Las palabras sí importan

En los saludos ante la prensa que precedieron a la reunión mantenida con el rey de Marruecos en Nueva York, y bajo

el insistente parpadeo de los flases, el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero comentó entre dientes al monarca alauí que lo más importante del encuentro era la fotografía. Una vez que trascendió el comentario, los colaboradores del entorno presidencial se apresuraron a explicar que se trataba de una ironía, en tanto que la oposición ha oscilado entre considerarlo como un lapsus freudiano o tomarlo como una reveladora declaración de principios políticos. Apuntándose a esta última interpretación, aunque adoptando una subrepticia cautela, la portavoz parlamentaria del Partido Popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, respondió que "la fotogenia no crea empleo". La cautela, por descontado, consistió en utilizar la palabra fotogenia, no fotografía. Porque si hubiera dicho fotografía, ¿qué hubieran pensado los fotógrafos, por no hablar de la industria fotográfica?

A la vista del revuelo desencadenado por la frase de Zapatero, se impone la conclusión de que, en contra de lo que se ha venido creyendo hasta ahora, una imagen puede valer más que mil palabras, pero solo a condición de que las palabras no se escuchen. Porque si se escuchan, lo que importa son las palabras. Hasta el punto de que el recuerdo del comentario de Zapatero está llamado a perdurar mucho más tiempo que la imagen suya estrechando la mano del rey Mohamed VI.

Lo más llamativo del caso es que, con todo, puede que Zapatero no estuviera haciendo una ironía ni una declaración de principios políticos, ni tampoco que fuera víctima de un lapsus freudiano. Porque, en efecto, da la impresión de que lo más importante de la cita fue la fotografía, no el contenido. Emborronando aún más las causas de la crisis vivida este verano, Zapatero aseguró que el encuentro no descendió al detalle de los incidentes que la provocaron. Teniendo en cuenta que, antes, se declararon superados, lo único cierto es que de esos incidentes ni hay palabras ni hay fotografías.