CC OO alerta de que los ajustes en las obras públicas costarán 6.000 empleos

La obra pública ha dejado ya de ser para las empresas constructoras el salvavidas al que podían agarrarse cuando el estallido de la burbuja inmobiliaria las arrastraba al naufragio. Las licitaciones de infraestructuras públicas están descendiendo desde hace ya varios meses y los contratistas temen una caída en picado con el reciente anuncio de recortes de Fomento y la Generalitat, que alcanzan también, y sin compasión, a la obra pública.

Según CC OO, el descenso de actividad en el área de las infraestructuras públicas se cobrará entre 6.000 y 8.000 empleos en la construcción en Cataluña.

Para la Cámara de Contratistas de Obras de Cataluña, el anuncio de recortes en obra pública representa un nuevo mazazo al malherido sector de la construcción. Pero lo que peor encajan en estos momentos las empresas es la "incertidumbre" que significa desconocer cuáles van a ser las obras afectadas por el ajuste. "Las empresas que tienen obras licitadas ignoran si el proceso de adjudicación se pospondrá, las que tienen obras adjudicadas no conocen el calendario de la obra. Desconocen cuál será su carga de trabajo en los próximos meses", señala el presidente de la cámara, Rafael Romero

En 2009, según la Cámara de Contratistas, la licitación de obras públicas (sumando las de inversión estatal, local y autonómica) cayó un 27,6% respecto a 2008. Ese año ya había disminuido un 6,8% respecto al anterior.

Cifras aún por depurar del Observatorio de la Construcción Seopan apuntan a un descenso de alrededor del 30% en las licitaciones de obra pública en Cataluña entre enero y mayo de este año. La Cámara de Contratistas afirma que el desplome de la obra pública "pone en peligro la supervivencia de una gran parte del tejido productivo del sector de la construcción catalán, precisamente la parte más profesional y cualificada que ejecuta obras habitualmente para las administraciones públicas". La peor parte se la llevarán las pequeñas y medianas empresas, mientras que el panorama se presenta menos amenazador para las compañías, como Comsa Emte, que se han hecho un hueco en mercados extranjeros.

Aunque no ha precisado el impacto del ajuste en Cataluña, el Ministerio de Fomento ha avanzado que no castigará las obras del AVE ni las del cuarto cinturón, entre otras. La Generalitat, por su parte, ha asegurado que no se parará ninguna obra en marcha, pero sí se ralentizarán algunas en curso y se pospondrá el inicio de obras licitadas o a punto de licitarse. Una de las infraestructuras afectadas es la línea 9, en la que este año se invertirán 500 millones de euros, 300 menos de lo previsto, y el ritmo de los trabajos se reducirá.