Baltasar frena un vertedero en Lleida a dos meses de las elecciones

El Departamento de Medio Ambiente, cuyo titular es el ecosocialista Francesc Baltasar, ha decidido paralizar a dos meses y medio de las elecciones autonómicas los trámites para construir un gran vertedero de residuos no peligrosos a 11 kilómetros del núcleo urbano de Seròs (Segrià), de unos 1.900 habitantes. Los alcaldes de seis localidades vecinas, de partidos diferentes, y los ecologistas se oponen al proyecto por considerar que tendrá graves consecuencias ambientales y económicas en una zona rica en fruticultura.

La solicitud para construir el depósito de residuos inertes y no contaminantes fue presentada hace dos años por la empresa Dipòsits Controlats de Catalunya. La ponencia ambiental, un órgano colegiado de Medio Ambiente formado por técnicos, ha acordado detener temporalmente el trámite de autorización ambiental a la espera de que el Consejo Comarcal del Segrià presente estudios e informes que avalen una ubicación alternativa.

La decisión de Medio Ambiente ha sorprendido porque implica a un organismo comarcal no relacionado con el proyecto y sin competencias para proponer alternativas. Lo habitual es que se exijan a la empresa promotora informes sobre la actividad que pretende desarrollar y un estudio de impacto ambiental, requisitos que han cumplido los solicitantes.

El procedimiento habitual es que Medio Ambiente espere al final del proceso administrativo para, tras estudiar los informes y las alegaciones presentadas, autorizar o denegar un proyecto. El primer sorprendido ha sido el Consejo Comarcal del Segrià, que a finales de julio pasado aprobó una moción en la que solicitaba a la Generalitat que estudiara la posibilidad de un cambio de ubicación de la planta buscando el máximo consenso con los municipios limítrofes de Almatret, La Granja d'Escarp, Llardecans, Aitona, Torrebesses y Maials. Estos ayuntamientos han convocado para el día 25 una marcha en Lleida contra el proyecto.

La entidad comarcal ha interpretado la decisión de paralizar la tramitación ambiental como la entrega de una patata caliente que nadie quiere tener sobre la mesa durante la campaña electoral. Alejandro Mir, presidente de la comisión de Medio Ambiente, se mostró ayer "estupefacto" y declaró que entre las competencias del organismo no está la de hacer informes ni proponer alternativas para un proyecto privado.

La empresa promotora y el alcalde de Seròs, el republicano Gabriel Pena, partidario del depósito, tampoco entienden la decisión, aunque se muestran tranquilos. "Lo único que se ha hecho es decirle al Consejo Comarcal que, si tiene estudios o alternativas, los presente", afirma Martí Solé, gerente de la empresa.

El depósito, proyectado a 11 kilómetros de Seròs y a una distancia menor de Almatret y Maials, ha recibido más de 500 alegaciones de vecinos, comunidades de regantes, sindicatos agrarios, cooperativas y ecologistas. Tendrá capacidad para 1,5 millones de toneladas de residuos urbanos de clase II del área metropolitana de Barcelona en dos vasos que ocupan una superficie de 30 hectáreas, a razón de unas 350.000 toneladas anuales. Medio Ambiente afirma que solo entrarán residuos de materiales inertes y no reciclables que no serán contaminantes ni peligrosos.

Los detractores afirman que el subsuelo es geológicamente inestable al hallarse en una zona de viejas minas de carbón y junto a una torrentera que desemboca en una captación de agua del pantano de Riba-roja. El alcalde de Seròs, municipio que recibirá una compensación económica anual de entre 300.000 y 600.000 euros, atribuye la oposición a la envidia de otros alcaldes, a quienes insta a presentar un estudio riguroso que lo demuestre. "Si es así, seré el primero en retirarlo", señala Pena. Los vecinos de Seròs están divididos, pero una gran mayoría apoya a su alcalde.