertido, así que aún no puedo opinar". Lindstrom trabajó en Aznalcóllar tras el vertido hasta que su empresa cerró su filial española y desapareció sin pagar la reparación y ayer preguntó si la gente en el entorno de Doñana estaba satisfecha con la reparación. En 2002, cuatro años después del desastre, Loyola de Palacio, ministra de Agricultura cuando la rotura de la balsa, definió a la firma como "una empresa golfa, muy sueca pero muy guarra".

El Ministerio de Medio Ambiente español no quiso opinar sobre la designación de Lindstrom, aunque sí recalcó que Boliden no ha pagado ni uno de los 240 millones de euros que ha costado la reparación del escape. Ferrer se mostró entre sorprendido e indignado: "Aznalcóllar es el precedente en el mundo de cómo se puede reparar con éxito un terreno contaminado por residuos mineros y así consta en la literatura científica. Es sorprendente que Hungría no haya querido ayuda española y sí de la empresa Boliden. Quizá puede asesorar a MAL [la empresa húngara del vertido] sobre cómo irse sin pagar de un sitio".

Juan Carlos del Olmo, director de WWF España, consideró "una tomadura de pelo que quien provocó una catástrofe aún mayor que esta sea designada como experta". E ironizó: "Desde luego ellos saben cómo se rompe una balsa minera, pero también cómo eludir la responsabilidad, despistar a la justicia y reírse de la sociedad".

El portavoz de Cooperación Internacional y Respuesta de Crisis, Ferrán Tarradellas, defendió el nombramiento de Lindstrom. "Se la ha elegido por su experiencia técnica, no por lo que hiciera o dejara de hacer su empresa".

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