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67ª Mostra de Venecia

Sofia Coppola seduce a cámara lenta

'Somewhere' retrata el hastío de las estrellas de Hollywood

Toni García

Y el tercer día llegó a Venecia el clan Coppola. Ellos, la lluvia y todo tipo de desperfectos provocados por la tormenta. Luciendo camisa azul de puños y cuello blanco y con su aspecto impoluto de costumbre, Sofia Coppola (Nueva York, 1971) se sentó ayer por la mañana junto a su productor -y hermano- Roman Coppola, y los actores Stephen Dorff y Elle Fanning para hablar de su última película, Somewhere.

La rueda de prensa empezó con cierto retraso debido al caos provocado por la lluvia, y los protagonistas parecían tan contentos de estar allí como poco interesados en contagiar su alegría. "¿Quién es mi personaje? Bueno, Sofia Coppola lo sabe mejor que yo porque ella escribió la película. Pero creo que Johnny Marco es una estrella de Hollywood metida en un estilo de vida endiablado. De repente todo cambia cuando empieza a pasar más tiempo con su hija. Es la historia de alguien que se transforma finalmente en un hombre. El guión era maravilloso así que solo puedo decir 'Grazie", se arrancó Stephen Dorff, un actor que hace años conoció mejores momentos en la industria cinematográfica con títulos como Sangre y vino.

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La feminidad de Coppola y su militancia en el mundo de las directoras también fue motivo de interrogación: "No pienso en ello cuando hago una película. Obviamente me alegro de que cada vez haya más mujeres directoras en el mundo del cine", respondió como para sacárselo de encima y sin entrar en más detalles. Para detalles -parecía decir- echadle un vistazo a Somewhere. Lo cierto es que el aplauso entusiasmado (muy diferente al trato de cortesía que recibió hace un par de días Julian Schnabel en esta misma sala) de la prensa para el equipo de la película parece presagiar algo bueno. Somewhere nace y se hace en las mismas coordenadas que regían Lost in translation y brilla en toda su extensión. Y todo -dicho sea de paso- con un esqueleto argumental del grosor de un papel de fumar.

A su lado, Stephen Dorff aseguraba: "Este es mucho más que el rol soñado, es el papel que llevaba esperando toda mi vida. Estoy trabajando desde hace mucho tiempo, y sin embargo, desde el instante en que Sofia me llamó pensé que era el personaje perfecto en el momento perfecto. Ha sido la experiencia más increíble que he tenido desde que me dedico a la interpretación". Lo cierto es que Dorff juega a la perfección en una liga difícil y no sería extraño verle compitiendo por premios importantes gracias a un personaje que en el papel parecería aburrido y que en su traslación a la gran pantalla convierte su insoportable levedad en algo trascendente. "Cuando empecé a escribir el guión, Stephen me vino a la cabeza y pensé que era el tipo perfecto para este papel: con un montón de talento aunque también mucho corazón y sinceridad", confesaba Coppola regalándole los oídos a un Dorff de aspecto radiante.

A su lado la pequeña Emma Fanning, hermana de otra actriz, Dakota, asistía maravillada a las idas y venidas de periodistas y cineastas, sin responder a nadie (ya que nadie le preguntaba) y emocionada cuando le tocó por fin encender su micrófono y contar sus impresiones de un personaje al que hace respirar con naturalidad desarmante. Un papel que parece sentarle como un traje a medida: "Yo veía a mi personaje como una niña de 11 años, normal y corriente, y al mismo tiempo como alguien cuyos padres se han divorciado y pasa por un periodo difícil", acertó a responder con voz firme y pose profesional la nueva niña prodigio de Hollywood.

Ya de paso le preguntaron a la directora si tenía un Ferrari (el protagonista del filme conduce uno) y por su visión de Italia. Coppola hizo un doble regate y acabó contestando otra pregunta, probablemente más interesante que la original. "Solo he pretendido mostrar el mundo del show business, que es igual en todo el mundo -no importa donde vayas-. Es un universo que conozco muy bien". Los 20 minutos que duró el acto no dieron para mucho más y los responsables de Somewhere emprendieron la huida tras dos discursos de sendos periodistas italianos que en realidad no contenían ninguna pregunta. Coppola ni se inmutó. Y los demás, tampoco.

Sofia Coppola retrata a los fotógrafos.
Sofia Coppola retrata a los fotógrafos.GETTY

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